Boom latinoamericano: Universo en expansi¨®n
Quince escritores de Europa y Am¨¦rica analizan el aporte de la generaci¨®n de escritores latinoamericanos de los a?os sesenta a a la literatura Banville, Nooteboom Talese, Cartarescu, Fern¨¢ndez Cubas, Shua, Ben Jelloun, Harss, Arana, Anderson...
Un universo en expansi¨®n. Como el mismo universo que no deja de evolucionar, sorprender, crear, impulsar, polinizar, brillar o eclipsar. Eso es el boom latinoamericano de los a?os sesenta, aquellos escritores que empezaron o se forjaron en esa d¨¦cada prodigiosa. Por eso hoy EL PA?S clausura el especial 50 a?os del boom. La literatura que cambi¨® el espa?ol con la opini¨®n de 15 autores y cr¨ªticos de medio mundo cuyas voces recorren ese universo literario para iluminar diversas zonas.
GAY TALESEDeudaJunto con multitud de lectores durante los a?os sesenta, estoy en deuda con la llamada generaci¨®n del boom por sacarme, a m¨ª y a muchos de mis conciudadanos, de nuestra gran ignorancia acerca de los triunfos y padecimientos que han marcado la historia de Sudam¨¦rica desde la ¨¦poca del descubrimiento.
Los escritores del boom eran grandes narradores y artistas de lo ficticio, y las historias que contaron a trav¨¦s de su ficci¨®n no solo iluminaron y ampliaron nuestro sentido de la realidad sino que tambi¨¦n fueron una inspiraci¨®n para nosotros. Desgraciadamente, es cierto que la mayor¨ªa de los escritores de no ficci¨®n ¨C bi¨®grafos, historiadores y periodistas ¡ª centran su atenci¨®n en los personajes p¨²blicos famosos (dirigentes pol¨ªticos, celebridades del espect¨¢culo, empresarios y banqueros poderosos); mientras que los escritores de ficci¨®n de la ¨¦poca del boom, y sus descendientes, nos han ofrecido historias de la vida ¡°corriente¡± que han desarrollado nuestra concepci¨®n inicial de lo que realmente es corriente. Esto no se debe a que esos escritores imaginasen a esas personas ¡°corrientes¡± en circunstancias extraordinarias, sino a que los escritores pose¨ªan un conocimiento tan profundo de esas personas cuyo entorno compart¨ªan que nosotros, los extra?os, los lectores de todo el mundo, hemos sido capaces de identificarnos con esas personas lejanas y aceptarlas como nuestras vecinas literarias.
ANA MAR?A SHUA
Revoluci¨®n
Puso a la literatura patas arriba. Sac¨® de la academia los experimentos de las vanguardias y se los regal¨® a la gente, convertidos en narraci¨®n pura. Descubri¨® con San Agust¨ªn que el tiempo es una cierta distensi¨®n del alma, y nos hizo zigzaguear por sus vericuetos. Fue pol¨ªtico sin someterse a ninguna ideolog¨ªa. Puede haberse convertido en estancamiento y burocracia: ?pero nunca olvidemos que fue revoluci¨®n!.
Eliot Weinberger: Descubrimiento
Est¨¢ de moda decir que el boom fue simplemente un producto de la mercadotecnia de Estados Unidos que se extendi¨® al resto del mundo: el envoltorio con el que se present¨® a un grupo de escritores que ten¨ªan poco en com¨²n salvo que todos eran latinoamericanos. Puede que esto fuese cierto en parte ¨C nunca se trat¨® de un movimiento est¨¦tico ¡ª pero las consecuencias, desde el punto de vista de EE UU, donde se traduce muy poco, fueron estimulantes. Nunca ha vuelto a haber una concentraci¨®n as¨ª de traducciones provenientes de un idioma o regi¨®n y una respuesta tan universal. Y la repentina proliferaci¨®n de textos escritos por los novelistas del boom (y por su predecesor, Borges) tambi¨¦n estuvo acompa?ada de un auge similar de libros escritos por poetas contempor¨¢neos ¨C Neruda, Paz, Parra, Cardenal y muchos otros ¡ª as¨ª como por maestros anteriores como Vallejo y Huidobro, que antes eran invisibles en ingl¨¦s. Tenemos tendencia a pensar en el boom en relaci¨®n con la ficci¨®n (y, en efecto, se da la circunstancia de que Cien a?os de soledadfue la novela ¨²nica que m¨¢s influencia tuvo, en todo el mundo, durante la segunda mitad del siglo XX). Pero, en EE UU, la poes¨ªa latinoamericana tuvo un efecto enorme sobre casi todas las facciones enfrentadas de la poes¨ªa, y muchos de los poetas m¨¢s importantes ¨C una lista demasiado larga para repetirla aqu¨ª ¡ªparticiparon en la traducci¨®n de aquellos poemas.
En Estados Unidos el estallido del boom se produjo en medio de los acontecimientos de la Guerra de Vietnam y el movimiento de los derechos civiles, una ¨¦poca de odio del pa¨ªs hacia s¨ª mismo (al menos entre la clase de personas que le¨ªa literatura). Hab¨ªa un tremendo inter¨¦s, y a?oranza, por realidades distintas de aquella en la que viv¨ªamos: las religiones asi¨¢ticas, los rituales de los indios americanos, las drogas alucin¨®genas, y as¨ª sucesivamente. En la b¨²squeda de una "contracultura", no era solo el llamado "realismo m¨¢gico" de algunos novelistas sino la propia Latinoam¨¦rica lo que parec¨ªa, por aquel entonces (antes de la starbuckizaci¨®n del planeta), existir en un universo paralelo y m¨¢s atractivo.
Solo a unos pocos de los novelistas y poetas del boom se los sigue leyendo en EE UU: Garc¨ªa M¨¢rquez, sin duda; Neruda (todav¨ªa el poeta m¨¢s vendido en EE UU); Vargas Llosa y Cort¨¢zar hasta cierto punto; Paz. Casi todos los dem¨¢s han desaparecido en gran medida (en ingl¨¦s). Pero el heredero evidente del boom es Roberto Bola?o. No solo por el hecho de ser el primer latinoamericano desde los escritores del boom que ha tenido un ¨¦xito internacional tan grande. Es que leer a Bola?o se parece mucho a la experiencia de leer un libro como Rayuela en la d¨¦cada de 1960 (como hice yo siendo adolescente). Junto al repertorio de personajes intelectuales, bohemios, libres de esp¨ªritu, atractivos e interesantes, est¨¢, sobre todo, la sensaci¨®n de la alegr¨ªa absoluta de escribir una novela, algo que rara vez se encuentra actualmente en otros novelistas, por mucho talento que tengan. Es algo que recuerda mucho al Godard de los a?os sesenta: esas pel¨ªculas intrincadas, locas y ca¨®ticas, rebosantes de la sensaci¨®n de que hacer una pel¨ªcula es simplemente divertid¨ªsimo.
Si pensamos en el boom en funci¨®n de la creaci¨®n art¨ªstica, carece de sentido: las novelas de Onetti, por ejemplo, no le deben nada a Cabrera Infante. Pero en cuanto a la recepci¨®n, fue sin duda un boom: la primera vez que Estados Unidos y Europa prestaban atenci¨®n de manera seria y entusiasta a una literatura contempor¨¢nea que no fuese la suya propia. El llamado Occidente descubri¨® que hab¨ªa otros que ten¨ªan cosas que decir y formas de decirlas que no conoc¨ªamos. En ese sentido, pude que el boom fuese m¨¢s importante para el norte que para el sur.
JOHN BANVILLE
Borges
Aunque el primer libro de realismo m¨¢gico fue de G¨¹nter Grass, estos escritores le dieron m¨¢s luz al realismo m¨¢gico. Entonces se vivi¨® como una revoluci¨®n pero no estoy tan seguro de que lo fuera. Por supuesto Borges sigue siendo el mejor de todos ellos.
MIRCEA CARTARESCUInfluenciaMi h¨¦roe es S¨¢bato, su trilog¨ªa es una Divina comedia de hoy d¨ªa. Pero creo que Borges y Cort¨¢zar han sido m¨¢s influyentes. Hay algunos libros de Garc¨ªa M¨¢rquez que es imposible superarlos. Y Vargas Llosa ha ganado el Nobel m¨¢s merecido de los ¨²ltimos diez a?os. S¨ª, me encuentro a gusto con ese tipo de prosa, aunque mi objetivo es diferente y sigo otro esp¨ªritu. (De la entrevista de Ignacio Vidal-Folch)
JON LEE ANDERSON
Universal
Pregunta: ?Qu¨¦ opina del boom latinoamericano y cu¨¢l fue su primer acercamiento a ¨¦l o con qu¨¦ autor o libro?
Respuesta. Mi primer acercamiento con los autores del boom fue con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, con Cien Anos de Soledad, alrededor de 1977, cuando ten¨ªa 20 anos y yo iba y ven¨ªa entre Nueva York y Am¨¦rica Latina. El libro fue una revelaci¨®n, y me abri¨® los ojos a nuevas posibilidades de ver, de creer, y de narrar el mundo. (Los siguientes autores que le¨ª fueron Cort¨¢zar, con Rayuela, creo; Jorge Amado con Gabriela, Clavo y Canela, y Mario Vargas Llosa, con La Casa Verde.)
P: ?Cu¨¢l cree que es la principal aportaci¨®n a la literatura de ese grupo de escritores?
R: Con esas obras Am¨¦rica Latina (como una entidad cultural y geogr¨¢fica propia) adquiri¨® un lugar reconocido en el imaginario internacional literario, realmente por primera vez. America dejar¨ªa de ser interpretada casi exclusivamente en el ¨¢mbito internacional por autores extranjeros salvo algunas notables excepciones como Paz, Borges y Carpentier. Y sobre todo con la obra de Garc¨ªa M¨¢rquez, los ¡°boomistas¡± tambi¨¦n ofrecieron, y por primera vez, una manera distinta de narrar, y de percibir, la realidad latinoamericana, destacando historias de la gente ¡°com¨²n" - los ind¨ªgenas, los mestizos, los negros, y las gentes del campo, tradicionalmente marginados- en lugar de personajes de la ¨¦lite criolla hispana.
P: ?Alguna reflexi¨®n particular?
R: El boom ha tenido un efecto y una met¨¢stasis m¨¢s all¨¢ de la novela, por supuesto, que ha sido de una contribuci¨®n contundente en el hemisferio -y mucho m¨¢s all¨¢ tambi¨¦n-. En el cine, en el teatro, en la telenovela, y en la cr¨®nica period¨ªstica como g¨¦nero literario, podemos presenciar las m¨²ltiples enriquecedoras maneras en que la rotura de moldes sociales de los autores del boom ha contribuido a un canon cultural contempor¨¢neo mucho m¨¢s incluyente y abarcador. ?Ser¨ªa posible el boom actual de literatura entre los autores h¨ªbridos del poscolonialismo de la India y ?frica -autores como Salman Rushdie, Zadie Smith, Hanif Kureishi, Chimamanda Ngozi Adichie, y Dinaw Mengistu- si no fuera por el boom latinoamericano de los 60? Lo dudo. El boom latinoamericano abri¨® la pauta y dio paso a un mundo literario internacional m¨¢s incluyente, democr¨¢tico y vibrante -m¨¢s representativo- que el que hab¨ªa existido antes.
CRISTINA FERN?NDEZ CUBAS
Frescura
Lo primero que me admir¨® y maravill¨® fue leer a Juan Rulfo y Pedro P¨¢ramo, una obra de arte. Luego, esa generaci¨®n de los sesenta dio una inyecci¨®n de frescura y nuevas formas de narrar.
LUIS HARSS
Espa?a
Pregunta: ?Qu¨¦ opina del boom latinoamericano y cu¨¢l fue su primer acercamiento a ¨¦l o con qu¨¦ autor o libro?
Respuesta: Para m¨ª el primer autor fue Cort¨¢zar. Rayuela me deslumbr¨®. Lo vi en una vidriera de una librer¨ªa espa?ola en Par¨ªs, en la calle Monsieur-le-Prince. Yo viv¨ªa en un hotelucho a media cuadra, el M¨¦dicis. Lujosa pobreza. Expatriado de alma. En Oliveira y sus vaivenes entre dos mundos descubr¨ª mi retrato.
P: ?Cu¨¢l cree que es la principal aportaci¨®n a la literatura de ese grupo de escritores?
R: La universalidad de la literatura a trav¨¦s del babel de lenguas. El concepto borgiano de que un autor es todos los autores. Y una cierta ampliaci¨®n en la gama de la "realidad". Ahora incluye el mito y el milagro. Ya no son met¨¢foras o fantas¨ªas sino cosas de todos los d¨ªas.
P: ?Alguna reflexi¨®n particular?
R: No hay que olvidar el aporte espa?ol. La amistad de Carlos Barral. El matriarcado de Carmen Balcells. Barcelona fue uno de los polos del boom. El gran traductor al ingl¨¦s de los escritores del boom, Gregory Rabassa, es hijo de catalanes. Y Galicia nos dio el editor del boom en la Argentina, Paco Porr¨²a, nacido en la Coru?a.
JUAN CRUZ
Periodismo
Pregunta: ?Qu¨¦ opina del boom latinoamericano y cu¨¢l fue su primer acercamiento a ¨¦l o con qu¨¦ autor o libro?
Respuesta: El primer libro con el que sent¨ª que estaba leyendo algo fascinante y diferente, sin ser consciente ni mucho menos de que estaba leyendo un libro m¨¢s sino un libro distinto, fue Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante. De pronto, en medio de aquellos libros tristes de la Espa?a socialrrealista se introdujo una novela que literalmente cambi¨® mi vida.
P: ?Cu¨¢l cree que es la principal aportaci¨®n del boom a la literatura universal?
R: La diversidad. Se dice boom porque no hay tendencias, hay escritores y hay novelas. Boom significa explosi¨®n, partes que quedan de un todo. Hubo de todo; por fortuna se diluy¨® la expresi¨®n realismo m¨¢gico, que alud¨ªa solo a una parte, y se qued¨® en boom. Creo que al final esa fue una expresi¨®n (una explosi¨®n) afortunada.
P: ?Alguna reflexi¨®n particular?
R: La cultura literaria de nuestra generaci¨®n, y tambi¨¦n el periodismo, ha dependido de esos libros. Una expresi¨®n m¨¢xima de la relaci¨®n que el periodismo tuvo en la explosi¨®n fue el libro de Luis Harss, Los nuestros, afortunadamente rescatado ahora por Alfaguara, as¨ª como el libro La invasi¨®n de los b¨¢rbaros, de Jordi Gracia y Joaqu¨ªn Marco, que registra la generosidad con la que Espa?a recibi¨® el boom. Esa generosidad se troc¨® en desd¨¦n luego, y ahora ese alejamiento se ha salvado para nuestra fortuna.
CHARLES BAXTER
Entusiasmo
Al igual que muchos otros escritores norteamericanos de mi generaci¨®n, llegu¨¦ por primera vez a la literatura latinoamericana contempor¨¢nea del siglo XX a trav¨¦s de los cuentos de Jorge Luis Borges y Julio Cort¨¢zar. Sus historias eran intelectualmente detallistas y a veces desconcertantes, una combinaci¨®n maravillosa. Como muchos otros, encontr¨¦ grandes tesoros en Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez pero, personalmente, prefer¨ªa las valientes y muy oscuras peculiaridades de la ficci¨®n de Jos¨¦ Donoso, especialmente en El obsceno p¨¢jaro de la noche, un libro del que nunca me he recuperado, en el mejor sentido. En la literatura brasile?a, admiro sobre todo la obra de Clarice Lispector, especialmente La manzana en la oscuridad.
Estos libros devuelven a la literatura el poder de los momentos suspendidos descritos con gran entusiasmo, los episodios irreales, las pesadillas, los personajes espectrales y la visionaria contorsi¨®n del tiempo para volver atr¨¢s. Son visualmente fuertes, un aspecto en el que la escritura norteamericana es d¨¦bil a veces.
ETGAR KERET
Imaginaci¨®n
Descubr¨ª a Garc¨ªa M¨¢rquez y Cort¨¢zar durante mi servicio militar obligatorio en las fuerzas de defensa israel¨ªes. Era un soldado p¨¦simo y a menudo, cuando mis compa?eros disfrutaban de un permiso, yo ten¨ªa que quedarme en la base como castigo. Uno de los oficiales me hab¨ªa prestado algunos libros suyos para pasar el tiempo y gracias a ¨¦l descubr¨ª la ficci¨®n latinoamericana. Para alguien que se hab¨ªa acostumbrado a la escritura de Hemingway, Carver, Cheever y otros hiperrealistas estadounidenses, esto fue una verdadera revoluci¨®n. Hasta ese encuentro a la edad de 18 a?os, yo cre¨ªa que la ficci¨®n ¡°seria¡± guardaba relaci¨®n con alg¨²n tipo de objetivismo realista y que todas las obras no realistas pertenec¨ªan exclusivamente al g¨¦nero de la ciencia-ficci¨®n. Solo gracias al encuentro con la ficci¨®n latinoamericana me he dado cuenta de que escribir algo ¡°real¡± no significa que deba obedecer las leyes de la naturaleza, sino que est¨¦ cerca de la verdad que uno siente en su coraz¨®n. La imaginaci¨®n emocional de Garc¨ªa M¨¢rquez y la narrativa reflexiva de Cort¨¢zar parec¨ªan mucho m¨¢s cercanas a mi verdad interior que toda la ficci¨®n realista que hab¨ªa le¨ªdo hasta entonces. Muy poco tiempo despu¨¦s de aquello, cuando yo mismo empec¨¦ a escribir, tuve presente esa lecci¨®n y comenc¨¦ a escribir una ficci¨®n que fuese por encima de todo fiel a mi experiencia subjetiva y no a la verdad ¡°objetiva¡±: si despu¨¦s de besar a una chica hab¨ªa sentido que flotaba en el aire, mi personaje tambi¨¦n flotar¨ªa en el aire, desafiando las leyes de la f¨ªsica, pero siendo fiel a mi experiencia personal.
MARIE ARANA
Lectores
Pregunta: ?Qu¨¦ opina del boom latinoamericano y cu¨¢l fue su primer acercamiento a ¨¦l o con qu¨¦ autor o libro?
Respuesta: "?Estoy en una pecera porque soy un pez, o soy un pez porque estoy en una pecera?¡±. Al tropezar con Axolotl, de Cort¨¢zar, cuando ten¨ªa 12 a?os y cuando me acababa de trasladar desde Per¨², estaba tan fascinada por las preguntas sobre la identidad como el narrador de esa historia. Fue justo antes del boom latinoamericano, antes de que los estadounidenses tuvieran el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s por casi todo lo que era extranjero. Para m¨ª, el boom no fue un fen¨®meno latinoamericano, sino que estaba sucediendo a mi alrededor, en Estados Unidos, en una floreciente poblaci¨®n de lectores que, hasta entonces, no se hab¨ªa preocupado ni un ¨¢pice por las riquezas de la ficci¨®n latinoamericana o por la gran herencia de las letras espa?olas. El boom fue una novedad, una moda, pero no pod¨ªa discutirla. Los norteamericanos empezaron a ver a trav¨¦s de otros ojos. Se metieron en otra piel y se convirtieron en el pez de Cort¨¢zar.
P: ?Cu¨¢l cree que es la principal aportaci¨®n a la literatura?
R: Si los tomamos en conjunto, Cort¨¢zar, Borges, Garc¨ªa M¨¢rquez, Vargas Llosa y Fuentes no pueden considerarse un movimiento unificado. No como los rom¨¢nticos franceses, o los beats estadounidenses, o los vanguardistas rusos. Por eso es dif¨ªcil decir que aportaron algo espec¨ªfico a la Rep¨²blica de las Letras m¨¢s all¨¢ de la considerable fuerza de sus talentos individuales. Eran magn¨ªficamente sui generis, y resultaban imposibles de catalogar. No fue un boom de escritores per se, sino un boom de lectores; y esos lectores aumentaron en un n¨²mero sin precedentes para dar la bienvenida a la ficci¨®n latinoamericana por primera vez.
P: ?Alguna reflexi¨®n particular?
R: Antes del boom, en Estados Unidos imperaba una apat¨ªa pertinaz hacia las traducciones extranjeras. Uno de los periodistas m¨¢s famosos de EE UU, James Reston, de The New York Times, afirmaba: ¡°Los estadounidenses est¨¢n dispuestos a hacer cualquier cosa por Latinoam¨¦rica excepto leer algo sobre ella¡±. El boom demostr¨® que estaba equivocado. Sin embargo, una vez que los latinoamericanos cruzaron la puerta, la situaci¨®n cambi¨®. A principios de la d¨¦cada de 1980, los hispanoamericanos que escrib¨ªan en ingl¨¦s se convirtieron en el centro de atenci¨®n. Y as¨ª es como los ¡°escritores del boom¡±, como los conocemos, nunca aumentaron en n¨²mero. Se sigui¨® leyendo a Garc¨ªa M¨¢rquez, a Vargas Llosa, a Fuentes y a otros, pero el boom nunca se tradujo en nuevo talento latinoamericano. La resistencia ante las obras traducidas sigui¨® siendo la misma que antes, puede que hasta con una terquedad m¨¢s intensa. El peor legado del boom ha sido la falta de imaginaci¨®n que provoc¨® en las editoriales, que solo han promovido a los imitadores, en vez de fomentar algo nuevo.
CEES NOOTEBOOM
Contar
Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez nos descubri¨® un continente y nos ense?¨® lo que hab¨ªamos olvidado acerca de c¨®mo contar historias. Pero el llamado boom tambi¨¦n nos trajo la oscuridad y la profundidad de Onetti, el esplendor intelectual y el mundo m¨¢gico de Borges, la brillantez de Bioy Casares y la sorpresa de Saer y Piglia y tantos otros, todos tan diferentes entre s¨ª.
JOS? MAR?A POZUELO YVANCOS
Futuro
Pregunta: ?Qu¨¦ opina del boom latinoamericano y cu¨¢l fue su primer acercamiento a ¨¦l o con qu¨¦ autor o libro?
Respuesta: El boom supuso sobre todo la internacionalizaci¨®n definitiva de lo hispano. Dio una visibilidad internacional muy grande a la literatura escrita en espa?ol que ha vivido desde entonces la eclosi¨®n de traducciones a multitud de lenguas.
Mi primer acceso personal al boom fue la lectura, siendo estudiante de Preu en 1968, de tres novelas: La ciudad y los perros, Cien a?os de soledad y Rayuela. No acierto a recordar cu¨¢l de ellas fue la primera, quiz¨¢ las leyera seguidas. Lo que si recuerdo es que supusieron un verdadero revulsivo que me marc¨® mucho como lector.
P: ?Cu¨¢l cree que es la principal aportaci¨®n a la literatura?
R: Por un lado, ciertos autores recuperaron lo que Ricardo Gull¨®n llamo, a prop¨®sito de Garc¨ªa M¨¢rquez, el ¡°Olvidado arte de contar¡±, esto es la narrativa de inspiraci¨®n oral. Esa direcci¨®n supuso el maridaje de lo antiguo y lo moderno pues las estructuras m¨ªticas y pre-modernas de esas tradiciones, por ejemplo de un Juan Rulfo, se insertaron en la modernidad estructural a trav¨¦s de Faulkner principalmente. Una tercera aportaci¨®n, visible en Vargas Llosa es una vindicaci¨®n de la narraci¨®n y de la ficci¨®n como verdadera forma de ofrecer la realidad, reconciliando la novela con la historia colectiva. Por ¨²ltimo, autores como Guillermo Cabrera Infante o Alejo Carpentier recuperaron lo mejor de la tradici¨®n barroca del lenguaje.
P: ?Alguna reflexi¨®n particular?
R: Toda herencia es tambi¨¦n una deuda. Y a su vez toda deuda se hereda. Es por tanto una riqueza ambivalente, porque pesa mucho sobre los j¨®venes, pero ellos no quieren limitarse a ser simplemente los ¡°hijos de¡±, sino que aspiran a tener un nombre propio. Se da en la literatura latinoamericana la angustia de la influencia de la que hablo Harold Bloom. El inter¨¦s por lo americano les ha hecho m¨¢s f¨¢cil a los j¨®venes escritores de Am¨¦rica la entrada al mundo editorial. Ahora hay una efervescencia creativa excelente en la americana que habla espa?ol, y los estilos son muy distintos. Ni el novelista mexicano Juan Villoro es ep¨ªgono de Fuentes, ni la cuentista argentina Ana Shua lo es de Cort¨¢zar, ni el colombiano Gabriel V¨¢squez es Garc¨ªa M¨¢rquez. Hay muchas voces potentes con voz propia. Es posible que sean herederos, pero en todo caso lo m¨¢s importante es que sean ricos literariamente y que cuando los leamos no nos estemos acordando de su padre.
Tahar Ben Jelloun: Libertad
Pregunta: ?Qu¨¦ opina del boom latinoamericano y cu¨¢l fue su primer acercamiento a ¨¦l o con qu¨¦ autor o libro?
Respuesta. Recuerdo haber escuchado con pasi¨®n, cuando todav¨ªa estaba en el liceo franc¨¦s de T¨¢nger, a Alejo Carpentier hablarnos del barroco en la literatura. Era un hombre muy elegante, alto y bueno. Descubr¨ªa la literatura cubana (en el exilio). Alg¨²n tiempo despu¨¦s de esta visita que me marc¨®, mi amigo Emilio Sanz, historiador de cine, que pasaba mucho tiempo en T¨¢nger, me regal¨® Cien a?os de soledad, de Garc¨ªa M¨¢rquez, traducido al franc¨¦s y publicado por ?ditions du Seuil. Me sumerg¨ª enseguida en ¨¦l, pero no consegu¨ªa engancharme. Algo en ese universo me imped¨ªa entrar en esa novela diferente de lo que acostumbraba a leer. La leer¨ªa m¨¢s tarde, despu¨¦s de descubrir la obra extraordinaria del escritor mexicano Juan Rulfo. Gracias a Pedro P¨¢ramo entr¨¦ en el maravilloso bosque de la literatura latinoamericana. Averig¨¹¨¦ que Rulfo hab¨ªa influido en Garc¨ªa M¨¢rquez, as¨ª como en algunos otros escritores de su generaci¨®n.
Al mismo tiempo, encontraba una familiaridad entre el universo de estos escritores y el de los escritores del mundo ¨¢rabe. Le¨ªa a Carlos Fuentes o a Mario Vargas Llosa como si fueran de mi pa¨ªs.
P. ?Cu¨¢l cree que es la principal aportaci¨®n a la literatura?
Respuesta. Este auge de la literatura latinoamericana ha sido una suerte para la literatura de la segunda mitad del siglo XX. El azar hizo que varios escritores de una misma generaci¨®n tuviesen talento y mucha imaginaci¨®n al mismo tiempo. Constitu¨ªan una pl¨¦yade de creadores repartidos por todo el continente latinoamericano. Aunque sus estilos sean diferentes, sus temas se encuentran en casi toda su literatura. Han aportado audacia, barroco, una inquietud maravillosa, un resto de surrealismo y una especie de locura que contrasta con el realismo europeo o con la adecuaci¨®n a lo real al estilo estadounidense. Esta literatura ha liberado la imaginaci¨®n; por lo que a m¨ª respecta, estoy seguro de ello: al leer a Onetti, a Borges, a Garc¨ªa M¨¢rquez, a Neruda y a los dem¨¢s, mi escritura ha gozado de un permiso para so?ar e inventar. Les debo esta libertad y este desarrollo de la imaginaci¨®n sin l¨ªmites.
P. ?Alguna reflexi¨®n particular?
Respuesta. Pertenezco a un pueblo en el que el 40% de sus habitantes no saben leer y escribir. Es un drama, una verg¨¹enza. S¨¦ que algunos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica tambi¨¦n viven este drama del analfabetismo. A uno de estos escritores (me parece que era Carlos Fuentes) se le plante¨® esta pregunta: ?por qu¨¦ escribe usted en un continente de analfabetos? Recuerdo perfectamente la respuesta porque es la que yo doy.
La cito de memoria: ¡°Escribo aunque s¨¦ que el pueblo no me leer¨¢, y precisamente porque le han impedido aprender a leer tengo que escribir bien, muy bien, y tengo que darle lo mejor, porque un d¨ªa ese pueblo me leer¨¢, y si no es ¨¦l, ser¨¢n sus hijos, y ah¨ª es cuando mi texto tendr¨¢ que ser irreprochable...¡±. Esta es la idea que aprend¨ª y la he expresado a menudo cuando me lo han preguntado: escribes en un pa¨ªs de analfabetos (y luego algunos a?aden), y adem¨¢s escribes en un idioma que no es el del pueblo, ?escribes en el idioma del colonizador!
Los que me han reprochado que escriba en franc¨¦s en vez de en ¨¢rabe, me ped¨ªan en cierta manera que dejara de escribir, porque saben que no domino lo suficiente el idioma del Cor¨¢n para expresarme libremente como lo hago en franc¨¦s. El citar la respuesta de esta literatura latinoamericana me ha ayudado y me ha apoyado para seguir mi camino de escritor, testigo de mi ¨¦poca y testigo vigilante que a veces act¨²a. No soy un escritor escondido y tranquilo. Intervengo como ciudadano, pero no llegar¨¦ hasta el punto de hacer pol¨ªtica como Vargas Llosa.
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