Aquellos d¨ªas del camarada Javier Pradera
Santos Juli¨¢ reconstruye el tiempo de lucha pol¨ªtica del editor y columnista fallecido en 2011
Javier Pradera (San Sebasti¨¢n, 1934-Madrid, 2011) fue un ni?o socializado en el franquismo. A¨²n m¨¢s: creci¨® en una familia de vencedores de la guerra con derecho al resentimiento (su padre y su abuelo fueron asesinados en 1936 por fusiles del bando republicano). Algo, o mucho, tuvo que fallar en aquel proceso de educaci¨®n moral, pol¨ªtica y religiosa del r¨¦gimen para que Pradera acabase en brazos de un partido del bando de los vencidos ¡ªel m¨¢s denostado de todos¡ª para reconciliarse consigo mismo.
No fue f¨¢cil ni gratis. Santos Juli¨¢ record¨® ayer, durante la presentaci¨®n del libro Camarada Javier Pradera (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores), que pag¨® por ello: ¡°Javier, y muchos como ¨¦l, arriesgaron mucho. Javier puso en juego su carrera a los 19 a?os, cuando decidi¨® entrar en el PCE al mismo tiempo que preparaba las oposiciones para acceder al cuerpo jur¨ªdico del Ej¨¦rcito del Aire. Les cost¨®, pero lo vivieron como la liberaci¨®n de un fardo, de un mundo en el que estaban en ruptura desde muy j¨®venes¡±.
Explicar por qu¨¦ los hijos de los vencedores se aferran a la causa de los vencidos es una de las cuestiones que atraparon a Juli¨¢ por las solapas y le sumergieron en la investigaci¨®n de un contexto hist¨®rico, a caballo entre los cincuenta y sesenta, en el que se mueven las placas tect¨®nicas del comunismo espa?ol, con el desplazamiento de Dolores Ib¨¢rruri o el despliegue de ¡°la llamada reconciliaci¨®n nacional¡±. Javier Pradera, que luego ser¨ªa editor, columnista y fundador del diario EL PAIS y de la revista Claves de raz¨®n pr¨¢ctica, milit¨® en el Partido Comunista entre 1955 y 1965. Una elecci¨®n que, entre otros peajes, le cost¨® un a?o en la prisi¨®n militar de Alcal¨¢ de Henares, la p¨¦rdida de su plaza en el cuerpo jur¨ªdico del Ej¨¦rcito del Aire y la expulsi¨®n de la carrera docente.
El libro de Santos Juli¨¢ se centra en ese decenio marcado por la oposici¨®n al franquismo. Incluye documentos judiciales in¨¦ditos de archivos espa?oles, cartas entre Pradera y Federico S¨¢nchez (alias de Jorge Sempr¨²n, su mejor amigo de la clandestinidad), escritos pol¨ªticos y el arranque de unas memorias que nunca acab¨®. Porque Pradera, que en este diario firm¨® 2.242 art¨ªculos, entre el 16 de mayo de 1976 (Vestir al desnudo) y el 20 de noviembre de 2011 (Al borde del abismo), se resisti¨® toda su vida a poner por escrito el resultado de mirar el retrovisor. Casi hasta el final. ¡°Fue una decisi¨®n tard¨ªa¡±, cont¨® su viuda, Natalia Rodr¨ªguez-Salmones. Lo que dobleg¨® sus reticencias fue cierto sentido del compromiso y de la reparaci¨®n hist¨®rica. Aquellos j¨®venes camaradas que se hab¨ªan jugado el tipo, entre otras cosas, apenas eran nadie para las generaciones de hoy. ¡°Para ¨¦l fue muy importante la desaparici¨®n de compa?eros que mor¨ªan casi en el anonimato. Vivi¨® como un deber moral explicar por qu¨¦ tanta gente estuvo luchando contra Franco¡±, desvel¨® Rodr¨ªguez-Salmones.
El propio Javier Pradera lo cuenta en el arranque de lo que titul¨® Introducci¨®n a unas memorias: ¡°Nunca hubiera emprendido esa tarea de recordar la existencia personal para ense?anza de las gentes venideras, que Ortega y Gasset consideraba casi un deber, si esos materiales de historia personal no hubiesen sido del todo punto indispensables para una reflexi¨®n m¨¢s general sobre las consecuencias de la guerra civil espa?ola de 1936 sobre las generaciones adscritas por razones de familia al bando vencedor en un conflicto al que fueron f¨ªsicamente ajenos¡±.
Pradera dej¨® el PCE ¡°sin hacer ruido¡±, seg¨²n Santos Juli¨¢. Luego se convertir¨ªa en un editor y un columnista de referencia durante la democracia. Nuevas vidas que ocupar¨¢n dos nuevos libros: Escritos de la Transici¨®n, de Charles Powell, y El diablo en la botella, de Fernando Vallesp¨ªn.
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