A medias
Llegar¨¢ un momento en que los ciudadanos no puedan aceptar ser exprimidos m¨¢s.
Al espectador le estamos acostumbrando a aceptar con docilidad las verdades a medias. La semana pasada el presidente Rajoy compareci¨® ufano para explicar a los espa?oles que la deuda nacional hab¨ªa aumentado, pero solo porque se contabilizaban por fin los pagos pendientes de la Administraci¨®n. Es de agradecer, porque para muchas peque?as empresas ese pago aplazado era el mayor enemigo de su supervivencia. Pero justificar con esta partida por s¨ª sola el aumento de la deuda es colocarte en la pose m¨¢s favorecedora. Vamos, que ahora se presentan los datos econ¨®micos como Julio Iglesias en los conciertos, solo mostrando el perfil bueno.
El da?o a la actividad econ¨®mica es la m¨¢s evidente consecuencia de la lucha contra el d¨¦ficit. La obsesi¨®n por pagar la deuda est¨¢ aumentando la deuda, en lugar de reducirla. Llegar¨¢ un momento en que los ciudadanos no puedan aceptar ser exprimidos m¨¢s. Sucede tambi¨¦n con la legislaci¨®n sobre desahucios, que los pol¨ªticos espa?oles llevaron de la inacci¨®n al torpe atasco y, cuando los tribunales europeos, bendita sea la protecci¨®n europea, han hablado de su injusticia visceral, provocan la misma media verdad habitual. Todo nos suena como si el m¨¦dico al salir del quir¨®fano nos anunciara feliz que la operaci¨®n ha sido un ¨¦xito porque nos han extirpado la mitad del tumor.
En el campeonato de medias verdades, a veces tambi¨¦n los privados competimos con descaro. Los banqueros, por ejemplo, suelen darnos doctrina y tirones de orejas. En la junta del BBVA tuvimos que escuchar que no reciben ayuda p¨²blica aunque se hayan hecho con piezas en la cacer¨ªa general que resultaban apetitosas solo porque el dinero p¨²blico manten¨ªa con vida entidades asfixiadas. Y la tranquilidad con la que los espa?oles siguen creyendo en sus bancos no est¨¢ de m¨¢s recordar que reside en una garant¨ªa de dep¨®sitos por la que el Estado responde. Un colch¨®n que nadie m¨¢s tiene, una red que los convierte en el ¨²nico trapecista que nunca se cae y se despanzurra. Red, que al resto de ciudadanos espa?oles, familias, emprendedores y esforzados, se les niega por decreto en este circo a la intemperie. As¨ª avanzamos de media verdad en media verdad hasta sumar una mentira completa.
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