Sinton¨ªas que marcaron nuestra infancia (II): Inspiraci¨®n literaria
Entre las series de dibujos de los a?os 80 hay algunas inspiradas en obras literarias
Con siete a?os no puedes leer El Quijote, pero eso no implica que no puedas conocerlo. Y la generaci¨®n del tactel y la nocilla sabe bien lo que esto significa. La cultura literaria de muchos ni?os comenz¨® con las aventuras animadas de los personajes cl¨¢sicos. Y sus sinton¨ªas merecen por lo menos un repaso. Gracias a ellas algunos retienen a¨²n el argumento de los grandes hitos de la literatura.
Es el caso de Las aventuras de Sherlock Holmes. El personaje de Conan Doyle ha inspirado multitud de tramas y personajes hasta el d¨ªa de hoy -incluso el exc¨¦ntrico doctor House-. Ninguna tan tierna y divertida como el de la producci¨®n japonesa que lleg¨® a Espa?a a mediados de los a?os 80. La m¨²sica de apertura de la serie a¨²n sigue protagonizando tarareos y silbidos. Todo un cl¨¢sico en los momentos revival de los ni?os de aquella ¨¦poca.
No podemos saber la reacci¨®n que Doyle habr¨ªa tenido al ver a su h¨¦roe decadente convertido en un zorro. Tampoco podremos saber que sentir¨ªa Alejandro Dumas al ver a la ¨¦lite de la tropa francesa, los Mosqueteros, convertidos en perros. Y eso que el escritor franc¨¦s ha visto a sus personajes vestidos con muchas caras.
Los mosqueperros es una de las primeras coproducciones de animaci¨®n entre Espa?a yJap¨®n. Amis, Portos, Dogos y D?artacan -Alejandro Dumas puede estar retorci¨¦ndose en la tumba- luchaban contra el mal¨¦fico Richelieu, al que le brillaba siempre un canino cuando hac¨ªa una de las suyas. La serie gust¨® tanto que comenz¨® la carrera del merchandaising de la producci¨®n patria. La sinton¨ªa, simplemente, inolvidable.
Convertir los personajes en animales es todo un cl¨¢sico. Y si no que se lo digan al respetable protagonista de La vuelta al mundo de Willy Fogg. Verne debe estar riendo en su tumba. La vuelta al mundo en 80 d¨ªas la complet¨® este caballero en compa?¨ªa de Tico y Rigod¨®n, antiguos artistas circenses y sus amigos m¨¢s inseparables hasta que conoci¨® en la India a la princesa Romi. Lo m¨¢s curioso de este caso es que tan recordada es la canci¨®n que daba paso a la serie como la que cerraba cada cap¨ªtulo, S¨ªlbame.
?La animaci¨®n espa?ola despeg¨® en esos a?os, y sigui¨® nutri¨¦ndose de fuentes literarias. Es el caso de Los trotam¨²sicos, basado en el cuento Los m¨²sicos de Bremen de los hermanos Grimm. La serie transmit¨ªa valores cl¨¢sicos como la amistad, pero tambi¨¦n la protecci¨®n del medioambiente. La m¨²sica estaba muy presente para recrear las aventuras del gallo Coki, Lupo el perro, Tonto el burro y el gato Burl¨®n. Incluso para sus n¨¦mesis, los malvados Chef, Bestia y Tap¨®n.
Pero antes de todas estas muestras de dibujos animados con la marca Espa?a, el precursor fue un manchego loco, al que se le hab¨ªa secado el seso de tanto leer libros de caballer¨ªa. Dicen los expertos que El Quijote es un libro que te acompa?a toda la vida: de ni?o te hace re¨ªr, de adulto lo entiendes y de anciano te sientes identificado. En cualquier caso, esta generaci¨®n tuvo el honor de conocer la gran novela de Cervantes a trav¨¦s, tambi¨¦n, de la m¨²sica.
En el repaso hemos dejado fuera algunos otros t¨ªtulos que tendr¨ªan cabida: Heidi, Mujercitas o las aventuras de Arsenio Lupin, porque la memoria emocional, sensitiva y musical, es ilimitada
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