La ¨®pera prima de la que Kubrick reneg¨®
Durante muchos a?os 'Fear and desire' fue una leyenda. Pero una de las grandes, lo que no es poco en el caso de alguien con tantas leyendas a su alrededor
El t¨ªtulo, Fear and desire (Miedo y deseo), se refer¨ªa a las emociones de los soldados protagonistas, pero no tard¨® en extenderse a los sentimientos encontrados de los aficionados: deseo incontenible de ver una ¨®pera prima que Stanley Kubrick hab¨ªa tratado de destruir por todos los medios y de la que hab¨ªa renegado p¨²blicamente, pero al mismo tiempo, miedo. Miedo a que aquel trabajo de juventud fuera un borr¨®n que pudiera ensuciar la reluciente filmograf¨ªa del director.
Durante muchos a?os Fear and desire fue una leyenda. Pero una de las grandes, lo que no es poco en el caso de alguien con tantas leyendas a su alrededor. Una meiga cinematogr¨¢fica. Pocos la hab¨ªan visto pero todos afirmaban que exist¨ªa. Kubrick la hab¨ªa rodado en 1952 con 23 a?os gracias al dinero que su padre y su t¨ªo le prestaron. En unos bosques de California recre¨® el escenario de una guerra ficticia en la que, combinando escenas de acci¨®n y di¨¢logos psicol¨®gicos, trataba de ahondar en las inquietudes y personalidades de un grupo de soldados atrapados tras las l¨ªneas enemigas. El propio Stanley se encarg¨® de la iluminaci¨®n y, anunciando el car¨¢cter controlador que le har¨ªa c¨¦lebre, no tard¨® en despedir al encargado de sonido despu¨¦s de haber mantenido con ¨¦l acaloradas discusiones en torno a la ubicaci¨®n de los micros. La script era su mujer, Toba Metz. Cuando termin¨® el rodaje comenzaron los tr¨¢mites de divorcio.
?Por qu¨¦ Kubrick reneg¨® de la pel¨ªcula? Cuentan que durante una de las primeras proyecciones, el p¨²blico estallaba en risas cada vez que Paul Mazursky, que interpretaba al m¨¢s joven de los soldados, acomet¨ªa de forma muy teatral sus escenas dram¨¢ticas, y que Stanley abandon¨® la sala envuelto en l¨¢grimas. Dio igual que publicaciones como Variety hicieran cr¨ªticas positivas de la pel¨ªcula y que auguraran un futuro prometedor al director. A partir de ese instante, Kubrick odi¨® Fear and desire, hasta el punto de que hizo todo lo posible para que quedara fuera de circulaci¨®n. ?l mismo supervis¨® la destrucci¨®n del negativo pero dej¨® un cabo suelto: la compa?¨ªa Kodak guardaba siempre en sus archivos una copia adicional. Adem¨¢s, en 1980, se encontr¨® en Puerto Rico un negativo original que fue adquirido y restaurado a?os despu¨¦s por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
El domingo TCM emite, por primera vez en Espa?a, Fear and desire. Antes de sentarse (o no) ante el televisor, el aficionado tendr¨¢ que solucionar un interesante dilema: traicionar a Kubrick, o renunciar a descubrir una rareza que, para lo bueno y para lo malo, es el embri¨®n de la obra de uno de los grandes genios de la historia del cine.
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