La hora de las tres dimensiones
He aqu¨ª el espect¨¢culo de las tres dimensiones, el sentido de los efectos especiales
Viene La vida de Pi con el runr¨²n de pel¨ªcula que cambiar¨¢ el cine en antes y despu¨¦s. Y cada vez que eso ocurre, entran los temblores. Comienza el supuesto hito y, durante 45 minutos, el sonrojo. ?o?a, indolente y sentimentaloide; una novela contada, incapaz de huir de su origen literario para abrazar el lenguaje de la narrativa cinematogr¨¢fica, acrecentada por esa espantosa configuraci¨®n de las tres dimensiones en las secuencias naturalistas de interior y exterior en las que no hay, digamos, la creaci¨®n de un nuevo universo. Parece incre¨ªble que un cineasta del calibre de Ang Lee se haya metido en tal berenjenal, y nos volvemos a preguntar para qu¨¦ sirve el 3D en las pel¨ªculas sin efectos especiales si se utiliza con los recursos de puesta en escena del 2D. La respuesta es que solo sirve para cargarse la profundidad de campo, para que los tama?os sean equ¨ªvocos y para demostrar que para la configuraci¨®n del 3D como algo especial en este tipo de secuencias antes habr¨ªa que reinventar el lenguaje y huir de los desperfectos que producen, por ejemplo, los planos-contraplanos con escorzo, en los que solo hay sombras.
LA VIDA DE PI
Direcci¨®n: Ang Lee.
Int¨¦rpretes: Suraj Sharma, Irrfan Khan, Rafe Spall, Gautam Belur, Tabu, Ayush Tandon.
G¨¦nero: aventura. EE UU, 2012.
Duraci¨®n: 127 minutos.
Pero he aqu¨ª que a los tres cuartos de hora la pel¨ªcula da un giro de 180 grados, sobreviene la secuencia del hundimiento y la aventura del n¨¢ufrago, y todo adquiere otro significado. Nos caemos del guindo: efectivamente es lo nunca visto. He aqu¨ª el espect¨¢culo de las tres dimensiones, el sentido de los efectos especiales. La eterna lucha entre hombre y animal por su propio espacio en la tierra, expuesta con emoci¨®n, dulzura, tacto, bravura. Una hora de sensaciones conmovedoras, absolutamente nuevas, en torno a la aventura de la vida.
Eso s¨ª, de vuelta al naturalismo, a la f¨¢bula contada, a¨²n queda una se?al m¨¢s de su tono de autoayuda ligera, de trascendencia new age previamente mascada. Expuesta la historia, queda claro su simbolismo, qui¨¦n es qui¨¦n en esta turbadora par¨¢bola. Y sin embargo, el interlocutor del fabulador a¨²n (re)pregunta, en un momento nefasto, solo apto para espectadores con d¨¦ficit de atenci¨®n. ¡°Es una historia que te convencer¨¢ de la existencia de Dios¡±, dice un personaje. Quiz¨¢ sea demasiado, pero al menos demuestra que las tres dimensiones pueden servir para experimentar una hora de espect¨¢culo innovador.
Babelia
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