Estilo declamatorio
En el siempre peligroso terreno del autor total, es decir, el cineasta que no solo dirige sino que tambi¨¦n escribe sus propias historias, son m¨¢s habituales de lo deseable los choques entre una y otra tarea. Y a¨²n m¨¢s habitual, sobre todo con las nuevas incorporaciones en el cine espa?ol, que en esa colisi¨®n salga vencedor el realizador frente al escritor. Una circunstancia en la que incide Ana Rodr¨ªguez Rosell, a la que se le notan (casi siempre para bien) sus or¨ªgenes publicitarios: su largo de debut, Buscando a Eimish, contiene un admirable empaque t¨¦cnico y deja una discreta huella narrativa.
Road movie de corte rom¨¢ntico en su habitual doble vertiente, con un trayecto f¨ªsico y otro moral, casi se podr¨ªa decir que es cuidadosa en exceso con determinadas ¨¢reas de estilo. As¨ª, la sofisticaci¨®n de las localizaciones (tanto de interior como de exterior) est¨¢ en muchos momentos a un paso de la desmesura: all¨ª donde lo estiloso se convierte simplemente en guay. Defecto que, de todos modos, se sobrelleva por el exquisito gusto con el encuadre, y por el encaje con la hermosa fotograf¨ªa y las canciones de Alondra Bentley.
BUSCANDO A EIMISH
Direcci¨®n: Ana Rodr¨ªguez Rosell. Int¨¦rpretes: ?scar Jaenada, Manuela Vell¨¦s, Jan Cornet, Emma Su¨¢rez, Carlos Leal. G¨¦nero: drama. Espa?a, 2012. Duraci¨®n: 85 minutos.
Rodr¨ªguez Rosell se lleva bien con la c¨¢mara. El problema, sin embargo, lo tiene con el ordenador (o con el bol¨ªgrafo, aunque, como s¨ªmbolo de lo anterior, no parece una pel¨ªcula escrita con un bic en una libreta de muelles). A trav¨¦s de una estructura narrativa en la que los errores del pasado y las continuas luchas con el presente van entretejiendo caracteres mediante vueltas y revueltas hacia delante y hacia atr¨¢s en el tiempo, Buscando a Eimish es una pel¨ªcula que falla all¨ª donde algunos creen que reside lo m¨¢s sencillo (cuando no es as¨ª): en esas frases y escenas sueltas, f¨¢cilmente sacrificables (por ejemplo, el vergonzante encuentro con el joven italiano), que se escriben para dar contexto y que provocan que incluso los int¨¦rpretes tengan dificultades para no caer en lo declamatorio.
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