El regreso del hijo pr¨®digo
En realidad Diego El Cigala nunca hab¨ªa dejado el flamenco aunque, eso s¨ª, llevaba varios a?os caminando en las tierras pantanosas que separan / acercan esa m¨²sica del jazz, del bolero o del tango argentino, por poner solo tres ejemplos. Caminando con seguridad y no dej¨¢ndose engullir por arenas movedizas, Cigala ha triunfado en medio mundo con esos ritmos siempre dejando un huequecito para el flamenco. Hace un a?o Tres flamencos fue ya un toque de atenci¨®n entre tanto tango conquistando grammys latinos. Ahora, con todos los ases en la mano, ha vuelto esc¨¦nica y discogr¨¢ficamente a reencontrase con sus ra¨ªces y, l¨®gicamente, lo ha hecho a lo grande.
El lunes en el Palau de la M¨²sica el hijo pr¨®digo no solo regres¨® sino que dio una lecci¨®n del c¨®mo y el por qu¨¦ del flamenco m¨¢s actual. Pisando fuerte, muy fuerte, y con solo un par de concesiones a su reciente pasado (un bolero y un tango que casi no lo parecieron y el inevitable Coraz¨®n loco que cerr¨® la velada) Cigala esparci¨® su maestr¨ªa con el aplomo de los m¨¢s grandes, que lo es. Habl¨® poco, ni present¨® a sus m¨²sicos, y cant¨® mucho y con un sentimiento por momentos desgarrador.
Diego El Cigala
Barcelona. Palau de la M¨²sica,22 de octubre.
Abri¨®, como debe ser, con un martinete y fue pase¨¢ndose como quien no quiere la cosa por diferentes palos, de las sevillanas a las malague?as para concluir por buler¨ªas. Sigui¨® su versi¨®n, disparatada por momentos, de la copla La bien pag¨¢ para concluir con ese Coraz¨®n loco que todo el Palau esperaba y que ya casi es tanto de Mach¨ªn como suyo.
Grande Diego del Morao
M¨¢s de 90 minutos intensos en los que tanta responsabilidad tuvo el cantaor de Lavapi¨¦s como su guitarrista, el ya grande Diego del Morao. El reto?o del recordado Mora¨ªto Chico estuvo apabullante tanto en el seguro acompa?amiento con el que secund¨® a Cigala como en todas y cada una de sus falsetas. Tambi¨¦n tuvo la posibilidad de mostrar su val¨ªa en un par de temas en solitario. Realmente el guitarrista jerezano est¨¢ que se sale y si a los 33 a?os ya ha llegado hasta aqu¨ª, es impredecible el futuro que le espera.
Con el soporte absolutamente volc¨¢nico del guitarrista (un caj¨®n y tres palmeros hicieron su espor¨¢dico trabajo sin m¨¢s) Cigala se propuls¨® sin miedo hasta lo m¨¢s alto consiguiendo un nuevo ¨¦xito apote¨®sico.
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