Los dos padres de ¡®La lengua madre¡¯
Juan Diego interpreta un mon¨®logo elaborado a partir de un incisivo texto de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s adaptado por ambos que reflexiona sobre el lenguaje
Pongamos que el protagonista es un profesor despistado de instituto. O una especie de conferenciante erudito de provincias. Pongamos que es alguien. Que no tiene nombre, o que lo tiene, pero eso no importa. Pongamos que en un momento dado deja de lado los papeles de la conferencia que est¨¢ pronunciando y de buenas a primeras se despista, recordando en voz alta la primera vez que oy¨® una palabra. Esa palabra le lleva a otro recuerdo, y este a otra idea relacionada. As¨ª, durante una hora y veinte minutos Juan Diego mantiene la atenci¨®n del espectador, que es el otro protagonista de La lengua madre, un texto de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s adaptado para el teatro, que se estrena hoy en el Teatro de Rojas de Toledo. Un mon¨®logo que a trav¨¦s de la palabra, el sentido del humor, la causticidad y el surrealismo incisivo de Mill¨¢s invita a reflexionar sobre lo subjetivo, la realidad de la crisis, el lenguaje impuesto por los bancos y los gobiernos, el ¡®qu¨¦ hay ma?ana¡¯ y el sentido de la vida en general.
Durante dos a?os y medio, sin prisas y m¨¢s como un experimento humanista que como un trabajo, Mill¨¢s y Juan Diego han mantenido reuniones, organizado encuentros y compartido comidas maleando un texto del escritor para darle la personalidad y adecuarlo a la dramaturgia. ¡°Cuando se trabaja en equipo no hay arreglos; hay miradas y una b¨²squeda continua de ideas y conceptos¡±, apunta el actor, que cuando se le pregunta sobre su faceta monologuista destaca que la dificultad del espect¨¢culo radica en mantener la relaci¨®n con el coprotagonista, que es el p¨²blico. ¡°Yo soy el coprotagonista. Los espectadores intervienen con sus silencios absortos, con sus risas y con sus toses. Mi personaje parece un espont¨¢neo salido del patio de butacas que se hubiese puesto a dar una conferencia¡±, explica.
Juan Diego asocia cosas en principio inasociables, en el escenario se convierte en un espect¨¢culo como el fuego en una chimenea" Juan Jos¨¦ Mill¨¢s
La idea de transformar una conferencia en un texto dram¨¢tico nace nada menos que del humor. ¡°Era un discurso que siempre, en Espa?a, en M¨¦xico, en Ecuador o en China, ten¨ªa un ¨¦xito fuera de lo com¨²n que a m¨ª me sorprend¨ªa mucho porque desde el primer minuto la gente se re¨ªa¡±, relata Mill¨¢s sobre el escrito que le condujo a plantearse si ah¨ª estar¨ªa el germen de una pieza teatral. Y lo llev¨® a cabo cuando asoci¨® el contenido del texto a la imagen de Diego: ?Por qu¨¦ Juan Diego? ¡°Siempre he pensado que el otro lado del terror es la risa, y aunque ¨¦l apenas ha hecho comedia a lo largo de su carrera, tiene una vis c¨®mica que da miedo. Juan es un hombre que cuando se queda mirando al p¨²blico se corta la respiraci¨®n¡±.
Lo que m¨¢s impresiona a Mill¨¢s de todo este proceso es precisamente el resultado de su escrito puesto en boca de Diego, ¡°que ha conseguido hacerlo suyo¡±, asegura. Recuerda Mill¨¢s que cuando asisti¨® a los ensayos generales se olvid¨®, a los diez minutos de actuaci¨®n, que Juan Diego estaba representando su texto: ¡°Juan ha creado un personaje que pone los pelos de punta, porque tiene una lucidez asombrosa y porque tiene una ingenuidad terror¨ªfica. Va de un lado a otro con la facilidad del patinador, asocia cosas en principio inasociables, y en el escenario se convierte en un espect¨¢culo como el fuego en una chimenea. No te deja apartar la mirada¡±.
La lengua madre propone una forma distinta de ver teatro, o¨ªr literatura y casi olfatear el g¨¦nero del ensayo disfrutando, desde la butaca, de la magistral actuaci¨®n de Juan Diego y la afilada pluma de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.