Entre la tradici¨®n y el ¡®underground¡¯
El grupo de Bogot¨¢ La 33 combina la actitud rock con la tradici¨®n de la salsa y los sonidos de estilos como el 'boogaloo' y la descarga
A comienzos de enero, poco antes de que su nombre nuevamente estremeciera a toda Am¨¦rica Latina, aunque esta vez por la polvareda que levantaron sus pol¨¦micos tuits sobre la actual situaci¨®n pol¨ªtica de Venezuela y la salud del presidente Ch¨¢vez, el legendario salsero Willie Col¨®n emple¨® su cuenta de la red social del pajarito azul para recomendarle a sus seguidores a Bacalao Men. ¡°Est¨¢ ch¨¦vere. Nice!¡±, expres¨® el art¨ªfice nuyorican, al que se le debe el protagonismo del tromb¨®n en el g¨¦nero, y que form¨® c¨¦lebres t¨¢ndems junto a H¨¦ctor Lavoe y Rub¨¦n Blades a lo largo de su prol¨ªfica trayectoria, acerca de la agrupaci¨®n caraque?a que fij¨® recientemente residencia en Miami. Y es que el combinado creado en 1999 promueve una manera diferente de comprender y redimir la salsa, primordialmente la llamada brava, a partir de la impronta ecl¨¦ctica de sus integrantes. Casi todos tienen un pasado importante en el rock, especialmente su l¨ªder, el bajista y cantante Pablo Estacio ¨Creferente en los ochenta del post punk de la cuna de Bol¨ªvar¨C, lo que ha permitido la elucubraci¨®n de un sonido h¨ªbrido en el que tambi¨¦n fluyen el funk afrodis¨ªaco, el lado oscuro de la electr¨®nica, el hip hop y la psicodelia.
Mientras Bacalao Men prepara su cuarto ¨¢lbum de estudio, el sucesor de Sabaneando (2011), los pa¨ªses de la regi¨®n en los que la salsa se arraig¨® como un estilo de vida han sido testigos, al menos en la ¨²ltima d¨¦cada, del auge de proyectos abocados al g¨¦nero erigidos por m¨²sicos formados en la cultura rock. No obstante, este fen¨®meno, que sucede en simult¨¢neo con la aparici¨®n de orquestas y grupos de la escena salsera conformados por j¨®venes que dieron rienda suelta a un modesto repertorio original ¨Cantes que resignarse a la reproducci¨®n de esos cl¨¢sicos imposibles de superar¨C, ofrece dos variantes: la que apela a la fusi¨®n o la que apuesta por la recreaci¨®n del estilo. En ese sentido, el grupo colombiano La 33 comanda el conglomerado de agrupaciones que rescataron el esp¨ªritu proletario del sonido engendrado en las calles de Nueva York y de las metr¨®polis caribe?as, que alcanz¨® su ¨¦poca dorada en la d¨¦cada de los sesenta y setenta, pero que, gracias al flirteo de sus integrantes con el pop, el heavy metal, el punk o la electr¨®nica, cal¨® hondo en las nuevas generaciones de p¨²blico de su pa¨ªs, sobre todo en una audiencia ajena al circuito musical tropical.
¡°Si bien un rockero es muy diferente a un salsero, en su forma de vida o en la manera de moverse sobre el escenario, respetamos la salsa e intentamos hacerla lo m¨¢s pura posible. A partir de esa base, y de nuestras ganas de encontrar una identidad y un sonido propio, el grupo se destac¨® por tener un tinte diferente¡±, argumenta Sergio Mej¨ªa, director y bajista del conjunto establecido hace 12 a?os en Bogot¨¢, en parte, como respuesta a la dictadura del reguet¨®n en la noche capitalina, antes de su debut en Buenos Aires, a comienzos de enero, en la discoteca Niceto Club. ¡°Tras estudiar la salsa de los sesenta y setenta, que era ese sonido neoyorquino y caribe?o que nos gusta, rescatamos la agresividad que se perdi¨® en los ochenta, d¨¦cada en la que ese sabor callejero tom¨® rumbo para otro lado y fue reemplazado por una onda muy pop. Retomamos, entonces, esa impronta m¨¢s antigua, fundamentada en el boogaloo, la descarga y otros estilos, y la volvimos a posicionar, aunque con elementos diferentes, un poco por el background de cada m¨²sico. Sin embargo, pese al tiempo transcurrido, seguimos aprendiendo¡±.
La 33 irrumpi¨® en una ¨¦poca en la que el fascinante underground bogotano se preparaba para el recambio no s¨®lo generacional, sino musical, con el indie y la m¨²sica dance entre sus principales bastiones sonoros. Por eso, substancialmente en sus primero a?os, fue considerado, por esa misma condici¨®n contextual e insular, una agrupaci¨®n de culto. ¡°Creo que eso se debi¨® a dos cosas: a ese rescate del sonido que en alg¨²n momento se perdi¨®, pero que un mont¨®n de gente, tanto en Colombia como en el resto del mundo, continu¨® consumiendo y consultando, a manera de referencia esencial, porque muchos coleccionistas de salsa siguieron comprando esos discos y escuchando m¨²sica vieja. As¨ª que una generaci¨®n de p¨²blico se qued¨® prendada a ese tipo de salsa, y no me refiero s¨®lo a los intelectuales, sino a todas las clases sociales¡±, describe Sim¨®n, cuyo liderazgo en la banda lo comparte con su hermano Santiago, pianista y coordinador de la orquesta que tom¨® su nombre de la calle en la que se encuentra su sala de ensayo. ¡°Al mismo tiempo, la juventud que tiene el grupo, esa apariencia rockera, atrajo tambi¨¦n a una audiencia m¨¢s joven¡±.
Ahora que se encuentra en proceso de realizaci¨®n la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, puesta en marcha por el director Carlos Moreno, de la venerada novela ?Qu¨¦ viva la m¨²sica! (1977), de la hoy estrella de pop de la literatura colombiana, el desaparecido Andr¨¦s Caicedo (se suicid¨® a los 25 a?os, tras recibir una copia del libro), en la que la salsa y los Rolling Stones confeccionan la banda de sonido del argumento, La 33 podr¨ªa suponerse como el ins¨®lito arrebato de la imaginer¨ªa del escritor cale?o. Lo cierto es que el grupo bogotano es el conjunto de cabecera de un sector de estudiantes universitarios que sigue con devoci¨®n el rico heraldo salsero local, que tiene en el c¨¦lebre Joe Arroyo a su figura universal. A pesar del respeto por esa iconograf¨ªa, el conjunto del barrio de Teusaquillo sali¨® adelante con un repertorio en el que paulatinamente predominaron las canciones propias. ¡°Las discotecas siempre nos exig¨ªan que toc¨¢ramos versiones porque la gente baila lo que conoce. Si nadie sabe qui¨¦n eres, mover la pista no es tan sencillo¡±, afirma el bajista y director. ¡°De forma que, aparte de nuestros temas, incluimos m¨²sica que ya exist¨ªa para que nos ayudara a lidiar con el p¨²blico¡±.
As¨ª que adem¨¢s de La pantera mambo, una adaptaci¨®n del tema de La Pantera Rosa, de Henry Mancini, o de atreverse a improvisar un intro inspirado en Something About Us, de Daft Punk, La 33 ha consolidado un repertorio original fundamentado en la salsa brava, llamada asimismo salsa dura. No obstante, el revestimiento de ¨¦sta por un br¨ªo desprendido del rock y sus variantes, del disco o del jazz evoca los experimentos que consum¨® el colectivo Fania All Stars en los setenta, patentado en ¨¢lbumes como Latin Soul Rock (1974), Rhythm Machine (1977) o Spanish Fever (1978), camino que han seguido otras formaciones colombianas, de las que destacan los antioque?os Banda La Rep¨²blica. ¡°Nosotros no fusionamos directamente, pero, a partir del surgimiento de La 33, hubo un par de propuestas que mezclaron salsa y rock. No tuvo un desarrollo significativo a¨²n, aunque de a poco est¨¢n dando sus frutos¡±, apunta Mej¨ªa. ¡°Sin embargo, hay una influencia que nos antecede, que no se dio tanto hacia la salsa, sino por la m¨²sica afrocolombiana, que fusion¨® con el rock los ritmos de nuestras costas. Desde ese momento, hubo un inter¨¦s muy grande por estudiar el folclore local¡±.
A pesar del ¨¦xito que ha tenido esta nueva avanzada de artistas de la naci¨®n cafetera, que han mixturado la tradici¨®n con la modernidad musical y cultural, grupos como Bomba Est¨¦reo, Los Pira?a y hasta La 33 no pudieron calar en el dial nacional, por lo que han tenido mayor proyecci¨®n en los medios extranjeros que en los de su pa¨ªs. ¡°Este underground es un movimiento nuevo, que en Colombia tiene cierta fuerza, pero sigue siendo muy desconocido¡±, se lamenta el mandam¨¢s de La 33. ¡°Lo que mejor¨® much¨ªsimo es la manera de mover a las bandas hacia el exterior, pues todo el mundo est¨¢ pendiente. En Colombia, la m¨²sica folcl¨®rica o de fusi¨®n no tiene espacio en la radio, y es complicado llegar a eso, a que la m¨²sica trascienda dentro del pa¨ªs. Y me parece que esto ocurre m¨¢s fuera que dentro. Igualmente, los problemas pol¨ªticos que han estado permanentemente entre nosotros, influyeron en el desarrollo de la cultura. Por ah¨ª le¨ª una frase que dec¨ªa que en los sitios donde hay crisis, el arte crece mucho m¨¢s en comparaci¨®n a los no los tienen. Digamos que si es verdad, buena parte de nuestra m¨²sica ha estado marcado por esa circunstancia¡±.
Tras quemar un sinf¨ªn de cartuchos de soul, jazz y electr¨®nica, el productor y m¨²sico brit¨¢nico Quantic se instal¨® en Cali, el gran sals¨®dromo colombiano, hechizado por el estilo. Y su decisi¨®n fue atinada, pues, desde que lleg¨® a la urbe enclavada en la cordillera de los Andes, no hizo m¨¢s que poner a bailar a p¨²blicos de todo el mundo a trav¨¦s de sus laboratorios tropicales Quantic Presenta Flowering Inferno, Combo B¨¢rbaro y Ondatr¨®pica (los dos ¨²ltimos abocados a los sones populares de la naci¨®n sudamericana). No obstante, pese a la propuesta revitalizadora de La 33, discos como Fania DJs Series (2007), en el que el productor radial y musical ingl¨¦s Gilles Peterson remezcla a la Fania All-Stars, o proyectos del temperamento de Sidestepper, donde la electr¨®nica le da la mano a los ritmos afrocolombianos y, por supuesto, a la salsa, han demostrado una apertura contempor¨¢nea del g¨¦nero hacia la renovaci¨®n. ¡°Claro que se puede¡±, se?ala Sim¨®n, mientras prepara el cuarto ¨¢lbum de su grupo. ¡°Uno tiene que ser cuidadoso y aprender a hacer las cosas. No es que La 33 vaya a empezar a hacer salsa electr¨®nica, pero si un DJ nos llama para pedirnos un tema nuestro para remixarlo, se lo damos¡±.
Babelia
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