El nuevo canon digital ya somos todos
El real decreto contempla que la compensaci¨®n se cargue a los Presupuestos Generales La previsi¨®n de pago a las entidades ser¨¢ de cinco millones en 2012, frente a los 115 de 2011
Si se permite el recurso al viejo lema sucesorio, la cosa quedar¨ªa as¨ª: ¡°El canon digital ha muerto, viva la compensaci¨®n equitativa por copia privada¡±. Y si tomamos prestado cierto eslogan de concienciaci¨®n tributaria, de este otro modo: ¡°El nuevo canon somos todos¡±. El Consejo de Ministros celebrado ayer sirvi¨® para certificar la defunci¨®n del antiguo sistema de remuneraci¨®n por las copias particulares a las entidades de gesti¨®n de derechos de autor (es decir, a creadores, productores, actores...) Tambi¨¦n, para instaurar un nuevo r¨¦gimen, seg¨²n el cual, lo que se deja de cobrar por esas copias privadas se remunerar¨¢ ¡°a ejercicio vencido¡± mediante una partida fijada en los Presupuestos Generales del Estado.
En otras palabras, ya no soportan las cargas los que compren dispositivos electr¨®nicos que permitan duplicar contenidos sujetos a la propiedad intelectual, sino que pagaremos todos por igual. ?Cu¨¢nto? Mucho menos que con el viejo y pol¨¦mico canon digital (las entidades recibieron 115 millones en 2011). En lo que respecta a 2012 se ha calculado que el da?o hecho asciende a cinco millones de euros, cantidad ya contemplada en el anteproyecto de la ley presupuestaria presentada el pasado septiembre y que se mantendr¨¢ igual en 2013. Dividan entre 46 millones de habitantes si quieren saber a cu¨¢nto salen: casi 11 c¨¦ntimos.
Con este anuncio se culmina el proceso iniciado con la decisi¨®n, ¡°una de las primeras del Gobierno del PP¡±, seg¨²n se record¨® ayer, de suprimir el canon, hecho por la misma Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y en otro d¨ªa semifestivo, el 30 de diciembre de 2011. ¡°El Real Decreto¡±, explic¨® la vicepresidenta, ¡°establece unos principios t¨¦cnicos que determinan qui¨¦nes son los beneficiarios, con cu¨¢nto se les compensar¨¢ y c¨®mo, qu¨¦ porcentajes se destinar¨¢n a los soportes audiovisuales, libros y discos¡±.
Las afectadas
En Espa?a existen ocho entidades de gesti¨®n. Las denominadas de autores: SGAE (Sociedad General de Autores y Editores), CEDRO (Centro Espa?ol de Derechos Reprogr¨¢ficos), VEGAP (Visual Entidad de Gesti¨®n de Artistas Pl¨¢sticos), y DAMA(Derechos de Autor de Medios Audiovisuales). De int¨¦rpretes: AIE (Artistas Int¨¦rpretes, Sociedad de Gesti¨®n de Espa?a), AISGE (Artistas Int¨¦rpretes, Sociedad de Gesti¨®n). Productores: AGEDI (Asociaci¨®n de Gesti¨®n de Derechos Intelectuales), EGEDA (Entidad de los productores audiovisuales).
El reglamento aprobado establece que en el caso de fonogramas y soportes sonoros, el 50% ir¨¢ a los autores, el 25% a los artistas int¨¦rpretes o ejecutantes y el 25% restante a productores. En soportes audiovisuales, un tercio ir¨¢ a los autores, otro para los artistas int¨¦rpretes y el tercio restante a los productores.
El 55% de la compensaci¨®n en el sector del libro ser¨¢ para los autores y el 45% de los editores.
A¨²n queda por saber de qu¨¦ modo se repartir¨¢n esos cinco millones entre las ocho entidades de gesti¨®n, extremo que preocupa mucho a estas y que se fijar¨¢ por orden ministerial, aunque en el texto aprobado ayer ya se establecen porcentajes de un modo general (ver la ficha), se prev¨¦ que se puedan conceder anticipos y se obliga a destinar un 40% del dinero a ¡°la promoci¨®n de actividades de car¨¢cter asistencial y a la realizaci¨®n de actividades de formaci¨®n y promoci¨®n de autores y artistas int¨¦rpretes y ejecutantes¡± .
Lo que s¨ª se conoce son los m¨¦todos empleados para calcular esa cantidad: se ha atendido a ¡°criterios objetivos¡± (¡°n¨²mero de copias realizadas, impacto sobre la venta de ejemplares de las obras, precio medio y vigencia de los derechos de propiedad intelectual, da?o m¨ªnimo, aplicaci¨®n de medidas tecnol¨®gicas o el diferente impacto de la vigencia del l¨ªmite seg¨²n el car¨¢cter digital o anal¨®gico de las reproducciones¡±), as¨ª como a estad¨ªsticas oficiales: la Encuesta Industrial de la Producci¨®n, la Encuesta de Presupuestos Familiares o el dato de consumo cultural en los hogares. Tambi¨¦n se ha consultado, afirman desde la Secretar¨ªa de Estado de Cultura, con las entidades. Con estas herramientas se hace un c¨¢lculo del perjuicio que aspira a ser ¡°exacto¡±.
Se haya o no alcanzado la espinosa exactitud, no sorprendi¨® comprobar despu¨¦s del anuncio de S¨¢enz de Santamar¨ªa y tras una ronda de llamadas, que las entidades de gesti¨®n no est¨¢n precisamente de acuerdo con el nuevo r¨¦gimen. No es ya que suscribieran un comunicado conjunto en contra hace un par de semanas con motivo de la celebraci¨®n del 25 aniversario de la promulgaci¨®n de la Ley de Propiedad Intelectual. Es tambi¨¦n que CEDRO (algo as¨ª como la SGAE del libro) ha denunciado ante la Uni¨®n Europea a Espa?a ¡°porque la compensaci¨®n equitativa por copia privada prevista en el sistema no es suficiente, ni adecuada para los titulares de derecho¡±. La denuncia ha sido secundada posteriormente por todas las entidades.
Quiz¨¢ no sorprenda, si se tiene en cuenta que en el a?o transcurrido desde la aniquilaci¨®n del sistema anterior y la instauraci¨®n de este, el ministro Jos¨¦ Ignacio Wert lleg¨® a prometerles en reuniones a t¨ªtulo privado, y seg¨²n algunas fuentes, que la cuant¨ªa ascender¨ªa a 40 millones de euros, es decir, ocho veces m¨¢s de lo finalmente asignado. Tampoco, si se dan por buenos los estudios de parte (en este caso, EGEDA) que aseguran que los fabricantes de los dispositivos afectados por el viejo canon no han bajado los precios desde su supresi¨®n.
Nadie niega, con todo, que el canon digital era un asunto tremendamente impopular, adem¨¢s de ilegal: qued¨® tocado de muerte por las dos sentencias del caso Padawan (llamado as¨ª por la tienda de inform¨¢tica barcelonesa que recurri¨® con ¨¦xito el sistema anterior) que lo tumbaron en el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea y en la Audiencia Nacional. No hay que perder de vista, adem¨¢s, que trata asuntos de un mundo anal¨®gico (?CD v¨ªrgenes!, ?fotocopiadoras!) que cada vez suenan m¨¢s a cosa del pasado.
Muchos de estos intercambios se dirimen ya en eso que se conoce como la nube y denomina un espacio inconcreto de almacenamiento de archivos, tambi¨¦n los sujetos a derechos de autor (hablamos de microuniversos como Spotify, iTunes o Filmin). Esas realidades paralelas quedan fuera de este sistema de compensaci¨®n por copia privada. Su regulaci¨®n se ver¨¢ revisada con la reforma parcial de la Ley de Propiedad Intelectual, en la que trabaja el equipo de Mar¨ªa Teresa Lizaranzu, directora general de Pol¨ªtica e Industrias Culturales y del Libro. Al final de ese t¨²nel aguarda el establecimiento de unas nuevas reglas de juego que pasan por el respeto de las licencias digitales y la transparencia en el reparto por parte de las entidades.
?C¨®mo lograrlo? Para ello se invoca como un talism¨¢n el sistema comenzado a ensayar esta semana en la primera reuni¨®n para tratar la reforma de la financiaci¨®n del Cine, en la que el secretario de Estado, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle sent¨® a todos los interesados. En una esquina, productores, exhibidores, distribuidores y cadenas de televisi¨®n. En la otra, los ministerios de Hacienda, Industria, Econom¨ªa, Vicepresidencia y Presidencia del Gobierno. Eso no garantiza la direcci¨®n en la que volar¨¢n los golpes en el cuadril¨¢tero. Pero al menos, es un comienzo.
Babelia
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