Villagers, el hombre atrapado
Tras el ¨¦xito, hace tres a?os, de su debut como Villagers, el irland¨¦s Conor O'Brien se encontr¨® bloqueado e incapaz de componer nada distinto. La electr¨®nica le salv¨®
¡°Estoy bien, gracias por preguntar. De hecho, eres la primera persona que me pregunta qu¨¦ tal me encuentro¡±, responde al tel¨¦fono Conor O¡¯Brien, un irland¨¦s de 29 a?os que lidera Villagers, una banda de folk contempor¨¢neo de aires digitales que caus¨® un gran impacto hace tres a?os con su ¨¢lbum de debut, Becoming a Jackal, nominado al Mercury Music Prize y ganador del Ivor Novello a la mejor canci¨®n del a?o por el tema que daba t¨ªtulo al largo. O¡¯Brien anda promocionando, Awayland, la secuela de ese exitoso deb¨², y lleva tantas entrevistas que es capaz de confundir un simple saludo con una pregunta al respecto de ¨¦l sabr¨¢ qu¨¦. ¡°Es curioso, porque cuando uno entra en modo promoci¨®n todo lo que quiere es ser capaz de articular sentido al respecto del disco, poder responder algo interesante a las preguntas que te sorprenden y no decir siempre lo mismo a las que son previsibles. Es como si la m¨²sica se separara de la persona¡±, contin¨²a este irland¨¦s que fue primero de su promoci¨®n en Literatura Inglesa por al Universidad de Dubl¨ªn y experto en poes¨ªa norteamericana postmoderna. ¡°No hay peligro¡±, advierte. ¡°No me voy a poner a hablar de Frank O¡¯Hara, sonar¨ªa demasiado pedante y elitista¡±.
Conor O¡¯Brien est¨¢ bien. Aunque en estos ¨²ltimos tres a?os, a pesar del sorprendente ¨¦xito de su primer disco, las cosas no han sido siempre as¨ª. En un momento indeterminado entre 2011 y 2012, se dio cuenta de que se estaba quedando atrapado. El gradual ¨¦xito de su ¨¢lbum le obligaba a encadenar una gira tras otra. A fuerza de interpretar noche s¨ª noche tambi¨¦n las mismas canciones, el irland¨¦s parec¨ªa incapaz de escribir nada nuevo que no fuera exactamente como lo viejo. Y es que en 2011, el disco que hab¨ªa sacado el a?o pasado ya le parec¨ªa algo paleontol¨®gico. Se levant¨® una ma?ana, se mir¨® al espejo y vio al peor compositor de la historia de la m¨²sica. ¡°El problema fue que antes de lanzar el disco ya hab¨ªa girado durante un a?o. As¨ª, el periodo durante el que viv¨ª d¨ªa a d¨ªa con esas canciones se dilat¨® en exceso. Tuve que poner fin a eso, y cuando lo hice me vi seco, no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Trataba de enga?arme, saliendo una vez de gira solo, luego con la banda, pero, nada, no hab¨ªa manera¡±, recuerda el hombre que disolvi¨® su primera banda, los prometedores The Inmediates, por ¡®razones existenciales¡¯. As¨ª pues, tras darle muchas vueltas a su condici¨®n, encontr¨® en la electr¨®nica una puerta abierta hacia nada en concreto, justo lo que necesitaba en aquellos momentos. Volvi¨® a escuchar a Aphex Twin y se dedic¨® a trastear con sintetizadores, componiendo lagos e intrincados instrumentales. ¡°Jam¨¢s tuve la intenci¨®n de hacer un disco electr¨®nico¡±, matiza O¡¯Brien. ¡°Lo que quer¨ªa era ir lo m¨¢s lejos posible para luego volver. Fui quitando capas y capas a las canciones hasta que volvieron a ser m¨ªas. No s¨¦ si en el futuro ser¨¦ capaz de grabar un disco 100% electr¨®nico, no creo. Aunque a ratos no me guste, esto es lo que soy¡±. Su personalidad parece un poco como su proceso de composici¨®n. A medidas que el quita capas a su intensidad y su melancol¨ªa se descubre un fin¨ªsimo sentido del humor.
?A pesar de la limpieza, Awayland mantiene un poso digital que lo sit¨²a en ese unto llamado evoluci¨®n, justo a medio camino entre el rupturismo y la autocomplacencia. En el aspecto l¨ªrico, el disco tambi¨¦n mantiene las formas de la po¨¦tica de la cotidianeidad y la frase para la posteridad que tantas loas inspiraron en su primer largo, pero esta vez a?ade una obsesi¨®n por el mar. Como es irland¨¦s, ese mar no es otro que el Atl¨¢ntico. Un oc¨¦ano cabr¨®n. ¡°El mar es importante en Irlanda, pero lo es por el efecto melanc¨®lico, por el peligro que conlleva. Es un sitio al que vas para volver con algo que poner sobre la mesa o, simplemente, para no volver jam¨¢s¡±, apunta O¡¯Brien, un tipo demasiado obsesionado por el lenguaje como para valorar las redes sociales como instrumento v¨¢lido de comunicaci¨®n m¨¢s all¨¢ de lo submental. Cree el irland¨¦s que cada medio requiere un idioma propio y, para ¨¦l, Twitter solo sirve para anunciarle al mundo que andas cepill¨¢ndote los dientes. En cuanto a sus canciones, siente que cada melod¨ªa, cada arreglo, le pide una gram¨¢tica propia. ¡°Quiero ir un paso m¨¢s all¨¢. Espero poder crear un lenguaje distinto para cada disco que componga. Las canciones deben justificar las palabras que contienen. Soy consciente de que soy muy ambicioso y no s¨¦ si ser¨¦ capaz de lograrlo. De hecho, no tengo ni idea de qu¨¦ estoy hablando, solo tengo la sensaci¨®n de que si sigo profundizando en esto voy a parecer un pedante, y sin necesidad de nombrar a Frank O¡¯Hara. Mejor lo dejo aqu¨ª¡±.
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