Anoten

Incre¨ªble suceso: el Gobierno ha cumplido una de sus promesas electorales. Laminada la promesa de subir las pensiones no quedaba ya m¨¢s, como dec¨ªan los chistes, que Rajoy se casara en matrimonio gay y aprobara la eutanasia. Pues no, una promesa se ha cumplido: eliminar el canon digital. Es una medida popular, elimina una tirita que no curaba un hachazo y nunca fue entendida por los ciudadanos. Pero en su contundencia hueca, m¨¢s bien se suma al fustigamiento de ese gremio descarriado de los artistas, al que se lleva invitando a callar de modo bastante evidente, para que jam¨¢s vuelva a involucrarse en el discurso p¨²blico, salvo si es para repartir juguetes a los ni?os pobres, como en los felices a?os de don Ces¨¢reo Gonz¨¢lez.

Poco importa que ahora todos los espa?oles tengan que pagar una cantidad fijada en criterios surrealistas, seg¨²n el supuesto conocimiento preciso de lo que se est¨¢ robando en cada terminal. Las empresas importadoras de electr¨®nica est¨¢n felices, porque les eliminaron la peque?a tasa que ellos revert¨ªan sobre el comprador, y si no bajaron los precios fue porque alguien apag¨® la alarma social. Es un asunto complejo donde la justicia reflexiva ha vuelto a perecer frente a la intoxicaci¨®n. Pero el feliz cumplimiento del Gobierno de una promesa electoral merece un convite, casi una macrofiesta. Espa?a necesita alegr¨ªas, por favor, no nos las ahorren.

Puede que la oposici¨®n, hecha polvo y sin destino, est¨¦ desaprovechando la ocasi¨®n de aprender de una vez por todas c¨®mo se gobierna. No importan las encuestas ni el ruido de la calle, el dolor se reconoce pero no es una prioridad paliarlo. Aunque el plan reformista estaba dise?ado para periodo de bonanza econ¨®mica, se aplica ahora en la debacle con la misma contumacia. Se pone en marcha una reforma laboral para abaratar los despidos que t¨² lideras con el vaciado de las empresas p¨²blicas. Y algo ejemplar: si el m¨¢s alto tribunal te dice que es inconstitucional subvencionar a las escuelas que segregan por sexos, redactas una ley de urgencia y garantizas esa subvenci¨®n caiga quien caiga. Eso es gobernar. Y si el resto de partidos no lo aprende, ser¨¢n para siempre lo que son, par¨¦ntesis fallidos en la natural alternancia electoral.