Pegatinas de la mafia

El cine negro revel¨® el lado oculto del sue?o americano, la cara sucia de un pa¨ªs forjado con el material del triunfo que, sin embargo, escond¨ªa la podredumbre de la condici¨®n humana en unos personajes de doble o m¨²ltiple rostro. Mickey Cohen fue uno de ellos. Junto a Meyer Lansky, Bugsy Siegel¡­ Ellos y sus mujeres fatales, sus compinches y hasta los que se empe?aban en su caza y captura desde un lado de la ley que tambi¨¦n flirteaba con la corrupci¨®n, forjaron la Otra Am¨¦rica. En Gangster squad, sin embargo, no hay dobles caras, solo estereotipos, simulacros, gente de una sola pieza en las esquinas del bien y del mal, muestra del infantilismo que nos invade. ¡°No soy mala, es que me han dibujado as¨ª¡±, dec¨ªa Jessica en ?Qui¨¦n enga?¨® a Roger Rabbit?, un rol de dibujo animado con m¨¢s carne y hueso, con m¨¢s alma, que cualquiera de los protagonistas de Gangster squad, un derroche de dinero, ambientaci¨®n y reparto, de estructura calcada a Los intocables de Eliot Ness; pel¨ªcula de Brian de Palma que, por cierto, ya tend¨ªa hacia el simulacro. Ruben Fleischer compone as¨ª la fotocopia de una fotocopia, una pegatina sin la menor capacidad para la puesta en escena.

Fleischer ve a unos tipos disparando y lo ¨²nico que se le ocurre es filmar a c¨¢mara lenta. Siempre. El hartazgo. Por lo dem¨¢s, el guion de Will Beal se escapa por la tangente con elipsis cada vez que la inverosimilitud de los hechos provoca dificultades. As¨ª que cuando, en el desenlace, el h¨¦roe policial tiene al alcance de su pistola y sus esposas al g¨¢nster Cohen, pero las lanza a tomar viento para demostrar su hombr¨ªa con un ¨²ltimo combate a pu?etazos, clich¨¦ del peor cine de acci¨®n, uno se acuerda de nuevo de los dibujos animados. No es que la pel¨ªcula sea mala, es que la han escrito as¨ª.