Francia juzga a un cirujano acusado de violar a 300 ni?os a lo largo de 25 a?os
El m¨¦dico, que se enfrenta a 20 a?os de prisi¨®n, agred¨ªa a los menores cuando estaban aturdidos por la anestesia o fing¨ªa que las agresiones formaban parte del proceso m¨¦dico. La polic¨ªa encontr¨® las libretas en las que anotaba todos los delitos


Jo?l Le Scouarnec, un cirujano con buena reputaci¨®n, padre de tres hijos y 30 a?os de una exitosa carrera que se encaminaba a la jubilaci¨®n, era un hombre meticuloso. Especialmente cuando se trataba de anotar en unas peque?as libretas negras el horror al que hab¨ªa sometido a centenares de ni?os en su consulta o en los hospitales donde trabaj¨®. La polic¨ªa las encontr¨® en su domicilio el d¨ªa que entr¨® a registrarlo alertados por la denuncia de la hija peque?a de unos vecinos, que le acus¨® de exhibicionismo y de haberla penetrado con los dedos desde la verja de la casa contigua. Nada m¨¢s entrar, la polic¨ªa francesa supo que se encontraban ante uno de los mayores casos de abusos de la historia de Francia.
Los gendarmes descubrieron primero unas 70 mu?ecas, de ni?os y ni?as, que iban desde beb¨¦s hasta representaciones de chicos de 12 a?os. En algunas de ellas, Le Scouarnec hab¨ªa atado consoladores y artilugios sexuales. Su casa tambi¨¦n estaba llena de pelucas e im¨¢genes de pornograf¨ªa infantil. Bajo su colch¨®n, los agentes hallaron discos duros que conten¨ªan m¨¢s de 300.000 archivos, algunos de ellos de una violencia extrema. Tambi¨¦n se hallaron archivos inform¨¢ticos con documentos donde el cirujano hab¨ªa catalogado, d¨ªa tras d¨ªa, los nombres de cientos de pacientes, en su mayor¨ªa menores, a quienes hab¨ªa sometido a abusos sexuales, incluyendo tocamientos y penetraciones vaginales y anales con los dedos. Abus¨® tanto de ni?os como de ni?as, algunos de apenas unos meses de edad, otros ya adultos.
Francia se prepara para asistir a un nuevo macrojuicio por agresiones sexuales. Cuando todav¨ªa retumba el eco medi¨¢tico y social del caso de Gis¨¨le Pelicot, la mujer a quien su marido entreg¨® a decenas de hombres para que fuera violada mientras se encontraba drogada, este lunes comienza el proceso a Le Scouarnec en Vannes (Breta?a), acusado de haber abusado sexualmente durante 25 a?os de cerca de 300 ni?os y adolescentes -casi todos menores- amparado mientas, t¨¦oricamente, realizaba su trabajo de cirujano.
Le Scouarnec, adem¨¢s, se encuentra detenido por otros cuatro casos juzgados en 2020 -ya ha sido condenado- y se enfrenta a 20 a?os de prisi¨®n, la pena m¨¢xima para el delito de violaci¨®n en Francia. El promedio de edad de sus presuntas v¨ªctimas al sufrir los abusos es de 11 a?os, seg¨²n confirm¨® el fiscal del caso, St¨¦phane Kellenberger. Del total, 158 son hombres y 141 son mujeres. S¨®lo 14 de ellas ten¨ªan m¨¢s de 20 a?os cuando fueron agredidas, mientras que 256 eran menores de 15.
Le Scouarnec registraba de manera cuidadosa el nombre de las v¨ªctimas, su edad, su domicilio, el hospital donde trabajaba, la fecha y la descripci¨®n de los hechos cometidos. Como si fuera la ficha de un paciente corriente y no de un menor del que abusaba. Adem¨¢s, narraba lo que sent¨ªa al cometer estos cr¨ªmenes, dirigi¨¦ndose directamente a sus v¨ªctimas, como si quisiera compartir con ellas su emociones. Cuando escrib¨ªa sobre sus cr¨ªmenes en sus cuadernos, parec¨ªa revivirlos con placer, expresando adem¨¢s varias fantas¨ªas. Llamaba sus v¨ªctimas ¡±Mi querida...¡± o ¡±Mi peque?o...¡±, y en algunas ocasiones conclu¨ªa su relato con un ¡±te amo¡±. En una de las anotaciones, el hombre se declaraba ped¨®filo y mostraba su orgullo por serlo. En el registro tambi¨¦n se encontraron archivos con el nombre vulvettes (vulvitas) y quequettes (colitas), fotomontajes con im¨¢genes de ni?os, as¨ª como otros elementos que demuestran su participaci¨®n en actividades sadomasoquistas, escatol¨®gicas y zoof¨ªlicas con sus mascotas. Los investigadores hallaron tambi¨¦n lo que llamaron ¡±los cuadernos negros¡±: esos diarios manuscritos en los que, durante esos 30 a?os, escribi¨® relatos de contenido ped¨®filo, con t¨ªtulos como ¡°Mis cartas ped¨®filas¡±, intentando darles una p¨¢tina casi fil¨®sofica. A diferencia de muchos de los grandes casos de pederastia, no parece que su conducta pudiese relacionarse con alg¨²n elemento biogr¨¢fico del pasado. Al contrario.
Le Scouarnec naci¨® en 1950 en el distrito 14 de Par¨ªs y creci¨® en una familia modesta. Su padre fue primero ebanista y luego trabaj¨® en el sector bancario, mientras que su madre era portera antes de dedicarse a la crianza de sus tres hijos. Jo?l Le Scouarnec vivi¨® en un entorno familiar aparentemente normal, aunque su padre era a veces autoritario, y seg¨²n los expertos de la instrucci¨®n a cuyo acceso han tenido medios franceses, parec¨ªa dif¨ªcil expresar emociones en su hogar. Desde los 10 a?os se interes¨® por la medicina y expres¨® su deseo de hacer carrera en el ¨¢rea. Fue un estudiante brillante, aunque solitario. Pasaba sus d¨ªas leyendo y recopilando im¨¢genes, las cuales coleccionaba obsesivamente. Se gradu¨® en 1981, especializ¨¢ndose luego en cirug¨ªa visceral y ginecol¨®gica. Durante sus estudios, conoci¨® a su esposa, quien era auxiliar de enfermer¨ªa. Al principio, la pareja vivi¨® en una mansi¨®n en Perrusson, en Indre-et-Loire. Llevaban una vida acomodada con sus tres hijos, realizaban viajes y practicaban sus aficiones con discreci¨®n.
Los primeros delitos de abuso infantil con sus pacientes se remontan a 1985 y se hicieron cada vez m¨¢s frecuentes hasta volverse casi diarios. Primero realizaba tocamientos sexuales bajo la apariencia de procedimientos m¨¦dicos que pod¨ªan parecer leg¨ªtimos a los pacientes, sus familias o incluso al personal m¨¦dico. Los comet¨ªa mientras sus v¨ªctimas estaban anestesiadas o no ten¨ªan plena conciencia de la realidad, seg¨²n explic¨® el fiscal de Lorient, St¨¦phane Kellenberger.
Sus v¨ªctimas sol¨ªan ser ni?os ingresados para operaciones de apendicitis, a veces de urgencia. Entre las 299 v¨ªctimas identificadas por la fiscal¨ªa de Lorient, la edad promedio es de 11 a?os. Rara vez comet¨ªa estos cr¨ªmenes en la sala de operaciones, ya que el riesgo de ser descubierto era demasiado alto. Prefer¨ªa encontrarse a solas con los pacientes en sus habitaciones. Muchas veces, los ni?os estaban dormidos o aturdidos, pero en ocasiones estaban completamente despiertos. Varias v¨ªctimas han declarado que no se dieron cuenta de lo que ocurr¨ªa, creyendo que los tocamientos formaban parte del procedimiento m¨¦dico.
Los gendarmes que se ocuparon del caso llegaron a identificar a 314 v¨ªctimas de los abusos de Le Scouarnec, que ante la magistrada instructora reconoci¨® su implicaci¨®n en buena parte de los hechos que ¨¦l mismo hab¨ªa puesto por escrito. Sus abogados pidieron que se archivaran los procedimientos por 85 de esas v¨ªctimas alegando que hab¨ªa prescripci¨®n y al final en el acta de acusaci¨®n han quedado 299, algo m¨¢s de la mitad de sexo masculino. Ten¨ªan una edad media de 11 a?os cuando fueron objeto de las agresiones. Hab¨ªa 256 que eran menores de 15 a?os.
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