La silla como esqueleto
Un estudio sueco crea una butaca que se puede vestir y desvestir para crear toda una familia de asientos


Que el dise?o y la moda tontean lo demuestra cada a?o buena parte de los productos que, present¨¢ndose en diversas ferias como futuros bienes de consumo, nunca llegan hasta las f¨¢bricas y, por tanto, viven una vida irreal, virtual si acaso, alejada del consumidor. As¨ª, la superficialidad de la relaci¨®n moda-dise?o se queda casi siempre en los tiempos, en lo ef¨ªmero, y en las piezas de pasarela que nacen como reclamo y no como producto.
Casi siempre. Hay iniciativas que prueban que el dise?o y la moda pueden cuajar una afinidad s¨®lida y entenderse bien. La relaci¨®n funciona en el estudio sueco F?rg&Blanche. Sus socios, Frederik F?rg y Emma Marga Blanche, lo han demostrado tratando a una silla como si esta fuera un cuerpo. As¨ª, su nueva butaca F-A-B es en realidad toda una familia de sillas gracias a los cambios que permite la moda. Del pr¨ºt-¨¤-porter a la haute couture y de la pieza desnuda a la butaca mullida, han ideado un sistema de siller¨ªa para vestir un ¨²nico producto: una pieza de madera de arce pintada o sin pintar. Con la vestimenta a medida, un solo dise?o se convierte en muchos gracias a un vestuario de pieles acolchadas, tensadas, erizadas y cambiantes para cubrir un mismo cuerpo, el de la silla.
El puente que esta nueva butaca tiende entre la moda y el dise?o, y entre la permanencia y el cambio, lo extienden tambi¨¦n los dise?adores a otros dos mundos cada vez m¨¢s cercanos: el de la industria y el de la artesan¨ªa. El cuerpo de madera de la silla F-A-B es pura austeridad. De hecho, lo produce el proveedor m¨¢s antiguo de mobiliario shaker que hay en Suecia. Los trajes, en cambio, hablan de libertad, de osad¨ªa, de temporalidad. En fieltro, piel, lana o en cualquier tejido, hay vestidos para diario y abrigos de alta costura. Blanche y F?rg los cosen manualmente en el garaje de Estocolmo donde, desde que se asociaron en 2010, tienen su estudio. Ellos y una m¨¢quina de coser est¨¢n detr¨¢s de cada uno de los pespuntes que reinventan las sillas y definen sus nuevas presencias y personalidades a partir de unos accesorios.
Emma Marga Blanche es francesa y estudi¨® arte. Frederik Fr?g es holand¨¦s y fue carpintero antes de meterse a dise?ador. Ellos mismos, unidos, forman un cuarto puente: el que cose conceptos con hechos materializando las ideas en forma de productos que reflejan a la vez la potencia de esa idea inicial, la frescura y singularidad de la factura manual y la precisi¨®n y solvencia de la fabricaci¨®n industrial.
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