Una pasi¨®n dickensiana
El director brit¨¢nico Mike Newell adapta ¡®Grandes esperanzas¡¯, ¨²ltima gran obra del escritor Su versi¨®n acad¨¦mica es fruto de d¨¦cadas de estudio y amor al autor ingl¨¦s
T¨®picos sobre Charles Dickens: ni?os pasando hambre, barro en las calles londinenses, prostitutas, mecenas con corazones de oro, j¨®venes idealistas, miseria social y econ¨®mica, cl¨ªmax sentimentaloides... ¡°Y todos ciertos¡±, confirma Mike Newell (St. Albans, Hertfordshire, Inglaterra, 1942). ¡°Te a?ado uno m¨¢s: era un escritor muy popular, que como publicaba en entregas sus novelas atend¨ªa a las reacciones del p¨²blico. Y lo sigue siendo: el lenguaje de Dickens es m¨¢s reconocible por un brit¨¢nico que el de Shakespeare. Cualquier ingl¨¦s sabe instant¨¢neamente que est¨¢ leyendo un texto suyo¡±. Newell sabe de lo que habla: no solo es un director de cine de variopinta carrera, con t¨ªtulos como Bailar con un extra?o, Cuatro bodas y un funeral, Un abril encantado, Donnie Brasco, Fuera de control, Harry Potter y el c¨¢liz de fuego, La sonrisa de Mona Lisa o Prince of Persia: las arenas del tiempo, es que si ha habido una constante en su vida ha sido su pasi¨®n por Dickens, una quemaz¨®n que le ha hecho batallar durante bastante tiempo para sacar adelante una adaptaci¨®n de su obra, que ha logrado gracias a la celebraci¨®n del 200 aniversario de su nacimiento en febrero de 2012 ¡°y a que por fin hab¨ªa un guion que pod¨ªa acercarse a su calidad literaria¡±. Ma?ana se podr¨¢ ver en los cines espa?oles el resultado de tanta brega: Grandes esperanzas, una versi¨®n acad¨¦mica con Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, todo un batall¨®n de estupendos secundarios brit¨¢nicos y protagonizada por Jeremy Irvine (War horse).
Por todo lo anterior el cineasta disfruta m¨¢s hablando del escritor que de su pel¨ªcula: ¡°Dickens escrib¨ªa para todos, cualquiera puede verse reflejado en alguno de sus personajes, ya que ¨¦l no los marcaba con severos juicios morales. Por eso, hay versiones en la pantalla de sus obras por cada generaci¨®n¡±. Newell recuerda c¨®mo siendo estudiante se especializ¨® en Dickens ¡°como un fan arrebatado¡±. Y c¨®mo esta pasi¨®n no le ha ayudado en la adaptaci¨®n de Grandes esperanzas. ¡°Es un libro muy extenso y cada vez que recortaba cap¨ªtulos y personajes me dol¨ªa en el alma. Escog¨ª este libro porque su protagonista, Pip, es un chaval humilde, idealista, pero no exactamente un buen tipo: hace cosas horribles. Y es la pen¨²ltima gran novela de Dickens, la ¨²ltima grande. Se mir¨® a s¨ª mismo, se retrat¨® en Pip y se expuso ante sus lectores como si dijera: ¡®Miradme, yo tambi¨¦n proced¨ªa de la nada. Trabaj¨¦ en una f¨¢brica con 12 a?os, cuando mi padre estuvo en prisi¨®n, y he llegado hasta aqu¨ª¡¯. Fascinante¡±.
Toda esta autoexposici¨®n p¨²blica ocurri¨® antes del 9 de junio de 1865, el d¨ªa del accidente ferroviario de Staplehurst, cuando siete vagones de un tren cayeron desde un puente en reparaci¨®n. Solo se salv¨® un vag¨®n de primera clase, en el que viajaba Dickens... con la actriz Ellen Ternan, que era su amante, y la madre de esta. ¡°Estaba separado de su esposa, que cuidaba a sus hijos \[tuvieron 10\]. A¨²n no exist¨ªa el divorcio. As¨ª que Dickens ayud¨® a los heridos, recogi¨® el manuscrito inconcluso de Nuestro amigo mutuo y desapareci¨® por el que dir¨¢n. Lo sabemos porque su hija Kate escribi¨® un libro sobre ella, su padre y los amores paternos. Kate muri¨® en 1929, y a?os antes recibi¨® la visita de George Bernard Shaw, que quer¨ªa escribir sobre Dickens. Ella solo le pidi¨® que no le retratara con una sonrisa de oreja a oreja, como un caballero amable y con la espada de la justicia en una mano... Porque no era as¨ª¡±.
Tanta pasi¨®n, tanto conocimiento de los secretos de Dickens, ?no los hubiera canalizado mejor dirigiendo una biograf¨ªa del escritor? ¡°Pues es que he llegado tarde por meses. Ralph Fiennes, justo ¨¦l que ha trabajado en mi pel¨ªcula, acaba de dirigir y protagonizar un filme que ahonda en esta relaci¨®n extraconyugal. Lo siento, ya est¨¢ hecha [risas]¡±. Ahora el cineasta prepara Reykjavik, recreaci¨®n del encuentro que en 1986 reuni¨® en la capital islandesa a Mijail Gorbachov y Ronald Reagan, y reconoce que su adaptaci¨®n de El amor en los tiempos del c¨®lera, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, no fue... buena. "Me equivoqu¨¦, porque me pudo la pasi¨®n y ni conozco lo suficiente el idioma espa?ol ni la rod¨¦ en este idioma. Grave error".
Newell empez¨® en 1966 dirigiendo cap¨ªtulos del culebr¨®n brit¨¢nico por antonomasia, Coronation Street, que a¨²n sigue en antena. ¡°Me ayud¨® mi pasi¨®n por Dickens. Porque en una serie de televisi¨®n tienes muy poco tiempo para enganchar a la gente, volverla loca y con ansias de m¨¢s. Dickens escrib¨ªa solo tres cap¨ªtulos por delante de lo que se publicaba: es decir, ¨¦l funda el esquema del culebr¨®n. Todo lo contrario de, por ejemplo, Dostoievski: el ruso escribe en largo, sin cl¨ªmax; Dickens encadena un cl¨ªmax y otro y otro. Por eso es el gran contador de historias y el gran artista de la literatura inglesa¡±.
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