Breve historia de 839 inacabables d¨ªas
Juli¨¢n Casanova repasa los hitos de la Guerra Civil en 'Espa?a partida en dos'


Juli¨¢n Casanova (Teruel, 1956), catedr¨¢tico de Historia contempor¨¢nea en la Universidad de Zaragoza y especialista en anarquismo y Guerra Civil, lleva camino de convertirse en un raro caso de hispanista espa?ol. Primero tradujeron alguna de sus obras al mercado anglosaj¨®n y finalmente la editorial I.B. Tauris le encarg¨® que escribiese en ingl¨¦s una historia breve de la Guerra Civil, publicada en Londres en 2012. El libro, Espa?a partida en dos, sale ahora en espa?ol, editado por Cr¨ªtica, con una misi¨®n clara que el historiador apunta en su pr¨®logo: ¡°A quienes sepan mucho sobre la Guerra Civil, esta historia quiz¨¢s les parezca breve, poco profunda. Pero en mis numerosos encuentros con maestros, profesores de ense?anza media y estudiantes he constatado que faltan libros de este tipo, concisos, de prosa accesible y con la garant¨ªa de una investigaci¨®n rigurosa y profesional¡±. En ¨¦l se desmontan algunos enunciados err¨®neos.
1. La historia de Espa?a no fue una isla dentro de Europa. En las tres primeras d¨¦cadas del siglo XX se dieron ¡°m¨¢s similitudes que diferencias¡± entre los acontecimientos espa?oles y europeos. No hubo anomal¨ªa. ¡°Casi ning¨²n pa¨ªs europeo resolvi¨® los conflictos de los a?os treinta y cuarenta por la v¨ªa pac¨ªfica¡±. Casi todos los reg¨ªmenes democr¨¢ticos que sustituyeron a monarqu¨ªas en Europa hab¨ªan desaparecido cuando estall¨® la Segunda Guerra Mundial, excepto Irlanda. Tampoco en esto Espa?a fue la excepci¨®n, ya que todas ¡°fueron derribadas por sublevaciones militares contrarrevolucionarias, movimientos autoritarios o fascistas¡±. La diferencia espa?ola fue que el golpe de 1936 fue ¡°el ¨²nico que caus¨® una guerra civil¡±.
2. Ni fascistas ni comunistas tuvieron peso pol¨ªtico hasta 1936. El fascismo, seg¨²n Casanova, surgi¨® m¨¢s tarde que en Italia y Alemania y con escasa fuerza hasta la primavera de 1936, mientras que el comunismo solo comenz¨® a tener presencia cuando sustituy¨® su lucha de clases por la colaboraci¨®n en frentes antifascistas. ¡°Solo gracias a una guerra civil, el comunismo y el fascismo acabaron teniendo una notable influencia en la pol¨ªtica y en la sociedad espa?ola de los a?os treinta. Antes de la sublevaci¨®n militar, ni fascistas ni comunistas tuvieron fuerza para desestabilizar a la Rep¨²blica¡±.
3. No hubo rebeli¨®n de generales ni sublevaci¨®n militar en bloque. De los 18 generales importantes, se sumaron al golpe cuatro (Cabanellas, Queipo de Llano, Goded y Franco), que ¡°no permitieron ninguna indecisi¨®n o resistencia de sus propios compa?eros y quienes lo intentaron lo pagaron, empezando por varios jefes y oficiales pasados por las armas sin dilaci¨®n ni juicio en el Marruecos espa?ol¡±. De los 254.000 militares que hab¨ªa, los sublevados contaron con unos 120.000.
4. En pocas semanas m¨¢s de 13.000 soldados hab¨ªan cruzado el Estrecho gracias a los aviones cedidos por Hitler y Mussolini, que nunca respetaron la pol¨ªtica de no intervenci¨®n propuesta por Gran Breta?a y Francia.

5. La religiosidad espa?ola no era uniforme en el 36. ¡°Hab¨ªa una Espa?a muy cat¨®lica, otra no tanto y otra muy anticat¨®lica. Hab¨ªa m¨¢s catolicismo en el norte que en el sur, en los propietarios que en los despose¨ªdos, en las mujeres que en los hombres. La mayor¨ªa de los cat¨®licos eran antisocialistas y gente de orden. A la izquierda, republicana u obrera, se la asociaba con el anticlericalismo¡±.
6. Casanova sostiene que la Iglesia, ¡°encantada¡± con el hecho de que las armas liquidaran a los infieles, construy¨® varios mitos e idealiz¨® la figura de Franco. ¡°Ni los militares tuvieron que pedir a la Iglesia su adhesi¨®n, que la ofreci¨® gustosa, ni la Iglesia tuvo que dejar pasar el tiempo para decidirse. Unos porque quer¨ªan el orden y otros porque dec¨ªan defender la fe, todos se dieron cuenta de los beneficios de la entrada de lo sagrado en escena¡±. El catolicismo fue el punto de uni¨®n que aglutin¨® a todos los grupos reaccionarios, que apoyaban la sublevaci¨®n. ¡°La soluci¨®n autoritaria requer¨ªa masas. Y nadie mejor que la Iglesia y ese movimiento cat¨®lico que apadrinaba para proporcionarlas¡±.
7. M¨¢s de 6.800 religiosos, incluidos 13 obispos, fueron asesinados; parte de las iglesias, saqueadas o quemadas; y numerosos cementerios, profanados. ¡°Quemar una iglesia o matar a un eclesi¨¢stico es lo primero que se hizo tras la derrota de la sublevaci¨®n en muchos pueblos y ciudades¡±. "El conflicto de largo alcance entre la Iglesia y los proyectos secularizadores lo resolvieron las armas a partir de una sublevaci¨®n militar que dividi¨® Espa?a en dos bandos, identificados por la defensa de la Iglesia y la religi¨®n cat¨®lica o por la hostilidad hacia ellas (¡) La Iglesia se sinti¨® salvada con la sublevaci¨®n y por eso ofreci¨® sus manos y su bendici¨®n a los golpistas desde el primer disparo. La violencia anticlerical, de dimensiones sin precedentes ni parang¨®n hist¨®rico en los pa¨ªses del entorno, endureci¨® las posiciones de la jerarqu¨ªa de la Iglesia y de los cat¨®licos, reafirm¨® su ardor guerrero y patri¨®tico y bloque¨® cualquier posibilidad de piedad o perd¨®n¡±.
8. La Rep¨²blica, seg¨²n Casanova, gast¨® "una cantidad de dinero similar para perder la guerra a la que Franco utiliz¨® para ganarla, unos 700 millones de d¨®lares en cada bando, pero el material b¨¦lico que adquiri¨® a trav¨¦s de las reservas de oro del Banco de Espa?a fue inferior, en cantidad y calidad, al que las potencias fascistas suministraron a los militares rebeldes".
9. Los 839 d¨ªas de guerra causaron cerca de 600.000 v¨ªctimas, entre ellas 100.000 debidas a la represi¨®n en la zona sublevada y 55.000 a la violencia en la zona republicana.
10. En su ep¨ªlogo, Casanova destaca que "la larga y cruel dictadura de Franco" fue "la gran excepcionalidad de la historia de Espa?a del siglo XX, si se compara con la de los otros pa¨ªses capitalistas occidentales". Junto a la de Salazar en Portugal, fue la ¨²nica creada en la Europa de entreguerras que sobrevivi¨® a la Segunda Guerra Mundial.
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