Gorrito
Los resultados electorales en Galicia y Pa¨ªs Vasco han sido tan previsibles que lo destacable es qui¨¦n no los quer¨ªa ver. Por m¨¢s que mucha gente insista en negarlo, los conservadores de Rajoy tienen apoyo claro de los votantes y los nacionalistas vascos han utilizado el agravio del pacto entre PSOE y PP para apearlos del poder con contundencia en su feudo. Ahora mismo Rubalcaba necesita hacer algo similar a lo que ha hecho Fidel Castro. Asomar en una foto con gorrito de paja y gritar a los cuatro vientos: oigan, se?ores, que a¨²n no me he muerto. Es posible que a Rubalcaba le quepa Espa?a en la cabeza y nadie duda de su astucia e inteligencia, pero con eso no se ganan elecciones. Votar tiene algo de la b¨²squeda de la pareja perfecta: un marido responsable pero tambi¨¦n sexo salvaje. Los candidatos socialistas ofrecen un matrimonio gastado para los votantes de izquierda, que son infieles y quieren alegr¨ªa para su cuerpo.
Lo peor del hundimiento socialista es que no ha tocado fondo. Catalunya se presenta ahora para ellos como ir al dentista con los puntos de sutura de la operaci¨®n de apendicitis a¨²n sin quitar. Su candidato, Pere Navarro, ha sido un alcalde estupendo en Tarrasa, pero el socialismo catal¨¢n parece un invitado de piedra en el baile de estas elecciones con sabor a plebiscito. Ocupar el poder sin fundamentos es el camino m¨¢s recto hacia la derrota. Y toda derrota inapelable tiene su origen en una victoria fr¨¢gil.
Por volver a Cuba, Rubalcaba es capaz de no utilizar el caso Carromero y la muerte de Osvaldo Pay¨¢ para perjudicar a su rival electoral. Imaginen lo que la prensa de derechas y los l¨ªderes conservadores m¨¢s afanosos habr¨ªan dicho si detr¨¢s del volante hubiera estado un joven socialista sin puntos de carnet. Envidado por la antipol¨ªtica a su izquierda y por el pragmatismo a su derecha, los socialistas necesitan empezar a convertir en ¨²tiles las derrotas que a¨²n les quedan por delante. Las de ahora solo dejan inercia y desafecci¨®n. Cometer¨ªa un error si se tira al monte, no tiene credibilidad para ello. Necesita formaci¨®n, estudios, iniciativas, nuevos planes, y asumir las minor¨ªas como una inversi¨®n para alg¨²n d¨ªa regresar a las mayor¨ªas.
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