Lennon en la cola del paro
1991. John Lennon sobrevive como realquilado en un barrio modesto de Birmingham. Su casera ¡ªuna prostituta¡ª le tiene ley: disculpa sus retrasos en pagar la renta pero insiste para que acepte cualquier trabajo que le ofrezcan en la oficina del desempleo. Amor duro, lo llaman.
El problema es que todos conocen su triste aventura personal. En 1962, los Beatles llegan a Abbey Road dispuestos a comerse el mundo pero chocan con el productor, un tal George Martin, empe?ado en que graben un tema ajeno, How do you do it. Con su habitual temperamento, Lennon decide que la pieza es basura y se marcha. Para su eterna ira, el resto del grupo decide tragar y se queda: asciende al estrellato sin John.
Estamos en el territorio de las ucron¨ªas, las historias alternativas (la RAE no acepta lo de ¡°contraf¨¢ctico¡±). Muy frecuentes en el mundo Elvis, m¨¢s raras en el planeta Beatles. Ocurre en Snodgrass, novela corta de Ian R. MacLeod, ahora convertida por David Quantick en drama televisivo. De protagonista, Ian Hart, que ya encarn¨® al joven Lennon en dos pel¨ªculas. Lo estrena el canal brit¨¢nico Sky Arts el 25 de marzo.
Las ucron¨ªas, abundantes en el mundo Elvis, escasean en el planeta Beatles
Aqu¨ª hablo exclusivamente de la versi¨®n literaria, narrada en primera persona por un John cincuent¨®n. Comienza as¨ª: ¡°Tengo planificada mi vida. Hoy, dejar¨¦ de fumar. Ma?ana, dejar¨¦ de beber. Al d¨ªa siguiente, otra vez dejar¨¦ de fumar¡±. Su carrera, tras abandonar los Beatles, no despeg¨®: cinco singles con su siguiente grupo, The Nowhere Men. Vivi¨® meses hippies en Formentera, hasta que, con la cola entre las piernas, volvi¨® a casa de la t¨ªa Mimi en Liverpool. Aguant¨® poco: soportaba mal que los vecinos le se?alaran como el beatle que perdi¨® el tren.
Y aqu¨ª apreciamos el potencial de la historia hipot¨¦tica. Sin la acidez de Lennon, los Beatles de MacLeod triunfan pero no se transforman en fen¨®meno cultural; quedan eclipsados por los Rolling Stones. Su repertorio incluye temas que ahora conocemos como hitos de McCartney en solitario. Para 1991, ya se han separado y reunido, despu¨¦s de exprimir unas deslucidas carreras como solistas. Venden de nuevo su (relativamente) glorioso pasado: The Greatest Hits Tour.
Los resucitados Beatles llegan a Birmingham y Paul averigua el paradero de John. Le deja a su casera un par de entradas y una invitaci¨®n para el after show. Esta tiene sus propios planes con Lennon y consigue arrastrarlo, en estado de resaca, al auditorio del NEC.
El Lennon de 1991 odia el lugar, ¡°un puto hangar¡±. Pero detesta a¨²n m¨¢s comprobar en lo que se han convertido sus antiguos colega. Llevan m¨²sicos de refuerzo, aparte de un coro femenino, para disimular sus deficiencias. Ya no roquean, como lo hac¨ªan en el Indra, en Hamburgo, o en The Cavern.
El fracasado Lennon de 1991 intenta huir de la pesadilla. Pero se cruzar¨¢ con un fan tipo Mark Chapman. Y termina llorando, cuando sus exsocios le dedican el Love me do que nunca llegaron a grabar. No cuento m¨¢s, aunque sospecho que la versi¨®n televisiva se toma sus libertades: en vez de Birmingham, transcurre en Manchester. Para el Lennon de Quantick, el modelo de envidia es un grupo local hoy olvidado: ¡°Pudimos ser m¨¢s famosos que los Hollies¡±.
De acuerdo, no pasa de ser un entretenimiento de sobremesa, un trivial pursuit para amantes de la especulaci¨®n. Un viaje a un universo paralelo donde John nunca conoci¨® a Yoko y su acerado cinismo impidi¨® algo tan baboso como Imagine. Mira, en eso ¨²ltimo s¨ª que hubi¨¦ramos ganado.
Babelia
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