Michael Gira: ¡°A los j¨®venes les fascina lo que no entienden¡±
El m¨²sico de Los ?ngeles publica nuevo trabajo al frente de la banda Swans Act¨²a este jueves en Barcelona y el viernes en Madrid en el festival Primavera Club
Afirma Michael Gira (Los ?ngeles, 1954) que The seer, su ¨²ltimo trabajo al frente de Swans, la banda que lidera desde 1982, es la culminaci¨®n de tres d¨¦cadas de b¨²squeda. El trayecto arranc¨® en el Nueva York de la no wave, compartiendo escenario con bandas como Sonic Youth y destilando ya el estilo abrasivo y experimental que caracterizar¨ªa sus composiciones y que, con los a?os, lejos de amortiguarse, se ha ido radicalizando.
Durante la traves¨ªa de los noventa, Swans fue, poco a poco, dejando de ser prioritario para Gira. Fund¨® el sello Young God, lanzando obras de artistas como Akron/Family o Devendra Banhart, e incluso public¨® un par de libros en la editorial de Henry Rollins, interesantes trabajos de narrativa y prosa po¨¦tica que, de alguna manera, sentaron las bases de la muerte de Swans y la llegada de Angel Of Light ¡ªlas letras abandonaron la frase contundente y el mantra a favor del relato¡ª, un proyecto musical menos agresivo que no nac¨ªa de la incomodidad del Nueva York post punk, sino de la aceptaci¨®n de la m¨²sica de ra¨ªces norteamericana como fuente de inspiraci¨®n para el rock alternativo.
Dej¨® Nueva York. Se cas¨®. Tuvo una hija. Se divorci¨®. Reform¨® Swans en 2010 y ahora proclama orgulloso que ha logrado, por fin, coronar la cima, algo que supone que Gira, durante treinta a?os, lo ha hecho todo con cierto sentido de finalidad. "No es eso, joder", interrumpe el hombre v¨ªa telef¨®nica. Se halla en una furgoneta aparcada en un ¨¢rea de servicio al norte de Florida. De gira con la nueva formaci¨®n de Swans, con la que actuar¨¢ este jueves en Barcelona en el festival Primavera Club. "A ver, si lo pensamos bien, todo lo que hago es la culminaci¨®n de m¨ª mismo, incluso hablar contigo ahora. A lo que me refer¨ªa es a que el disco me proporciona un sentido de libertad que no hab¨ªa tenido antes. En ¨¦l he volcado todo lo que s¨¦ y he aprendido, tengo la sensaci¨®n de haber puesto aqu¨ª todo el conocimiento que he acumulado, ya no en los 30 a?os que llevo haciendo m¨²sica sino en mis m¨¢s de cincuenta como ser humano. Es un disco que est¨¢ al l¨ªmite, cerca del abismo".
?Se asoma Gira al abismo de su propia mortalidad, o est¨¢ una vez m¨¢s enredando con su propia realidad? "Como ser humano, he logrado estar bastante en paz conmigo mismo. Alejarse de Nueva York, vivir en el campo, no deber rendir cuentas a nadie¡ No s¨¦ si nada de esto tiene que ver en c¨®mo es este ¨¢lbum. Igual s¨ª. Tal vez deber¨ªas venir y comprobarlo". Esto ¨²ltimo parece complicado, m¨¢s si tenemos en cuenta que esta entrevista ten¨ªa que hacerse una semana antes v¨ªa Skype, pero el se?or Gira se neg¨® a aceptar la solicitud de contacto. "?Eso hice?", responde con cierta retranca.
A pesar de contar con un tema de 32 minutos y dos m¨¢s alrededor de los 20 y llegar con la firma de un hombre que rechaza las llamadas de la prensa, The seer en ning¨²n momento da la sensaci¨®n de ser un ¨¢lbum que se abandona a la improvisaci¨®n. La m¨²sica conduce a la banda, no al rev¨¦s. Una jam session se antoja algo demasiado vulgar para alguien como Gira. Este disco posee demasiadas ideas como para pensar que pudieran surgir de forma espont¨¢nea. "Es que cuando pienso en improvisar, me viene a la cabeza un t¨ªo haciendo solos eternos de guitarra, y eso no", sentencia Gira, quien afirma que en su directo actual interpreta temas de este ¨²ltimo disco, nuevas composiciones y solo un tema antiguo. "?Para qu¨¦ demonios voy a tocar canciones viejas?", interrumpe el interlocutor. "Una de las cosas buenas de no tener que rendir cuentas a nadie es que me puedo permitir hacer lo que me da la gana. Tal vez a veces no sea muy divertido trabajar conmigo, pero ahora mismo solo siento que tengo una responsabilidad para con mi descendencia y mi ex mujer. Mientras gane dinero suficiente para ellas. Adem¨¢s, tampoco es que mi legado est¨¦ plagado de singles de ¨¦xito".
Lo cierto es que no lo est¨¢, pero la idoneidad de la decisi¨®n de Gira de aludir cualquier contacto con al nostalgia se justifica desde el momento en el que, desde su retorno en 2010, la edad media de su p¨²blico ha rejuvenecido dram¨¢ticamente y que tal vez el ¨²nico ajuste de cuentas con su pasado que le quedaba pendiente lo finiquit¨® con Eden prison, un tema de su anterior largo en el que por primera vez abordaba el tema de su encarcelamiento en Israel cuando, siendo adolescente, fue arrestado por vender hach¨ªs y tuvo que se repatriado por la diplomacia estadounidense tras varios meses entre rejas. "Es curioso, porque ese tema no iba a ser para Swans, pero en un ensayo sin demasiada intenci¨®n que hice junto a los m¨²sicos, la tocamos y de golpe vi que era un tema de Swans, a pesar de que la tem¨¢tica y la narrativa me sonaban m¨¢s a que la canci¨®n encajaba mejor con Angels of Light. Tras doce horas tocando este tema y otros, aquella noche decid¨ª que iba a romper mi palabra una vez m¨¢s y reformar¨ªa Swans".
Solo en su casa en Woodstock, alejado de las leyes de la industria y viviendo una suerte de segunda juventud propiciada por la tozudez, afirma que otra forma de envejecer es posible, Gira es consciente de que tal vez hoy goza de m¨¢s popularidad de la que jam¨¢s ha tenido. Adem¨¢s, el convertirse en una anomal¨ªa dentro del panorama musical global se ahorra el verse adosado a ning¨²n tipo de escena, algo de lo que ha huido desde su m¨¢s airada juventud hasta su actual crep¨²sculo ruidoso.
"Antes de Internet, llegabas a unos pocos y pensabas que hab¨ªa muchos que, si te pudieran escuchar, igual se hac¨ªan fans. Ahora da la sensaci¨®n de que puedes llegar a todo tu p¨²blico potencial. De alguna manera, llego a los de mi edad que a¨²n piensan en hacer algo bueno antes de morir y a los j¨®venes, bueno, a los j¨®venes siempre les ha fascinado lo que cuesta entender, y tal vez hoy se les da demasiada m¨²sica literal".
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