Tan cercano

El martilleo publicitario durante toda la semana sobre el celestial acontecimiento hab¨ªa sido excesivo. Y entiendes que los jefes de prensa y los estrategas de ese regalo del que disfrutamos tanto los espa?oles llamado monarqu¨ªa perciben que las cosas andan chungas para la divina familia cuando necesitan vender con tanto alboroto una entrevista en televisi¨®n al patriarca del clan. Hacen su trabajo, con la convicci¨®n de que el deprimido pueblo llano volver¨¢ a amar al casquivano cuando este les muestre su intimidad, su lado m¨¢s c¨¢lido y humano, sus entra?ables recuerdos familiares, su espontaneidad relatando las cosas de la vida, su honda preocupaci¨®n por el estado de las cosas, su inalterable confianza en que juntos podemos (imagino que no le van a pagar derechos de autor a Obama por el exaltante ¡°podemos¡±) salir de la crisis y, en fin, esas cositas tan originales.

Julio Somoano, aquel aguerrido centuri¨®n de Esperanza Aguirre, se siente en la obligaci¨®n de aparecer de cuerpo entero haciendo de introductor a esas excepcionales confesiones. Nos ilustra sobre la personalidad del entrevistador Hermida defini¨¦ndolo con afanes arqueol¨®gicos como ¡°un rostro hist¨®rico de esta casa¡± y asegura que esta entrevista ya forma parte desde hoy de la historia de Espa?a. O sea, todo es hist¨®rico. Si la capacidad expresiva del tal Samoano es limitada, la de su Majestad tampoco invita a lanzar cohetes cuando no le han escrito el texto. ? Y su interlocutor, el rostro hist¨®rico?. Pues en su l¨ªnea. Para mi deplorable gusto, tan melifluo, sobreactuado y estomagante como siempre.

En la matraca de frases comunes le escucho m¨¢s de una vez al monarca su certidumbre de que la Espa?a de hoy es moderna, democr¨¢tica y solidaria. Vale, ya no es paleol¨ªtica ni dictatorial (qu¨¦ progreso tan r¨¢pido y sublime para estar en 2013), pero ignoro los datos que posee su Majestad para asegurar que es solidaria. Imagino que se refiere a que en algunas casas todos los parados de la familia se alimentan con la jubilaci¨®n del abuelo. La justicia social es prescindible cuando existe la solidaridad familiar. Y, por supuesto, el entrevistador no va a ser tan maleducado como para preguntarle por corrupciones y paquidermos. Que natural resulta todo, que emotivo, que revelador, que bonito. Deber¨ªan mantener esta tradici¨®n en cada cumplea?os de su Majestad.