La pen¨²ltima ¡®Marina¡¯
La versi¨®n ¨ªntegra de la ¨®pera de Emilio Arrieta vuelve al Teatro de la Zarzuela sin olvidar su tradici¨®n isabelina
¡°Esta historia de amor podr¨ªa haberse resuelto en un acto, pero las mujeres a veces hacen dif¨ªcil lo sencillo¡±, contaba ayer Ignacio Garc¨ªa, responsable de escena de la ¨®pera Marina, que llega este viernes al Teatro de la Zarzuela de Madrid. Esta joven de timidez absoluta, encorsetada en los prejuicios socioecon¨®micos de la Espa?a de finales del siglo XIX, fue incapaz de confesarle sus sentimientos a su amado Jorge, pese a la larga espera frente al mar Mediterr¨¢neo. Marina prefiri¨® comprometerse con otro y dejar que la m¨²sica siguiera sonando dos actos m¨¢s. ¡°?Pero qui¨¦n no ha cometido alguna vez un error as¨ª?¡±, plante¨® el director esc¨¦nico.
Garc¨ªa, con la colaboraci¨®n de Crist¨®bal Soler y ?liver D¨ªaz en la direcci¨®n musical, retoman el libreto oper¨ªstico que Miguel Ramos Carri¨®n con partitura de Emilio Arrieta adaptaron en 1871 de la zarzuela originaria que Francisco Camprod¨®n escribi¨® en 1855. ¡°Esta es una versi¨®n ¨ªntegra de la ¨®pera que consigui¨® que en el Teatro Real se escuchara por primera vez el castellano¡±, record¨® Paolo Pinamonti, director del Teatro de la Zarzuela.
Encumbrada por el tenor Alfredo Kraus y el bar¨ªtono Vicente Sardinero, la versi¨®n que llega ahora a Madrid no olvida la tradici¨®n isabelina que permiti¨® a Espa?a so?ar con una ¨®pera propia, pero encuentra en la realidad actual un nuevo pretexto. ¡°Marina representa lo que somos como pueblo emigrante y trabajador que busca su futuro cueste lo que le cueste, por mucho que desde el norte de Europa ahora no paren de repetirnos lo mal que lo hacemos todo¡±, explic¨® Ignacio Garc¨ªa. ¡°Los mismos europeos que luego vienen a Espa?a buscando el sol y las seguidillas que tambi¨¦n aparecen en esta obra¡±.
El responsable de escena se ha olvidado de ¡°la postal cursi y rancia¡±, como describi¨® Garc¨ªa el influjo de la tradici¨®n tardo rom¨¢ntica que apellid¨® a este montaje tanto en su forma de zarzuela como de ¨®pera, para ubicarla en un puerto industrializado de Lloret del Mar. ¡°El mar huele a salitre, los trabajadores sudan, los cantantes acaban en el barro, literalmente¡±, dijo el director esc¨¦nico.
La traducci¨®n musical de esta pen¨²ltima versi¨®n encuentra el equilibrio entre el belcanto y el drama verdiano gracias al trabajo de Soler y D¨ªaz. ¡°Las notas toman otra valencia cuando la joven que espera a orillas del mar no solo representa el t¨®pico del amor sufriente, sino que tambi¨¦n es la esperanza ante la miseria que vive¡±, plante¨® D¨ªaz. ¡°Esta es una ¨®pera cursi y machista hasta en la melod¨ªa¡±, acompa?¨® Mariola Cantarero, una de las tres sopranos que interpreta a Marina. ¡°Pero desde la veracidad y deshaci¨¦ndose de la parte edulcorada se consigue que hasta mi personaje, eclipsado por el tenor, recupere su importancia¡±. Gracias al trabajo musicol¨®gico de Mar¨ªa Encina Cortizo se han rescatado, adem¨¢s, n¨²meros del montaje que desaparecieron en versiones posteriores, como el d¨²o entre Marina y Roque y la sardana, ambos en el segundo acto.
A Mariola Cantarero le acompa?an en el primero de los tres elencos que representar¨¢n la ¨®pera, el tenor Celso Albelo en el papel de Jorge y el bar¨ªtono Juan Jes¨²s Rodr¨ªguez, como Roque. Ninguno ha cumplido los cuarenta, pero han pasado ya por la Scala de Mil¨¢n o el Covent Garden, en Londres. ¡°Despu¨¦s de haber hecho Marina muchas veces, he descubierto un personaje distinto, con el alma en la morri?a gallega del emigrante¡±, dijo Rodr¨ªguez. ¡°Siento la misma responsabilidad que con cualquier otra ¨®pera¡±, coment¨® Albelo. El ¨²ltimo ganador del International Opera Awards como mejor tenor se mostr¨® reacio a comparar montajes. ¡°Nunca hablo de la dificultad de una partitura, no lo voy a hacer ahora por interpretar una ¨®pera que se concibi¨® como zarzuela¡±.
??pera o zarzuela?, ?cursiler¨ªa rom¨¢ntica o retrato social? ¡°Estamos en la obligaci¨®n de plasmar nuestra impronta, con respeto al pasado¡±, dijo Albelo. ¡°Contamos una historia amorosa a trav¨¦s del tango, la seguidilla y la sardana, contamos tambi¨¦n lo que es Espa?a¡±, concluy¨® Garc¨ªa.
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