Fallece Sylvia Kristel, eterna Emmanuelle
La int¨¦rprete padec¨ªa un c¨¢ncer de est¨®mago Se hizo famosa con la serie de pel¨ªculas er¨®ticas 'Emmanuelle'
Sylvia Kristel no necesit¨® cambiarse el nombre para triunfar en el cine. Alta y muy hermosa, debut¨® como modelo siendo adolescente. La pasarela se le qued¨® peque?a enseguida y en 1972, con 20 a?os, gan¨® el concurso Miss Televisi¨®n Europea. El premio la catapult¨® a la gran pantalla con una pel¨ªcula er¨®tica de culto: Emmanuelle. Plena de escenas al uso en para¨ªsos ex¨®ticos, consigui¨® atraer a m¨¢s de 300 millones de espectadores. En Reino Unido fue mutilada por la censura. En Par¨ªs, por el contrario, estuvo una d¨¦cada en cartel en los Campos El¨ªseos.
La actriz interpretaba a la insatisfecha esposa de un diplom¨¢tico, con un toque de mujer independiente que eleg¨ªa a sus diversas parejas. Mimada por la c¨¢mara, su natural aire ingenuo a?ad¨ªa m¨¢s mordiente a¨²n al argumento. Sus colegas holandeses recordaban ayer ¡°la luz que desprend¨ªa¡± su imagen en el celuloide. Rodada en Tailandia por el director franc¨¦s Just Jaeckin, le siguieron tres secuelas, Emmanuelle 2 (1975), Adi¨®s, Emmanuelle (1977) y Emmanuelle 4 (1984). Fallecida ayer a los 60 de a?os por un c¨¢ncer, a Kristel el personaje la hizo famosa y la encasill¨® en papeles de porno suave.
Nacida en Utrecht en 1952, sus padres regentaban un hotel-restaurante en la ciudad. Uno de los hu¨¦spedes abus¨® de ella cuando ten¨ªa nueve a?os, episodio del que nunca dio detalles. A los 14, los Krystel se divorciaron y desde entonces Sylvia busc¨® la figura paterna perdida. El escritor belga Hugo Claus, 27 a?os mayor que ella y autor de El lamento de B¨¦lgica, obra imprescindible de la literatura de su pa¨ªs, le anim¨® a aceptar el papel de Emmanuelle. ¡°Ser¨¢ divertido, nunca hemos estado en Tailandia. Adem¨¢s, ni siquiera la estrenar¨¢n en Holanda y tus padres no podr¨¢n verla¡±, le dijo, sin prever el impacto de la obra. Fueron pareja durante casi una d¨¦cada y tuvieron un hijo, Arthur.
En 1979, durante el rodaje de El quinto mosquetero, conoci¨® al actor brit¨¢nico Ian McShane. ¡°Era simp¨¢tico y ocurrente, pero ¨¦ramos demasiado parecidos¡±, explicar¨ªa una vez concluida la relaci¨®n. Tambi¨¦n admiti¨® que fue el principio de su ca¨ªda al vac¨ªo. Con el actor se introdujo en las drogas y acab¨® adicta a la coca¨ªna. Tuvo que aceptar papeles muy malos para pagarse los vicios y cerr¨® un trato desastroso para sus finanzas: vendi¨® los derechos de la pel¨ªcula Clases particulares a su agente por 150.000 d¨®lares. Estrenada en 1981, la cinta recaud¨® 26 millones de d¨®lares y ella acab¨® ri¨¦ndose del dinero perdido. Su aventura americana se sald¨® con otras dos pel¨ªculas de poco lustre, Aeropuerto 79: Concorde y La bomba desnuda. En Europa film¨®, entre otras, El amante de Lady Chatterley, basada en la obra de D.H. Lawrence, y Mata Hari. Aunque trabaj¨® con Roger Vadim y Claude Chabrol, los guiones siempre exig¨ªan abundantes escenas de desnudo y acab¨® por cansarse.
Aunque no lo aireaba, Sylvia Kristel era una buena pintora aficionada que expuso en varias ocasiones. Tambi¨¦n prob¨® suerte al otro lado de la c¨¢mara. Dirigi¨® un corto de animaci¨®n muy alabado y titulado Topor y yo, sobre la obra del dibujante franc¨¦s Roland Topor. Cuando el cine dej¨® de llamar, la artista volvi¨® a los lienzos y escribi¨® su autobiograf¨ªa. Titulada Desnuda y publicada en 2007, tuvo buenas cr¨ªticas por su sinceridad. Tres a?os antes, los m¨¦dicos le hab¨ªan diagnosticado un c¨¢ncer de garganta. Fumadora empedernida desde los 11 a?os, la enfermedad progres¨® hasta los pulmones y el es¨®fago. Una dura prueba que soport¨® con entereza. Hace unos meses tuvo un derrame cerebral y regres¨® a su hogar de ?msterdam, ya con cuidados paliativos. La aureola del mito er¨®tico la acompa?¨® hasta el final, que lleg¨® mientras dorm¨ªa.
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