Haneke oscurece a Mozart
El Teatro Real presenta la esperada visi¨®n de ¡®Cos¨¬ fan tutte¡¯ del director austriaco El cineasta no asistir¨¢ al estreno; su pel¨ªcula ¡®Amor¡¯ opta a cinco ¡®oscars¡¯
Haneke era un secreto de Estado en el Teatro Real. Nada trascend¨ªa de su trabajo en los ¨²ltimos meses. As¨ª que reun¨ªa todos los elementos para la expectaci¨®n: Mozart, director de cine de culto ante su ¨²ltima ¨®pera, v¨ªsperas de la ceremonia de los Oscar a la que acude con cinco nominaciones¡ Quiz¨¢ por eso, para asistir en primicia al acontecimiento cultural de la semana en Espa?a y sentarse junto al director austriaco el d¨ªa que mostrar¨ªa al p¨²blico su ¨²ltima creaci¨®n (hoy se ausentar¨¢ del estreno para acudir en la ceremonia de los Oscar), el jueves no quedaba ni una butaca en el ensayo general de Cos¨¬ fan tutte. El misterio qued¨® resuelto al levantarse el tel¨®n. O parte de ¨¦l, trat¨¢ndose del austriaco.
El Mozart de Michael Haneke es m¨¢s oscuro. El lado c¨®mico, aunque el p¨²blico se r¨ªa todo el tiempo, se transforma a ratos en sarcasmo y el enredo en desesperaci¨®n. Todo es m¨¢s lento. Pero no busquen rastros claros del cineasta. Es otra cosa. Toda la acci¨®n transcurre durante una noche de fiesta en un palacio dieciochesco de enormes suelos y paredes de m¨¢rmol. La escena abarca un interior (a ratos iluminado pr¨¢cticamente con el austero fuego de las velas y un hogar) y la gran terraza de la que entran y salen los personajes a trav¨¦s de una enorme cristalera, frontera entre lo p¨²blico y lo privado. Y algo m¨¢s. Un mueble bar que ejerce de or¨¢culo al que los desquiciados amantes se abalanzan a por un trago cuando deben tomar decisiones. A cada minuto m¨¢s desorientados.
Atentamente, Michael
El p¨²blico que asista hoy al estreno de Cos¨¬ fan tutte recibir¨¢ esta carta en la que Haneke excusa su presencia a causa de los Oscar:
Queridos asistentes al estreno, me veo obligado a emplear este inhabitual medio de la hoja volandera para disculparme ante ustedes:
Como tal vez alguno de ustedes ya haya le¨ªdo en la prensa, ma?ana, 24 de febrero, se celebra la entrega de los Oscar en Los ?ngeles. Tengo el honor de haber sido nominado para ellos en cinco categor¨ªas, y por ello no puedo dejar de asistir a este evento tan importante para los creadores cinematogr¨¢ficos. De ah¨ª que deba volar inmediatamente despu¨¦s del ensayo general a Los ?ngeles. Cuando se decidi¨® la fecha para el estreno de Cos¨¬ fan tutte, no se preve¨ªan estas nominaciones. Por ello espero contar con su comprensi¨®n por no poder estar presente en el estreno y recibir personalmente sus manifestaciones de aprobaci¨®n o disgusto.
Les deseo una velada excitante. Si les gusta, crucen los dedos por m¨ª para los Oscar. ?Si no les gusta, les ruego que lo hagan igual!
Con un cordial saludo, Michael Haneke
Los invitados, encarnados por el coro del Real, combinan trajes de ¨¦poca y atuendos actuales. Tambi¨¦n los protagonistas. Un recurso con el que Haneke resalta la mascarada de esta historia y su obsesi¨®n por la universalidad de ciertos relatos. Si no puede actualizarlos, los descarta. Como hizo con Las bodas de F¨ªgaro, la ¨²nica de las tres ¨®peras que Lorenzo da Ponte escribi¨® para Mozart que no dirigir¨¢. Y eso que es su favorita. ¡°Hay que interpretarla en el mismo tiempo, si la traes a nuestros d¨ªas no funciona. No veo c¨®mo entrar en ella. De hecho, ya he sobrestimado las posibilidades de Cos¨¬¡±, bromeaba en la entrevista que concedi¨® a EL PA?S unos d¨ªas antes del estreno.
Pero las posibilidades son muchas. Si lo miran bien, este Cos¨¬ ralentizado (el director quer¨ªa claridad meridiana en los recitativos) es una pieza perfecta para Haneke. Amor, manipulaci¨®n, deseo, enga?o, humillaci¨®n, culpa¡ Una historia de dobles parejas, puramente dom¨¦stica (de ¡°guerra civil¡±, como a ¨¦l le gusta definir su obra). ¡°As¨ª hacen todas¡±, titulaba Da Ponte para la inquietante reflexi¨®n del p¨²blico masculino. Pero Haneke lo extiende a ¡°todos¡±. Nadie se libra de la demolici¨®n del compromiso y sus convenciones amorosas. El deseo, as¨²manlo, es lo que mueve el mundo. Una vez m¨¢s, un retrato sobre los l¨ªmites de la moral.
Pero esta vez los protagonistas son j¨®venes, atractivos e inexpertos. Y as¨ª deben mostrarse o la historia no cuela. Haneke vio a 120 candidatos. Trabaj¨® dos horas con cada uno de los 40 finalistas. Obviamente, ten¨ªan que cantar muy bien y no aparentar m¨¢s de 20 a?os. Y ?zas! Encontraron a cinco. Porque Alfonso, el bar¨ªtono y actor William Shimell (aparece en Amor) era un fijo. Su actuaci¨®n est¨¢ trabajad¨ªsima. Casi ni miran al foso donde se encuentra dirigiendo Sylvain Cambreling.
La revoluci¨®n de esta visi¨®n, su lado m¨¢s hanekiano, se construye a partir de Don Alfonso y Despina. Autores intelectuales de todo el enredo amoroso, proyectan en las dos j¨®venes parejas la frustraci¨®n, el hast¨ªo y el desenga?o de su propia relaci¨®n hecha pedazos. ¡°Quieren destruir las relaciones de los j¨®venes¡±, se?ala Mortier. Y esa es una novedad respecto a otras versiones. Pese al deseo sexual que todav¨ªa despierta la criada en Don Alfonso (tambi¨¦n repugnancia en al ¨²nica vez que se besan), y la necesidad de amor que ella desprende, el desprecio que se profesan es violent¨ªsimo ¡ªal final se sueltan un par de sonoras bofetadas¡ª. Una relaci¨®n de poder y sometimiento en toda regla que se desarrolla en silencio y en segundo plano, como m¨¢s le gusta a Haneke. Explotando los m¨¢rgenes del libreto y el fuera de campo del escenario. Ella, vestida con una especie de pijama sedoso, como un arlequ¨ªn blanco inmaculado que entra y sale de puntillas. ?l, aguantando el sarcasmo de su amante, a ratos desquiciada por su profundo desprecio. Son la clave.
Haneke no responde a nada. Ya saben, ¨¦l no da instrucciones sobre su obra. Pero interroga al p¨²blico con estas reveladoras preguntas. ¡°?Por qu¨¦ el rico Don Alfonso se ha casado con esta Despina, cuando se trata de una extranjera y es 20 a?os m¨¢s joven que ¨¦l? ?Por qu¨¦ cree que ella le enga?a? ?Por qu¨¦ ¨¦l la tiene que humillar? ?Por qu¨¦ ella le tiene que humillar? ?Por qu¨¦ ha hecho modernizar su hermosa y antigua casa se?orial? ?Por qu¨¦ organiza ¨¦l para sus amigos una housewarmingparty como si de un baile de disfraces se tratara? ?Qu¨¦ quiere demostrar y a qui¨¦n? ?Por qu¨¦ Despina est¨¢ tan triste? ?Por qu¨¦ los chicos est¨¢n tan seguros de sus chicas? ?Por qu¨¦ las chicas est¨¢n tan fastidiadas por ello? ?Por qu¨¦ se muestran todos tan desesperados, tan encaprichados y tan altivos?¡±
Un ensayo es solo una prueba. Pero el jueves Haneke subi¨® al escenario entre grandes aplausos. Hoy, el d¨ªa que cuenta, estar¨¢ en Los ?ngeles. Crucen los dedos por ¨¦l, pide. Incluso si finalmente no les gustase lo que han ido a ver.
Babelia
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