"A Rafi Escobedo se lo quitaron de en medio porque molestaba"
Un crimen que conmocion¨® a la Espa?a de 1980. Oscuros intereses, una conspiraci¨®n y una v¨ªctima propiciatoria. El asesinato de "dos personas que ten¨ªan nombre de banco", de los marqueses de Urquijo, un juicio circense a Rafael 'Rafi'Escobedo, una condena, un aparente suicidio y muchas dudas. Con estos ingredientes el periodista y escritor Mariano S¨¢nchez Soler ha escrito El asesinato de los marqueses de Urbina (Roca), una b¨²squeda de la verdad de lo que ocurri¨® aquella noche en aquel chalet de Somosaguas (Madrid).
Puede leer aqu¨ª el primer cap¨ªtulo de la novela, que se publica hoy.
Hablamos con el autor de una obra con la que obtuvo elPremio L¡¯H Confidencial 2013, una novela en la que, ayudado por elementos de ficci¨®n, trata de "transmitir toda la realidad y ser absolutamente fiel a los hechos y a los personajes, a los protagonistas de esos hechos" que todav¨ªa hoy generan preguntas. Un caso extra?o en la ficci¨®n criminal espa?ola.
PREGUNTA: El libro comienza con una advertencia : "Por imperativo legal, los nombres verdaderos de los protagonistas de esta historia se han encubierto. Los cr¨ªmenes ocurrieron tal y como se relata" ?Esto c¨®mo se come?
RESPUESTA: Cambio los nombres, soy totalmente fiel al sumario, a los hechos contrastados y demostrados jur¨ªdicamente, con pruebas, pero desarrollo la hip¨®tesis del dinero.He dejado los nombres reales de los forenses, entre otras cosas porque uno de ellos es amigo m¨ªo y era una forma de hacerle un homenaje: Garc¨ªa Andrade fue el hombre que desde la ciencia, desde las autopsias, ha estado cuestionando siempre la versi¨®n oficial y no se le ha hecho ning¨²n caso.
P: ?Pero lo que se relata en la novela es lo que ocurri¨® en la realidad?
R: He seguido la versi¨®n del dinero, la ¨²nica que no investig¨® la policia, porque enseguida se plegaron a lo que dec¨ªan los banqueros y lo que he hecho a partir de ah¨ª es reconstruir el crimen. Me he tenido que inventar personajes de ficci¨®n para reconstruir eso, pero lo que cuento est¨¢ totalmente basado en el sumario.
P: ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con el caso?
R: Cubr¨ª el juicio contra Rafi Escobedo para El Peri¨®dico. Fue mi debut en el periodismo. Tengo el sumario completo, es un tema que me ha perseguido. En Los cr¨ªmenes de la democracia (Ediciones B)un tercio del libro es el caso de los marqueses. Todav¨ªa me encuentro a gente que me dice : ¡°?Pero Rafi mat¨® a los marqueses de Urquijo, o no?¡±.
P: ?Y Rafi los mat¨®?
R: ?Qui¨¦n organiz¨® eso? Es un crimen que excepto Rafi y Javier Anastasio (amigo de Rafi,huido de la justicia y que reapareci¨® con el crimen prescrito) nadie m¨¢s ha sido procesado y todo el mundo sabe que esa noche hab¨ªa m¨¢s gente en el chalet ejecutando el crimen. Una cosa que me llam¨® la atenci¨®n es que la polic¨ªa negara categ¨®ricamente, sin ning¨²n tipo de investigaci¨®n, que el Banco Urquijo iba a ser fusionado con el banco Hispanoramericano: a los seis meses de la muerte de los marqueses fue absorbido.Rafi aparece como la v¨ªctima propiciatoria de una conspiraci¨®n, en la que ¨¦l participa, porque no hay duda de que estaba all¨ª. Donde surge la duda es del convencimiento general de que ¨¦l no apret¨® el gatillo.
Asesinato por encargo y profesionalizado
El autor no sale de su asombro seg¨²n va recordando el caso. La hip¨®tesis de los sicarios aparece desde el primer momento para luego ser enterrada por la versi¨®n oficial. En la cr¨®nica de EL PA?S del 2 de agosto de 1980 firmada por Julio C¨¦sar Iglesias ya se habla de un "crimen por encargo" y de un "reducido n¨²mero de sicarios".
P: Ante la pregunta de qui¨¦n lo hizo usted introduce el personaje de Fierro, asesino profesional, un instrumento de la ficci¨®n que no tiene paralelismo en la realidad.
R:La conclusi¨®n es que es esta persona la que es capaz de matar con una pistola del calibre 22, con ¨¢nimo fr¨ªo y calculador, tal y como dicen las dos autopsias de los forenses que est¨¢n en el sumario. Y con esa idea, de esas preguntas sin respuesta, es con la que construyo la novela
P: Pero el yerno de los Urquijo se declara culpable ante la polic¨ªa cuando es detenido en 1983, despu¨¦s se desdice, en el juicio aparece tan tranquilo...
R:Rafi es una persona pusil¨¢nime, un ni?o bien, sin mucha personalidad, sin arrojo, que viv¨ªa en la elite de la clase media alta sin serlo, sin problemas en la vida. Vive confiado. Lo que ocurre es que ¨¦l se va deteriorando en la c¨¢rcel y va vendiendo exclusivas, distintas versiones, entre ellas la verdadera. Estamos en un momento procesal muy raro. Declara sin abogado delante porque en ese momento todav¨ªa no hac¨ªa falta. Le ponen al padre esposado delante, le putean psicol¨®gicamente. Es un tipo mentalmente muy d¨¦bil que al principio cree que se va a librar. Llega al juicio como un h¨¦roe.
Circo procesal
La conversaci¨®n con S¨¢nchez Soler salta de una cosa a otra. El proceso plagado de irregularidadesy hechos que el autor califica de "alucinantes" se interpone en el an¨¢lisis de la figura de Escobedo, pero es necesario para entender la figura del ¨²nico condenado y su tr¨¢gico final. Con el sumario en mente, el autor lanza duras acusaciones, realidades puestas encima de la mesa y reflejadas en la novela.
P: ?A qu¨¦ se debe un proceso tan irregular, tan cutre? ?Era por el momento en que se encontraba Espa?a o de verdad hab¨ªa una voluntad de ocultar cosas?
R: Hay alguien que va eliminando pruebas. De hecho, los casquillos desaparecen del juzgado y se dice que unos supuestos polic¨ªas llegaron all¨ª y se lo llevaron. Eso est¨¢ en el sumario. No se investiga en condiciones. La Polic¨ªa se pone al servicio de la familia y sobre todo al servicio del portavoz de la familia en ese momento, que era Jaime Carvajal Urquijo.
P: ?Y qu¨¦ hab¨ªa dentro de la cabeza de Escobedo?
R: S¨¦ lo que pensaba mi personaje. Lo que piensa Escobedo es imposible de saber. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que desaparecieron todas las pruebas. En los dos a?os que est¨¢ en la c¨¢rcel, antes de que lo juzguen, desaparecen todas las pruebas, la pistola no aparece por ning¨²n lado, la prueba que el escribe ¡°yo mat¨¦ a los marqueses¡± se pierde.Otra cosa que falla es el m¨®vil ?Lo hizo por venganza? ?De qu¨¦? Si estaba casado en separaci¨®n de bienes y ya estaba separado de la mujer.
P: ?Se quitaron de en medio a Escobedo?
R: A ver. Escobedo estaba muy pasado de rosca. Anuncia en el programa de Jes¨²s Quintero que se va a suicidar. Y a los pocos d¨ªas aparece en su celda colgado de una ventana, con una s¨¢bana, con los pies rozando la cama, de manera que si los estira la toca, que si en el momento ¨²ltimo hubiera querido evitar el suicidio hubiera podido. El cuello no tiene la ruptura los ahorcados, del peso de la ca¨ªda y para colmo ten¨ªa cianuro en los pulmones. Y entran y no hacen nada: bajan a Rafi, no toman medidas, no toman huellas, no hacen fotograf¨ªas. Cuando se llevan el cad¨¢ver, dejan la puerta abierta y la gente se llev¨® lo que quiso.
P: ?Se lo quitaron de enmedio porque sab¨ªa demasiado?
R: No creo. Se lo quitaron de en medio porque molestaba, simplemente. Su propia presencia era un co?azo. Lo condenaron a 54 a?os. A Emilio Hell¨ªn (asesino ultraderechista de Yolanda, crimen que conmocion¨® a la Espa?a de laTransici¨®n resucitado por nuestro compa?ero Jos¨¦ Mar¨ªa Irujo)lo condenaron a 47 a?os y sali¨® a los 16. Hubiera salido perfectamente en poco tiempo. Pero se fue deteriorando. Es lo que termin¨® de hacer tremenda la historia.
P: En todo esto hay un h¨¦roe, un Quijote que se empe?a en pelear por la verdad desde su humilde posici¨®n. Es el inspector Jos¨¦ Romero (en la foto)(lean el gran reportaje que hizo sobre ¨¦l nuestro compa?ero Jes¨²s Duva), en la novela, inspector Montero ?Qu¨¦ ha sido de ¨¦l?
R: Es abogado. L¨®gicamente, una persona con esa inteligencia no pod¨ªa aguantar mucho esa situaci¨®n. En plena Transici¨®n aparece un crimen brutal, cuyas v¨ªctimas tienen nombre de banco, amigos de la Casa Real, de Adolfo Su¨¢rez, gente con mucho lustre social. ?l investig¨® como har¨ªa cualquier polic¨ªa, sigui¨® la pista y lo pill¨®. Entonces todos los otros polic¨ªas de homicidios hicieron el rid¨ªculo de una manera monumental. Les dej¨® en evidencia haciendo una investigaci¨®n sencilla, de comprobar, de procedimiento.
P: ?Ser¨ªa posible un crimen as¨ª hoy en d¨ªa?
R: S¨ª. Lo que pasa es que ni la polic¨ªa ni los criminales cometer¨ªan tantos errores.
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