¡®FireAid¡¯: las viejas glorias al rescate del rock humanitario
El macroconcierto por las v¨ªctimas de los incendios en Los ?ngeles no tuvo la ambici¨®n de un Live Aid, pero dej¨® momentos para recordar con Joni Mitchell, Stills & Nash, Stevie Wonder y cuatro mujeres poniendo voz a Nirvana

Antes de que ser solidario estuviera mal visto, porque la furia contra lo woke no hab¨ªa estallado con esta crudeza, el mundo del rock organizaba a menudo macroconciertos por una causa. El primero lo convoc¨® George Harrison con amigos como Bob Dylan, en ayuda de Bangladesh, en Nueva York en 1971. Pero los a?os dorados vinieron despu¨¦s, sobre todo a partir del Live Aid de 1985: fueron 16 horas de concierto en Londres y Filadelfia a la vez, televisado al mundo en directo, organizado por el m¨²sico irland¨¦s Bob Geldof para recaudar fondos contra la hambruna en Etiop¨ªa. La f¨®rmula se repiti¨®, con m¨¢s sedes simult¨¢neas, en Live 8 (2005), para combatir la pobreza, y Live Earth (2007), contra el cambio clim¨¢tico. Otros no fueron tan globales sino con epicentro en Wembley: el del 70 cumplea?os de Mandela contra el apartheid (1988) o el homenaje a Freddie Mercury por la lucha contra el sida (1992). Y un gran elenco hizo una gira para Amnist¨ªa Internacional (1988-90), con final en Santiago de Chile reci¨¦n ca¨ªda la dictadura.
De aquellos acontecimientos quedaron momentos ic¨®nicos de la historia del rock, como los 20 minutos gloriosos de Queen en Live Aid (recreados en la pel¨ªcula Bohemian Rhapsody), Eric Clapton enrolado en Dire Straits (por Mandela) o la ¨²nica reuni¨®n de Pink Floyd con Roger Waters en cuatro d¨¦cadas para tocar en Live 8. Incluso el desangelado One World: Together at Home de 2020, televisado en lo peor de la pandemia y con los m¨²sicos conectando desde cada una de sus casas, nos dio la ¨²ltima aparici¨®n de los Rolling Stones con su bateria Charlie Watts, muerto un a?o despu¨¦s.
Despu¨¦s de la pandemia, la m¨²sica en directo ha resurgido con una fuerza nunca vista, y los festivales se abarrotan pese a que se han disparado los precios, pero el tiempo de los conciertos humanitarios parec¨ªa haber quedado atr¨¢s. Hasta el pasado 30 de enero, cuando se organiz¨® en Los ?ngeles FireAid Benefit Concert, en apoyo a las v¨ªctimas del fuego apocal¨ªptico. Fueron dos escenarios simult¨¢neos, en los pabellones Intuit Dome y Kia Forum, con capacidad para unas 15.000 personas cada uno. No ha tenido la repercusi¨®n de un Live Aid, porque no ten¨ªa esa ambici¨®n global, porque el rock ya no es tan relevante hoy y porque nuestra atenci¨®n est¨¢ m¨¢s dispersa. Pero pueden disfrutarse sus casi seis horas en Youtube y en Prime Video. Eso s¨ª, interrumpidas muchas veces por testimonios del desastre y mensajes de apoyo a los bomberos, a los muertos y a aquellos que vieron arder todo lo que ten¨ªan en sus hogares. Puede hacerse pesado, pero era obligado.
Esta vez tambi¨¦n han quedado algunas actuaciones para recordar, aunque algunos en redes han criticado un enfoque para boomers: hab¨ªa m¨¢s viejas glorias, muchas vinculadas a los a?os dorados de Laurel Canyon, que j¨®venes talentos. Entre los nombres que tienen una edad, alguno fue muy ovacionado. Como Joni Mitchell, que a sus 81 a?os apareci¨® sentada en un trono para cantar Both Sides, Now, su ¨¦xito de 1969. Hace 10 a?os sufri¨® una hemorragia cerebral: de voz va regular, con lo que ha sido esa garganta portentosa, as¨ª que se version¨® a s¨ª misma en tonos graves. Aun as¨ª, su presencia fue imponente (y repiti¨® la misma puesta en escena dos d¨ªas despu¨¦s en los Grammy).
Adem¨¢s, volvieron a juntarse casi una d¨¦cada despu¨¦s Stephen Stills y Graham Nash, nombres m¨ªticos a los que les faltaba Crosby, muerto en 2023. Estaban otras glorias del ¨²ltimo medio siglo: el incombustible Rod Stewart; el gran Stevie Wonder; un fijo en estos eventos como es Sting y la renacida Stevie Nicks (Fleetwood Mac), que ha vuelto por sorpresa al primer plano. Como se saltaba de un escenario a otro, la retransmisi¨®n omiti¨® a Earth, Wind and Fire, figurones del funk setentero y cuyo nombre era muy apropiado para la noche.
Tambi¨¦n hab¨ªa, claro, figuras surgidas en el siglo XXI, como Olivia Rodrigo, que puso a la multitud a corear sus temas; o Billie Eilish, que ofreci¨® un set ac¨²stico y melanc¨®lico con su hermano Finneas O¡¯Connell a la guitarra; tambi¨¦n Peso Pluma, Tate McRae o Anderson Paak.
Lo m¨¢s estimulante fueron las uniones ef¨ªmeras e inesperadas. Green Day abri¨® la noche con la voz de Eilish, eso s¨ª que fue intergeneracional. The Black Crowes invit¨® sucesivamente a John Fogerty (Creedence Clearwater Revival) y a Slash (Guns N¡¯ Roses). Stevie Wonder sac¨® el escenario a Sting a cantar con ¨¦l Superstition. Otros homenajes fueron en ausencia: la enorme voz de Pink version¨® sucesivamente temas de Janis Joplin y de Led Zeppelin.
El plato fuerte fue la reuni¨®n de los tres supervivientes de Nirvana, que pusieron a cuatro mujeres en el lugar del cantante Kurt Cobain, fallecido en 1994. Sucesivamente tomaron su micro St. Vincent, Kim Gordon, Joan Jett y Violet Grohl (hija de Dave Grohl, el bater¨ªa de la banda y l¨ªder de Foo Fighters). Hubo muchos m¨¢s artistas de peso antes y despu¨¦s: Alanis Morissette, Red Hot Chili Peppers y Lady Gaga, que cerr¨® la gala con una sobria actuaci¨®n al piano y un tema compuesto para la ocasi¨®n: All I Need is Time. Se llev¨® la austeridad esa noche, todo carente de artificios.
Es dudoso que el rock con causa vaya a cambiar el mundo, o que la recaudaci¨®n de estos conciertos sea significativa para las necesidades de la humanidad, pero algo ayuda cuanto menos en la concienciaci¨®n. Va a hacer falta de esta ¨²ltima ahora que el d¨²o Trump-Musk est¨¢ demoliendo Usaid, la agencia de cooperaci¨®n exterior que ha paliado el hambre o combatido el sida en ?frica, y tiene en el punto de mira de la motosierra incluso a Agencia Federal para la Gesti¨®n de Emergencias (FEMA), despu¨¦s de lo que ha pasado en California; ahora que la nueva Casa Blanca publica v¨ªdeos para humillar a deportados encadenados o a los gazat¨ªes despose¨ªdos. Cualquier vestigio de compasi¨®n por el pr¨®jimo ahora est¨¢ demonizado: es woke, un supuesto insulto para esos ingenuos a los que importan los derechos humanos, que se respete a las mujeres y a las minor¨ªas, que se vacune a los ni?os. Eso que quieren enterrar, pero habr¨¢ que defender.
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