De repente, los restos de Ricardo III
Los expertos del centro aportan fotos de los restos, an¨¢lisis de los forenses y pruebas de ADN Los restos del soberano estaban bajo un 'parking' Antiguamente en ese lugar se alzaba la iglesia de Greyfriars, donde el rey fue enterrado Ser¨¢ enterrado en la catedral de Leicester
Muy lejos de los oropeles que suelen enmarcar las tumbas de los monarcas brit¨¢nicos, el feo recinto de un parking municipal escond¨ªa en su subsuelo los restos de Ricardo III, el ¨²ltimo rey ingl¨¦s muerto en el fragor de la batalla hace m¨¢s de cinco siglos. Un equipo investigador de la Universidad de Leicester, la ciudad del centro de Inglaterra donde se ha producido el hallazgo, confirm¨® ayer y ¡°m¨¢s all¨¢ de la duda razonable¡± que el esqueleto y el cr¨¢neo localizados el pasado verano corresponden a ese soberano erigido para el imaginario colectivo en un villano ambicioso y cruel por obra de la pluma de William Shakespeare.
El sorprendente descubrimiento constituye una fabulosa plataforma publicitaria para esta poblaci¨®n de 330.000 habitantes, con una fisonom¨ªa poco atractiva aunque dotada de una intensa vida cultural, y en cuya catedral ser¨¢n enterrados los restos del rey, tal como se aprest¨® a anunciar el alcalde, sir Peter Soulsby. En un esfuerzo por vencer las l¨®gicas suspicacias, el jefe del grupo de arque¨®logos encargado de la investigaci¨®n, Richard Buckley, subray¨® que la osamenta ha sido objeto de ¡°un estudio acad¨¦mico riguroso¡±, donde se ha permitido determinar gracias a las pruebas de carbono el periodo del que datan los restos (entre 1455 y1540), comparar sus caracter¨ªsticas con los detalles conocidos sobre el f¨ªsico del monarca y, sobre todo, cotejar su ADN con el de un descendiente directo de la familia de Ricardo.
Los restos escrutados al detalle por los cient¨ªficos pertenecen a un hombre ¡°inusualmente esbelto, casi femenino¡± de veintitantos a?os o a principios de la treintena. Ricardo III ten¨ªa 32 a?os cuando perdi¨® la vida en la batalla de Bosworth, que lo enfrent¨® a Enrique Tudor. Por decisi¨®n de su sucesor, Enrique VII, fue enterrado sin pompa alguna en la iglesia de Greyfriars (en el actual centro de Leicester) y la propaganda de la dinast¨ªa Tudor quiso que fuera olvidado. As¨ª fue a ra¨ªz de la demolici¨®n del edificio religioso en el siglo XVI: el rastro de ese monarca de breve reino (1483-1485) se perdi¨® hasta nuestros d¨ªas.
Uno de los aspectos m¨¢s curiosos y casi incre¨ªbles de la investigaci¨®n tiene como protagonista a un carpintero canadiense con residencia en el Reino Unido desde hace cinco lustros. Michael Ibsen, de 55 a?os, pertenece a las decimos¨¦ptima generaci¨®n de descendientes de Ana de York, la hermana del rey Ricardo. Y su ADN, aseguran los expertos de la Universidad de Leicester, corresponde al extra¨ªdo de los huesos que fueron hallados bajo el pavimento de cemento del parking de la ciudad.
Desentra?ar una historia apasionante que conecta a este fabricante de muebles nada menos que con un rey ingl¨¦s ha sido posible gracias al empe?o de la guionista Phillipa Langley, miembro tambi¨¦n de la Sociedad Ricardo III que encabeza una campa?a para rehabilitar la maltratada figura del monarca medieval. Fue Langley quien motivada por una ¡°corazonada¡± recab¨® los fondos para iniciar las excavaciones de Leicester, embarcando en el proyecto al equipo de arque¨®logos de la universidad, cuya verdadera ambici¨®n de entonces era sin embargo la de localizar los restos de la iglesia de Greyfriars. El desenlace de esa aventura, que arranc¨® con el casi inmediato hallazgo de los restos de un esqueleto y una calavera en lo que fuera el coro de la iglesia, ha resultado espectacular.
La enorme difusi¨®n que el hallazgo est¨¢ mereciendo en las islas brit¨¢nicas vino arropada por la difusi¨®n televisiva, anoche mismo en Channel 4, de un documental en el que se detallan los detalles de la investigaci¨®n bajo el t¨ªtulo ¡°Ricardo III: el Rey en el Aparcamiento¡±: las diez heridas que presenta el esqueleto, ocho de ellas en el cr¨¢neo, o la esclerosis detectada en la espina dorsal, aunque tambi¨¦n la ausencia de trazos de un brazo atrofiado, como el que ten¨ªa Ricardo seg¨²n los historiadores de la ¨¦poca Tudor. Y, por encima de todo, el veredicto de que el conjunto de pruebas apunta a que los restos corresponden efectivamente al que fuera rey de Inglaterra.
El rigor cient¨ªfico y un fabuloso aparato publicitario ¨Cque, por ejemplo, condujo al equipo de arque¨®logos a mantener el suspense hasta el final de su rueda de prensa de ayer- se dan de la mano en esta historia que ha convertido a la ciudad de Leicester en centro de atenci¨®n nacional. A partir del viernes de esta semana, una exposici¨®n temporal en la catedral de la ciudad relatar¨¢ a los visitantes la vida y muerte del monarca, a la espera de la inauguraci¨®n de un centro permanente el pr¨®ximo a?o.
Retratado por los mejores actores shakespearianos como un ser brutal que no dud¨® en asesinar a quien se interpusiera en su camino al trono, aquel que en la obra del Bardo se queda s¨®lo en el campo de batalla y clama ¡°Un caballo, un caballo, ?Mi reino por un caballo!¡±, va a ser finalmente sepultado con todos los honores. En pleno siglo XXI, Ricardo tendr¨¢ el solemne entierro que le hab¨ªa negado la historia.
La cara del rey
"No parece la cara de un tirano. Lo siento, pero no. Es hermoso, es como si pudieras hablarle, conversar con ¨¦l ahora mismo". Con este an¨¢lisis algo lombrosiano,?Philippa Langley, de la Sociedad Ricardo III, comentaba ayer uno de los aspectos m¨¢s fascinantes del hallazgo del esqueleto del rey: su reconstrucci¨®n facial en 3D.
Gracias al sorprendente estado de conservaci¨®n de la calavera y a las nuevas tecnolog¨ªas, los expertos de la Universidad de Leicester han podido reproducir los supuestos rasgos de Ricardo III, que falleci¨®, en 1485, con 32 a?os.
Las im¨¢genes fueron emitidas anoche, en un documental de Channel 4 titulado El rey en el p¨¢rking, que ha seguido de cerca toda la caza a los restos de Ricardo III. As¨ª se pudo descubrir que el soberano luc¨ªa una nariz arqueada y una barbilla prominente.
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