Protecci¨®n
Todos necesitamos protecci¨®n. Regresar a las sensaciones primeras en el saco amni¨®tico, esos orines fetales que a?oraremos ya siempre, sobre todo en situaciones de desamparo. La fiesta masiva es una placenta l¨²dica, dicen, en tiempos de crisis. Quiz¨¢, pero olvidamos que el poder tambi¨¦n necesita protecci¨®n y una de las maneras m¨¢s directas de lograrlo es el control medi¨¢tico. Por eso, aunque oigan hablar de no interferencia en los medios, de libertad y hasta de cerrar los canales p¨²blicos, los Gobiernos nunca lo hacen porque perder¨ªan su l¨ªquido amni¨®tico. Esa protecci¨®n es imprescindible cuando saltan los accidentes inesperados.
Es injusto que la catarata de desprop¨®sitos que hemos conocido a ra¨ªz de la tragedia del Madrid Arena se limite al h¨¢bito de culpar a los pol¨ªticos. Un alto cargo no puede controlar el detalle de los funcionamientos que habr¨ªan de ser mec¨¢nicos. S¨ª existe el concepto de responsabilidad, que el estudio judicial dejar¨¢ al descubierto una vez establezcan los grados de culpabilidad penal en una cadena tan penosa como la que ya atisbamos.
Pero es triste que los esfuerzos de protecci¨®n desemboquen en la tarea informativa. Por m¨¢s que muchos cambios en los medios p¨²blicos hayan sido traum¨¢ticos, el relevo trae profesionales que seguro que intentan hacer su labor con rigor y merecen su oportunidad de demostrarlo sin cacer¨ªas anticipadas. En ese contexto, el reportaje de Informe semanal sobre la fiesta en que murieron cinco j¨®venes no ayuda. Profesionales que se niegan a firmar la cr¨®nica porque presentaba una escritura err¨®nea, con anomal¨ªas que dejan perplejo a un espectador desprejuiciado, que se encuentra con un tono inapropiado que no reparaba en que estamos frente a un caso de fraude, desatenci¨®n y negligencia criminal y pretend¨ªa trasladar la culpa, en toscos rasgos, a los j¨®venes fiesteros, al alcohol y el desmadre. Faltaba poner de fondo la canci¨®n de los Who: ¡°Es solo desperdicio adolescente, bah¡±. ?Cr¨®nica de una muerte anunciada? No, no va por ah¨ª. La comisi¨®n pol¨ªtica abierta en el Ayuntamiento ya provoca tristeza por su poca ambici¨®n, pero el esfuerzo medi¨¢tico por proteger al poder, que se deja sentir y mucho, conseguir¨¢ exactamente lo contrario. Que percibamos tanta prudencia como un manifiesto esfuerzo por eludir la responsabilidad.
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