Sinton¨ªas que marcaron nuestra infancia (I): Desde Jap¨®n
La cabecera de las series de dibujos animados de los 80 se asocia indeleble a la ni?ez de la generaci¨®n m¨¢s cat¨®dica de la historia
La generaci¨®n del ch¨¢ndal de tactel, el bocadillo de nocilla y los columpios met¨¢licos donde jugarse el tipo y los dientes es seguramente la que ha crecido pasando m¨¢s tiempo frente al televisor. No hab¨ªa consolas, ni iPad, ni redes sociales para distraerse. Para aquellos ni?os que nacieron en los a?os 80 la felicidad consist¨ªa en llegar del colegio, tirar la mochila y ponerse delante de la tele, esperando o¨ªr unas notas musicales que marcaban el inicio de los mejores momentos del d¨ªa.
Esas sinton¨ªas, esas canciones perviven a¨²n en la memoria de aquellos ni?os que ya no existen. Repasamos algunas de las m¨¢s recordadas:
Jap¨®n fue y sigue siendo una fuente inagotable de series animadas. Una de las que m¨¢s mella hicieron en la memoria fue Los caballeros del Zodiaco, Saint Seiya, en la versi¨®n japonesa, que curiosamente nunca m¨¢s se ha vuelto a emitir en Espa?a en la televisi¨®n en abierto. las andanzas de Pegaso, F¨¦nix, Andr¨®meda, Cisne o el atormentado F¨¦nix, fueron una fuente inagotable de conocimientos astron¨®micos. Su sinton¨ªa era ya de por s¨ª un momento de emoci¨®n inigualable.
Pero la ¨¦pica se extendi¨® m¨¢s all¨¢ de las historias mitol¨®gicas. ?pica era un campo infinito con un bal¨®n que parec¨ªa un misil con forma de mel¨®n. Eran Oliver y Benji, los Supercampeones. Antes de que aparecieran en escena el crack Oliver Atom, el malote Mark Lenders o los gemelos Derrick y su catapulta infernal, hab¨ªa que disfrutar con la cabecera y su m¨ªtico oao-ao-ao. Una m¨²sica que ha resistido mejor el tiempo que la propia serie.
El deporte fue una de las tem¨¢ticas favoritas de los creadores de series durante un tiempo. Las hab¨ªa de j¨®venes tenistas, jugadores de voleibol e incluso de bal¨®n prisionero. Pero ninguno ten¨ªa tanto encanto como Chicho Terremoto y su tiro del gato. Este jugador de baloncesto que no levantaba m¨¢s de un metro del suelo estaba especializado en meter las de "tres puntos, colega" y mirar las bragas de las ni?as, sobre todo las de su querida Rosita, la ¨²nica que siempre las llevaba blancas. La sinton¨ªa de esta serie -padre espiritual de Sin-Chan- ten¨ªa algo impagable: hab¨ªa que dar palmadas.
De Jap¨®n lleg¨® tambi¨¦n Bola de drag¨®n, una de las grandes apuestas de la Forta durante a?os. Muchos ni?os se familiarizaron con el gallego con las aventuras de Goku, Songoku o Vegeta, por ejemplo. Esta es una de esas series que pasa de generaci¨®n en generaci¨®n, como su canci¨®n de apertura, todo un cl¨¢sico de la televisi¨®n.
Heredado de la generaci¨®n anterior lleg¨® a los ni?os de los 80 la serie de Mazinger Z, la historia de unos androides que fueron encontrados entre las ruinas de la antigua Grecia. Tecnolog¨ªa y civilizaci¨®n mic¨¦nica de la mano. Su creador, Go Nagai, se qued¨® a gusto. Pero la serie fue todo un ¨¦xito, as¨ª como su cabecera, que deja incluso regusto al Raphael de los primeros tiempos. Hay que recordar que por mucho que se la pidan en sus conciertos, la canci¨®n no es de Bar¨®n Rojo.
Son solo algunos ejemplos, podr¨ªan a?adirse muchos m¨¢s. Lo que est¨¢ claro es que sin la aportaci¨®n de Jap¨®n la infancia de muchos espa?oles habr¨ªa estado un poco hu¨¦rfana, al menos en lo que a m¨²sica se refiere.
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