Un fil¨®sofo llamado Kubrick
Un libro analiza la interpretaci¨®n aleg¨®rica y ontol¨®gica de la obra del cineasta estadounidense, autor de t¨ªtulos como '2001' o 'La naranja mec¨¢nica'
El memorable comienzo de 2001, una odisea en el espacio, con la Tierra que emerge de la infinita negrura del universo, iluminada por un sol que asoma tras su circunferencia al son de la m¨¢gica sinfon¨ªa de Richard Strauss As¨ª habl¨® Zaratustra, plantea mucho m¨¢s que una mera ¨Caunque brillante- composici¨®n est¨¦tica. Mucho menos los elementos han sido elegidos al azar: de acuerdo con el profesor de Filosof¨ªa de la Universidad de Creighton (Nebraska, EE UU) Jerold J. Abrams, la pel¨ªcula que Stanley Kubrick realiz¨® en 1968 propone un constructo ontol¨®gico fundamentado en uno de los conceptos clave del pensamiento de Nietzsche, el de Superhombre (desarrollado precisamente en su obra de 1885 As¨ª habl¨® Zaratustra) y sus implicaciones a la hora de evaluar los destinos humanos y el futuro del pensamiento inteligente.
La filosof¨ªa de Stanley Kubrick (Biblioteca Burid¨¢n), que lleg¨® a Espa?a este verano, analiza a trav¨¦s de un compendio de ensayos elaborados por diferentes expertos y editados por Abrams el car¨¢cter trascendental y en ocasiones metaf¨ªsico de la obra del cineasta estadounidense, fallecido en 1999. Dividido en cinco grandes secciones ¨CEl sujeto en guerra; El sujeto enamorado; El sujeto y el sentido de la vida; El sujeto en la historia y El sujeto del futuro-, el libro plantea, a trav¨¦s de figuras y movimientos clave de la filosof¨ªa occidental, desde el nihilismo nietzscheano al existencialismo kierkegaardiano y sartreano o el estoicismo griego, pasando por conceptos como el absurdo o la posmodernidad, una lectura profunda y penetrante de la filmograf¨ªa de uno de los m¨¢s grandes creadores del s¨¦ptimo arte, que en medio siglo de carrera dej¨® para la posteridad t¨ªtulos ic¨®nicos de la talla de Senderos de gloria (1957) ?Tel¨¦fono rojo?, volamos hacia Mosc¨² (1964) o El resplandor (1980).
Esta visi¨®n no es, desde luego, novedosa. Son innumerables las p¨¢ginas que se han escrito sobre las posibles interpretaciones de, volviendo al ejemplo inicial, 2001, un filme conscientemente abierto a ex¨¦gesis diversas, desde una recreaci¨®n de los or¨ªgenes y la evoluci¨®n del ser humano a la consecuci¨®n de un nuevo estado de consciencia a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa. O las de La Naranja Mec¨¢nica (1971), basada en una novela hom¨®nima de Anthony Burgess, que basculan entre la comprensi¨®n de la naturaleza humana a la influencia de la sociedad en el individuo. O las de las implicaciones morales y psicol¨®gicas de la lucha militar en La chaqueta met¨¢lica (1987). ¡°Todas las facetas de la naturaleza humana se ponen de manifiesto en toda su amplia diversidad¡±, dice Abrams en la introducci¨®n sobre la filmograf¨ªa del director. ¡°El amor, el sexo, la historia, la guerra, el asesinato, la locura, los viajes espaciales, el condicionamiento social y la tecnolog¨ªa¡±.
Lo que aporta La filosof¨ªa de Stanley Kubrick de original es la voluntad de compendiar y diseccionar las diferentes apreciaciones de su obra, asent¨¢ndolas en el pensamiento de autores y corrientes. ¡°En pr¨¢cticamente todas las pel¨ªculas de Kubrick, de una forma u otra, se encuentra al sujeto (al Yo) enfrentado a un mundo exterior duro e indiferente, ya sea el mundo natural o el de las instituciones creadas por el hombre¡±, se?ala el libro. ¡°Y pese a lo diversa que es su tem¨¢tica, tomada en conjunto la filmograf¨ªa de Kubrick es muy coherente, por cuanto toma los diferentes aspectos de la realidad y los unifica en una rica y compleja visi¨®n filos¨®fica que resulta ser muy af¨ªn al existencialismo¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.