El juego de los hilos y de los anillos
El artista checo Ji?¨ª Kovanda interviene el Palacio de Cristal con una pieza sobre lo valioso y lo ef¨ªmero
El tradicional juego de los hilos y el no menos popular del escondrijo son dos perfectas excusas para distinguir entre lo que es importante y lo que es intranscendente, lo que es perdurable y lo que es ef¨ªmero, lo que es casual de lo que es premeditado, lo que es valioso, de lo que es ornamental. Con esta idea, el artista checo Ji?¨ª Kovanda (Praga, 1953), ha creado una instalaci¨®n, Dos anillos dorados, que ocupa el interior del Palacio de Cristal del parque de El Retiro; aunque ocupar es una forma de hablar porque el fino cordel que se extiende por la nave central del edificio, m¨¢s parece una gran tela de ara?a que el dibujo sobre el que pivota la instalaci¨®n. La pieza se completa con un cuadrado de hierba, arrancado de l parque. Como siempre en la obra de Kovanda, lo que se persigue es que el visitante reaccione y participe. En este caso, deber¨¢ de encontrar los dos anillos dorados camuflados en distintos puntos de la instalaci¨®n.
Considerado unos de los artistas m¨¢s importantes del arte checo contempor¨¢neo, su obra empez¨® a ser con conocida a finales de la d¨¦cada de los 70. ¡°En aquellos a?os¡±, explica el artista, ¡°Por las circunstancias pol¨ªticas no era posible intervenir en los espacios p¨²blicos, de manera que todo era privado y cerrado. No pod¨ªas disponer de la calle, que es lo que siempre me ha interesado, hacer que el p¨²blico se implique¡±.
Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa, equipara la obra de este artista venido del Este con la de Isidoro Varc¨¢rcel, por poner un ejemplo. ¡°Ji?¨ª Kovanda es una figura de referencia en el arte contempor¨¢neo en toda Europa y un prototipo de como lo performativo puede responder a cuestiones universales. Su obra ha ido evolucionando con el tiempo y si al principio utilizaba azucarillos para hablar del paso del tiempo, para el Reina Sof¨ªa ha creado una pieza en la que, a trav¨¦s del juego, nos ayuda a descubrir que lo barato y lo caro tienen el mismo valor. Solo depende de la situaci¨®n¡±.
La elecci¨®n del oro para los dos anillos escondidos no es un capricho. Simbolizan una cultura en la que el lujo se ha democratizado y el oro representa un valor seguro en los momentos cr¨ªticos. Durante siglos, el oro ha ocupado el lugar m¨¢s alto dentro de la escala de valores financieros internacionales. Pero nada es intocable.
En una ma?ana tan lluviosa que apenas se pod¨ªan distinguir los ¨¢rboles que rodean el Palacio de Cristal, Kovanda vi¨® enriquecida su pieza con el agua incontrolada que se colaba por las ranuras del techo de este antiguo Jard¨ªn Bot¨¢nico. El goteo constante contribu¨ªa a entorpecer la b¨²squeda de los anillos. No importaba. El agua ha pasado a ser parte del juego entre el artista y los visitantes.
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