El mundo en 500 palabras
El cineasta y escritor David Trueba re¨²ne sus art¨ªculos period¨ªsticos en la antolog¨ªa '?rase una vez'
David Trueba naci¨® gen¨¦ticamente rendido: "Mi padre me tuvo con 53 a?os, ese esperma era un desecho de f¨¢brica". La determinaci¨®n embrionaria, con m¨¢s o menos guasa, no ha impedido que el cineasta y escritor re¨²na en ?rase una vez (Debate) los art¨ªculos period¨ªsticos que lleva escribiendo desde 1995, aunque en este caso la fecha de partida sea dos a?os despu¨¦s. "Nunca he tenido la tentaci¨®n de poder cambiar las cosas", dice Trueba, "pero creo que podemos usar mecanismos de valoraci¨®n mejores". Para descubrirlo, una advertencia desde la primera p¨¢gina: se recomienda la ingesta en tomas espaciadas. Un art¨ªculo al d¨ªa.
En su papel de articulista, este director de cine formado como periodista, analiza la realidad desde una tribuna en El Peri¨®dico de Catalunya y otra atalaya en la pen¨²ltima p¨¢gina de EL PA?S, el espacio que durante tantos a?os ocup¨® el intelectual Eduardo Haro Tecglen. En una tarea que compara con el trabajo de despiojar a una banda de heavy, ha escogido una horquilla de art¨ªculos con la que ha descrito el devenir de Espa?a en su multiplicidad de facetas. "Al reunir estos textos tuve la sensaci¨®n de distancia que dan los cuentos, de ah¨ª el t¨ªtulo", explica. "No hay mucha diferencia entre lo que ocurr¨ªa hace 15 a?os con lo que est¨¢ sucediendo ahora, por mucho que nos creamos que m¨¢s adelante hay algo distinto. Todo, casi siempre, es previsible".
Trueba delante de la hoja en blanco, con las manos en el teclado, se deshace de ese halo de adivinador y bola de cristal, a trav¨¦s del ejemplo. "No me creo esa frase que ahora se repite tanto: 'La gente no se enteraba de lo que estaba ocurriendo". Al echar la vista atr¨¢s, se ha encontrado con art¨ªculos que hablaban, por ejemplo, de la corrupci¨®n. Un tema que recuerda denunci¨® en una conferencia. Era el a?o 2000. En una mesa que compart¨ªa con representantes p¨²blicos se le ocurri¨® diagnosticar que el problema de Espa?a estaba "en la corrupci¨®n entre los partidos pol¨ªticos y las empresas privadas". La reacci¨®n de sus contertulios se resume entre la indignaci¨®n y la frase: "No somos un pa¨ªs tercermundista, no somos Am¨¦rica Latina". La respuesta de Trueba 13 a?os despu¨¦s es contundente: "No lo somos, entre otras cosas, porque estamos pegados a Francia, por pocas cosas m¨¢s". Valga el ejemplo como uno de los ejercicios de memoria que se encuentran en las p¨¢ginas de ?rase una vez, no como argumento de autoridad: "No pretendo que parezca que yo era el ¨²nico que me daba cuenta de las cosas".
La emergencia que imprime la realidad y la constricci¨®n en unas 500 palabras aproximadamente, dependiendo del formato, nunca han asustado al autor. "Si se puede decir en una palabra lo que se dice en tres, siempre es mejor", explica, "me he tomo las limitaciones como una manera de mejorar mi trabajo, sea en la disciplina que sea". Asumido el espacio, el proceso creativo de Trueba comienza con un interrogante: "?De qu¨¦ no quiero hablar?" A partir de ah¨ª, el mundo. Sus textos salen de los peri¨®dicos, los boletines radiof¨®nicos, los informativos de televisi¨®n, pero tambi¨¦n de conversaciones con amigos o comidas de trabajo. Cuando se acerca la hora de entrega, apurando, es cuando se pone frente a la pantalla. En la silla, con la idea en la cabeza, adem¨¢s se vestir¨¢ de camionero. "En este oficio respondo de m¨ª, como el camionero que desconoce qu¨¦ empresa le ha contratado para transportar un material, lo m¨¢ximo que se le puede exigir es que conduzca bien. No podemos controlarlo todo, y esta manera de asumir el trabajo, es lo que termina por mejorar la sociedad".
El discurso de Trueba mantiene su culebreo por la actualidad. En su relato aparece el drama de los desahucios, la pol¨¦mica que ha rodeado la elecci¨®n del nuevo alcalde de Ponferrada gracias al voto del acosador de Nevenka, el hast¨ªo de la poblaci¨®n, la necesidad de nuevas estructuras democr¨¢ticas. ?No le da miedo sonar como un pol¨ªtico? "Un articulista hace pol¨ªtica. Tiene ideolog¨ªa. Los pol¨ªticos son la sociedad. No seamos ingenuos". A¨²n as¨ª, Trueba dice ser consciente de que uno de los reclamos que m¨¢s le han hecho en estos a?os de carrera period¨ªstica es la falta de contundencia para indignarse. "A m¨ª no me pagan para eso, me pagan para construir".
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