Depeche Mode: grandioso no es lo mismo que grande
Te recordamos nuestras primeras impresiones de las 13 canciones de 'Delta machine, el decimotercer disco del tr¨ªo brit¨¢nico
Valorar 'Delta machine', el esperado regreso de Depeche Mode que se pone hoy a la venta a partir de una ¨²nica escucha es como comprar un piso despu¨¦s de verlo de noche. Arriesgado. M¨¢s si, como es el caso de Delta Machine, da la impresi¨®n de que la ecualizaci¨®n elegida por Sony para escucharlo en su sede exageraba los graves. El decimotercer trabajo de estudio de Depeche Mode sonaba tan duro que ten¨ªa un aire marcial.
Hechos incuestionables: es un disco largo. Trece canciones, alrededor de 60 minutos. Es muy electr¨®nico, muy ¨¦pico, muy grandioso, muy de estadio. Hasta ah¨ª. Afirmaciones osadas: no hay ni un solo estribillo memorable, ni una sola canci¨®n digna de entrar en el pante¨®n de los ¨¦xitos del grupo de Basildon. Esos mismos que durante casi 20 a?os llenaban sus discos de hits con una facilidad asombrosa.
Hijos del sello Mute, la m¨¢s continental de las indies surgidas en el post-punk brit¨¢nico, su especialidad siempre ha sido limar aristas, convertir en comerciales cosas que en principio parecer¨ªan poco accesibles al gran p¨²blico. El truco era inyectar sentimiento a la oscuridad. Alma a la m¨¢quina. Contaban con un compositor con talento, Martin Gore, y con la histri¨®nica personalidad de su vocalista, Dave Gahan. Un sex symbol tan chulesco como decadente y fr¨¢gil que daba? credibilidad a sus letras atormentadas. Pero de eso hace ya alg¨²n tiempo.
Da la impresi¨®n de que ya no necesitan m¨¢s sencillos, que les sobra repertorio para hacer directos de dos o tres horas, que los nuevos temas son material para incluir entre los ¨¦xitos del grupo. Relleno muy bien hecho. Y pensado para encajar entre las canciones de Violator o Songs of faith and devotion, etapa favorita de muchos de sus fans.
Delta Machine est¨¢ lleno de gui?os. En Angel parecen reclamar de Nine Inch Nails lo que los estadounidenses les tomaron prestado previamente. Soft Touch / Raw nerve es casi desde el t¨ªtulo, un poco disimulado homenaje tecno al White light / White Heat de la Velvet Underground. Son bastante tremendos los autohomenajes: Goodbye recuerda demasiado a I Feel you; Broken es tan parecida a Enjoy The Silence, que sonroja. Tanto que se podr¨ªa apostar por ella como pr¨®ximo sencillo. Should be higher, quiz¨¢s la melod¨ªa menos obvia de todo el disco, podr¨ªa ser otra opci¨®n. Slow tiene un comienzo blusero, y es la primera en la que la melod¨ªa vocal de Gahan parece imponerse sobre la instrumentaci¨®n. Es como si Gahan y Gore vivieran en dos universos paralelos y en su conjunci¨®n lo m¨¢s prescindible fuera la voz de Gahan. Parece m¨¢s m¨²sica instrumental con voz que canciones.
Pero lo que resulta m¨¢s dif¨ªcil de evitar es la sensaci¨®n de que casi todo suena a conocido, que ha sido fabricado con el ritmo perfecto para que Gahan mueva las caderas y d¨¦ palmas en el escenario. Que todo est¨¢ pensado para que funcione si suena en un estadio, delante de miles de personas.
Resulta casi inevitable encontrar similitudes entre estos Depeche Mode y los Rolling Stones de los ¨²ltimos 20 a?os. Es el ¨²nico grupo de la primera generaci¨®n del postpunk brit¨¢nico (exceptuando a The Cure), que ha alcanzado la categor¨ªa de banda de estadio. Depeche Mode tiene un frontman a lo Jagger, Dave Gahan; un m¨²sico a lo Richards, Martin Gore y un tercero en discordia que anda por ah¨ª, Andy Fletcher, para dar la apariencia de grupo..
Pero sobre todo, lo que parece es que m¨¢s que un grupo es una empresa. Una engrasada maquinaria de generar dinero. Solo hay que mirar los datos que maneja su compa?¨ªa. "Sus ventas globales superan los cien millones de discos. Los 12 ¨¢lbumes de estudio publicados hasta ahora han llegado al Top Ten en m¨¢s de 20 pa¨ªses, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido. Su ¨²ltimo ¨¢lbum, Sounds of the Universe, debut¨® en el n¨²mero Uno en las listas de 14 pa¨ªses".
Y las giras. Tres millones de entradas colocaron entre 2009 y 2010, en 31 pa¨ªses. Y ya est¨¢ preparada la pr¨®xima: 34 conciertos en 25 pa¨ªses. Estadios ol¨ªmpicos, festivales... a lo grande.
Delta machine, un disco entre trece, carece de importancia real dentro del contexto global. Es solo una parte de algo mucho m¨¢s grande.? Como los Stones, Depeche Mode han convertido su propia existencia en su mejor obra. No se va a ver a los Stones para escuchar sus nuevas canciones. Se va porque son quienes son. Un poco lo que pasa con Depeche Mode despu¨¦s de 33 a?os. Es material para los creyentes, no para convertir. Si alguien quiere convencer a otro de la calidad del grupo no es probable que elija este disco.
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