El folio
En demasiadas ocasiones a los jueces se les pide que hagan contorsionismo con sus sentencias
La decisi¨®n de la Audiencia Nacional de apartar al juez G¨®mez-Berm¨²dez de la investigaci¨®n del otro ramal del caso B¨¢rcenas ha destapado, con el descaro habitual, las filias y fobias para con los jueces. Es tan reciente la expulsi¨®n de carrera de Garz¨®n que ya no sorprende la facilidad con que se tejen y destejen reputaciones judiciales. G¨®mez-Berm¨²dez no saci¨® las expectativas de quienes ve¨ªan el juicio por los atentados del 11-M como la ¨²nica oportunidad para que la realidad se adecuara a sus fantas¨ªas. En demasiadas ocasiones a los jueces se les pide que hagan contorsionismo con sus sentencias y satisfagan las ansias de verdad particular, castigo, penitencia y relato que muchos se fabrican.
Con los papeles de B¨¢rcenas la angustia existencial de muchos implicados reside en que la cosa termine en el callej¨®n de los errores contables, quiz¨¢ con una sanci¨®n administrativa y jam¨¢s bajo la estricta investigaci¨®n sobre por qu¨¦ y para qu¨¦ se pagaban donaciones muy caritativas desde empresas rutilantes. La querella de IU se?alaba un camino entre querellas cruzadas, simulaciones de despido, denuncias contra los medios de comunicaci¨®n y surrealistas pruebas grafol¨®gicas. Uno de los representantes de la Asociaci¨®n Libre de Abogados fue bien gr¨¢fico al declarar que el asunto se hab¨ªa convertido en un ornitorrinco procesal donde el Partido Popular ejerce a la vez de acusaci¨®n y defensa. Y basta mirar la foto de un ornitorrinco para entender exactamente lo que quiere decir.
Pero si algo termin¨® de convertir en un asunto escabroso la r¨¢pida decisi¨®n judicial contra las pretensiones del juez Berm¨²dez fue la imagen de la juez ?ngeles Barreiro tap¨¢ndose la cara de las c¨¢maras con un folio en blanco durante toda la sesi¨®n. Los espectadores televisivos est¨¢n acostumbrados a ver asombrosos modos de esconder la cara de las c¨¢maras durante los procesos. Pero nunca rostros de ilustr¨ªsimos con ese folio a modo de hoja de parra. Y aunque nadie parece haber concedido la menor importancia al detalle, su retransmisi¨®n gener¨® un cortocircuito en la comprensi¨®n general. Algo similar a lo que sentir¨ªan si Del Bosque anuncia la lista de jugadores convocados para la selecci¨®n con la cara pixelada o la chaqueta de ch¨¢ndal echada por encima de la cabeza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.