Israel Galv¨¢n: un baile personal, un estilo diferente
El artista sevillano estrena en el Teatro Real 'Lo Real-Le R¨¦el-The Real', que viajar¨¢ a Par¨ªs, Barcelona y ?msterdam. Como tel¨®n de fondo, el Holocausto y el pueblo gitano Publicamos los apuntes de un guion dadaista
Sobre el escenario del Teatro Real el bailaor sevillano Israel Galv¨¢n estar¨¢ acompa?ado de dos bailaoras: su hermana Isabel Bay¨®n y Bel¨¦n Maya, la hija de su mentor y maestro, Mario Maya. Las dos mujeres har¨¢n de batientes para un tr¨ªptico donde el panel central es Israel. En palabras de sus autores: ¡°Lo Real/Le R¨¦el/The Real no es propiamente una obra con argumento, pero claro que suceden cosas, y muchas a la vez, apelando a distintos niveles de significado. Como las capas de una cebolla, los argumentos se van superponiendo m¨¢s que sucediendo uno tras otro. Lo que sigue es entonces un programa, m¨¢s que como una sucesi¨®n de acontecimientos, como una serie de preguntas que podemos hacernos mientras vemos lo que va apareciendo sobre el escenario¡±.
Para esa sucesi¨®n de significados esc¨¦nicos, el propio Galv¨¢n ha escrito un guion musical con un proceso de dramaturgia en el que tambi¨¦n han intervenido Txiki Berraondo (director de escena) y Pedro G. Romero (director art¨ªstico). Y este es el resultado literario, verdadero collage casi dada¨ªsta que quiz¨¢s ilumina la senda danc¨ªstica de este artista singular, o que, por otra parte, prepara la urdimbre pasiva de un tejido m¨®vil y prometedor:
Pr¨®logo:
Se corta el aire
El punto de vista ?amenco. Presentaci¨®n del testigo y sus herramientas.
Primera parte
Un hombre: de los muertos crecen ?ores
Una mujer: el cielo tiembla y se cae
Lo Real/Le R¨¦el/The Real
Israel Galv¨¢n. Teatro Real de Madrid. Del 12 al 22 de dicembre.
El ?amenco es lo que habla, canta, baila: grana¨ªnas, malague?as, verdiales. Suerte de exorcismo, el mal que crece dentro de m¨ª. ?Se pregunt¨® alguien por qu¨¦ Hitler in my heart, la composici¨®n de Antony and The Johnsons, es un fandango? Fandango, fado, predestinaci¨®n, destino¡
Las mismas ciencias positivas que ayudaron a conocer el ?amenco construyeron la maquinaria racista de exterminio. Antes de la modernidad, nuestra Edad Media: a los gitanos se les persigui¨® siempre.
Un arte degenerado. Tom¨¢s de Perrate mete por ton¨¢s el Karawane de Hugo Ball. ?Qu¨¦ signi?ca ser orientales? Extra?os compa?eros de cama: jud¨ªos, homosexuales, testigos de Jehov¨¢, comunistas y gitanos. ?Qu¨¦ signi?cado, entonces, podemos dar al orientalismo? Met¨¢stasis: donde Xenakis, antifascista, herido por sus mismos aliados, de?ne con precisi¨®n la forma de la anomal¨ªa.
Una m¨²sica que sale de ah¨ª, lo que en Europa llaman las clases delincuentes. Nos dec¨ªan ¡°robagallinas¡±, siempre al asalto del corral. Es posible imaginar a la vez el ?amenco y a los nazis. La primera pel¨ªcula de Tony Gatlif, Canta gitano: el maestro Mario Maya baila en el campo de concentraci¨®n, Manuel de Paula por cabales, ¡°¨¢brase la tierra que me quiero morir¡¡±.
Intermedio
Carmen, la chinche y la pulga
?Y esa extra?a fascinaci¨®n? Un emblema nacionalista, Tie?and, en la que Leni Riefestahl hace de bailaora mientras los gitanos representan a los habitantes impuros de las tierras bajas.
Y la pasi¨®n de Goebbels por nuestras estrellas cinematogr¨¢?cas agitanadas, por el folclore patrio. M¨¢s all¨¢ de la propaganda, se anuncia un mundo que hace iguales a los hombres y a sus mercader¨ªas.
Carmen la de Triana o Mariquilla Terremoto. Nietzsche contra Wagner: no solo Carmen, la m¨²sica africana de Bizet, ¡°?jam¨¢s escuche una m¨²sica tan verdadera, esa Jota de los Ratas¡± que Chueca arroja a la cara del mundo desde La Gran V¨ªa! En el reino de la mercanc¨ªa los chamarileros estorban, solo venden baratijas.
Historias raras: una jud¨ªa holandesa salva su vida gracias a su retrato como bailaora gitana; los dibujos de ?amencas de Hannah en los barracones de Terez¨ªn; en el campo, Madame Fif¨ª, la bailarina, desnuda ante el o?cial de la Gestapo, le arrebata su pistola, lo mata y, a continuaci¨®n, se suicida. ?Hay juicio al ?nal de la historia?
?ltima estaci¨®n
La muerte es un maestro bienvenido
Pero, ?qu¨¦ cosa es un campo de concentraci¨®n? ¡°A nosotros, la primera vez que nos detuvieron, nos llevaron detenidos al campo, como a mi padre, como a nuestros abuelos, como siempre a nuestra gente.¡± Los gitanos no han contado su historia, no han contado en la historia. Meter voces gitanas en los Differents trains de Steve Reich.
?C¨®mo empezar a contar nuestra historia sin ser absorbidos por la gran Historia? ?C¨®mo seguir diciendo que somos pueblo sin aspirar a ser naci¨®n? ?Es eso lo que la voz ?amenca puede ofrecerle a los gitanos?
Plegaria: la banda de jud¨ªos y gitanos interpreta La muerte es un maestro venido de Alemania, el tango sobre el poema de Paul Celan. Pies contra geograf¨ªa. La tierra no es un pa¨ªs. El suelo no conoce los mapas. Para los fantasmas la representaci¨®n no es un problema. Los que somos nadie, los que no tenemos nombre.
El clap de una mano contra el cuerpo, la rodilla rota contra la tarima, una palma sorda, la respiraci¨®n tartamuda, el sonido del aire al abandonar la garganta. En los m¨¢rgenes de una carretera, al borde del camino, perdido, un vag¨®n de cuerpos vivos y muertos. Intentar demoler el tiempo hist¨®rico alterando su ritmo, otra manera de contar.
Nada se ve. Un, dos, tres. Un, dos, tres. Cuatro, cinco, seis. Cuatro, cinco, seis. Siete.
Sobre el nuevo espect¨¢culo, aguardan sorpresas, en el decir de los m¨¢s expectantes enterados. Lo cierto es que Galv¨¢n no deja indiferente a los p¨²blicos, sean de la procedencia que sean, for¨¢neos o de casa. Un total de 15 artistas en escena entre bailarines, m¨²sicos y actores en una producci¨®n encargada por el coliseo madrile?o que despu¨¦s estar¨¢ de gira por Europa.
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