Mafia
Un Nicholson en estado de shock, tan paralizado por el sufrimiento y la desolaci¨®n que ni siquiera puede gritar, se repite a s¨ª mismo: ¡°Ha vuelto a ocurrir¡±. Un amigo rodea los hombros de ese hombre roto y le aleja del escenario en el que se ha repetido otra tragedia mientras le susurra: ¡°V¨¢monos de aqu¨ª, Jake. Esto es Chinatown¡±. En Manhattan Sur, el volc¨¢nico polic¨ªa que interpretaba Mickey Rourke se propon¨ªa la tit¨¢nica misi¨®n de desmantelar la mafia china de Nueva York, un mundo regido por c¨®digos ancestrales y leyes de silencio que resulta acorazado para los occidentales que intentan descubrir sus claves.
No conozco China, pero he constatado la transparente antipat¨ªa o el temor reverencial que les profesan sus vecinos vietnamitas, hind¨²es y nepal¨ªes. Por su car¨¢cter, y sobre todo por su privilegiada capacidad para hacer dinero. Mi experiencia con este pueblo que tiene nulo inter¨¦s en que el resto del universo ande metiendo sus curiosas narices en su psicolog¨ªa, comportamiento, costumbres y rituales, se reduce a las visitas que he hecho al Chinatown de San Francisco y al de Nueva York. Con cuidado al subirme a los autobuses o guardar colas por el peligro de que te arrollen con su impune sentido de la prisa y esa costumbre tan fea de bombardear el suelo con escupitajos
Y, por supuesto, sus tiendas te solucionan ciertos problemas y a cualquier hora. Atienden con parsimonia y sin quejas. Y me parece un imperdonable disparate la demonizaci¨®n absoluta que hacen de los comercios chinos algunos competidores nativos que han visto c¨®mo mermaba su negocio por la proliferaci¨®n en los barrios de tiendas chinas que no cierran jam¨¢s. La paranoia de alguno me aseguraba con el tono y el sentido deductivo de Sherlock Holmes cosas tan dada¨ªstas y enloquecidas como que orinaba en las verdura y en las frutas para que estas duraran m¨¢s tiempo.
Pero est¨¢ claro que un fraude tan prolongado y salvaje como el que se ha descubierto ha tenido que estar protegido por una desmesurada cadena de corrupci¨®n. Da un poco de risa constatar que por parte espa?ola solo est¨¢n imputados un concejal y un actor porno. Por muchos esfuerzos que haga tu imaginaci¨®n nunca calcular¨¢ el n¨²mero exacto de maletines con pasta sucia que volar¨¢n por el legalizado y monstruoso bisnes de Eurovegas.
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