Un ¡®Edipo¡¯ audaz y potente para el lector del siglo XXI
El fil¨®logo presenta en un libro su nueva traducci¨®n de la tragedia de S¨®focles y un detallado ensayo
Partiendo del drama sofocleo y de una nueva y refinada traducci¨®n propia, Carlos Garc¨ªa Gual (Palma de Mallorca, 1943) nos pone en la mano un libro riqu¨ªsimo y de ¨®ptica muy personal. La abundancia documental no enturbia su amenidad, lleno de sugerentes iniciativas en la investigaci¨®n e interpretaci¨®n de lo que, a todas luces, se nos antoja una presencia de obstinada constancia, eso que abona su car¨¢cter permanente de mito y de cl¨¢sico.
Sin ning¨²n af¨¢n did¨¢ctico, pero con precisi¨®n, haciendo gala de una erudici¨®n muy reglada, Garc¨ªa Gual asume el papel de gu¨ªa en el laberinto inici¨¢tico. Edipo regresa potente a un lector contempor¨¢neo que debe, en cierto sentido, abstraerse para la inmersi¨®n textual. No carece la nueva traducci¨®n de vuelo, fuerza interior y tono, teniendo el acierto de que el lenguaje no nos parezca ajeno o distante, lejano en un tiempo m¨ªtico y en la forma, sino todo lo contrario. Esa sutil manera (habilidad) para acercar al lector, sea el estudioso o el actor, hasta el dramaturgo cl¨¢sico, ya es en s¨ª misma una eficiente presentaci¨®n, una reafirmaci¨®n de lo que el propio Garc¨ªa Gual despu¨¦s, con precisi¨®n cirujana, analiza. Y ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n la justificaci¨®n del orden o ¨ªndice elegido: primero, el texto de la tragedia en la nueva traducci¨®n y luego una amplia segunda parte donde el estudio se escalona primero en el mito, una panor¨¢mica del teatro en Atenas, la tragedia de Edipo, la larga sombra de S¨®focles y finalmente las m¨²ltiples interpretaciones de ese mito, desde Girard a Freud, entre otros.
Anteriormente a este Enigm¨¢tico Edipo el Fondo de Cultura Econ¨®mica hab¨ªa desplegado ya en su colecci¨®n de Antropolog¨ªa una serie del propio Garc¨ªa Gual con tres t¨ªtulos que en cierto sentido hacen biela y bisagra con el nuevo volumen: Prometeo: mito y literatura (FCE, 2009, nueva edici¨®n ampliada con tres cap¨ªtulos de las primeras Prometeo: mito y tragedia ¡ªPeralta, 1979 y Hipari¨®n, 1995); lo mismo que sucede con Mitos, viajes, h¨¦roes (FCE, 2011, antes Taurus, 1981 y 1996) y Encuentros heroicos: seis escenas griegas (FCE 2009 y 2010). El autor ha respondido a EL PA?S sobre algunos temas tanto sofocleos como los que ata?en m¨¢s amplia y gen¨¦ricamente al mito:
Pregunta. Dos premisas para poner al lector en situaci¨®n. ?Qu¨¦ le anim¨® a volver sobre un texto tantas veces vertido antes al castellano y a todas las lenguas modernas? ?Completar¨ªa un ciclo con la traducci¨®n (mucho menos practicada) de Edipo en Colono, si es que no la ha emprendido ya o la tiene hecha?
Respuesta. He escrito el libro para plantear y exponer con claridad ¡ªante todo para m¨ª mismo¡ª las cuestiones centrales del mito y la tragedia, de sus inquietantes motivos y figuras. Tras numerosas lecturas y reflexiones, quer¨ªa se?alar unas pautas para su lectura e interpretaci¨®n sin fin y liberarme as¨ª de un tema que me resultaba una vieja obsesi¨®n. Es verdad que hay numerosas versiones de Edipo Rey; esta m¨ªa es una m¨¢s y quiere ser clara y precisa. No encontr¨¦ un libro de conjunto como el que me habr¨ªa gustado leer y por eso lo he escrito. He traducido muchos textos griegos, pero nada de S¨®focles, es todo un desaf¨ªo. No seguir¨¦ con Ant¨ªgona ni Edipo en Colono ¡ªde ambos hay buenas versiones y apunto aqu¨ª lo que pienso de ellos¡ª. Ant¨ªgonas de G. Steiner es por otra parte, un espl¨¦ndido estudio de la tradici¨®n del mito y la tragedia.
P. Acerca de la verdadera naturaleza de la Esfinge, usted dice: "Es a la vez seductora y rapaz, un monstruo ambiguo, marcado por su capacidad para el canto y su extra?a y destructora sexualidad". Tambi¨¦n ella trajo la muerte a muchos mancebos tebanos, como recuerda el coro de las Fenicias, de Eur¨ªpides. ?A esta definici¨®n responde el imaginario pl¨¢stico del monstruo?
R. En la mitolog¨ªa griega los monstruos espantosos tienen figuras femeninas. Como la Esfinge, las Arp¨ªas, las Sirenas, las Parcas... etc. Tal vez alg¨²n psic¨®logo dir¨ªa que evocan oscuras Madres Terribles. Unas m¨¢s agresivas, otras m¨¢s tentadoras.
P. En la representaci¨®n de la Esfinge escogida para la portada de su libro [Kylix ¨¢tico de figuras rojas de los Museos Vaticanos] la cabeza del monstruo es especialmente ef¨¦bica y masculina, en contradicci¨®n a su contempor¨¢nea del Louvre [vasija del 470 a.C.] m¨¢s claramente femenina. Sobre esto se ha escrito bastante. ?Cu¨¢l es su criterio?
R. Tal vez alguna presente perfil ef¨¦bico en alg¨²n relieve, pero son seres femeninos e h¨ªbridos, con alas, garras, y cuerpos de le¨®n o de ave rapaz.
P. ?Puede considerarse que es muy tard¨ªa la primera traducci¨®n espa?ola, como usted apunta, "notablemente fiel al texto de S¨®focles", de fines del siglo XVIII [Edipo Tirano, de Pedro Estala -1793]?
R. En Espa?a la traducci¨®n de los dramas griegos cl¨¢sicos es a menudo tard¨ªa, de fines del XVIII y XIX. Indica la pobre y escasa atenci¨®n hispana a esos grandes textos.
P. La mayor parte del teatro de Voltaire ha sido olvidado, pero es precisamente su Edipo una de sus pocas obras esc¨¦nicas que a¨²n se puede leer con cierto ¨¢nimo. ?Esto se debe a la naturaleza del mito o como usted dice "a la muy significativa libertad en la recreaci¨®n del drama" que hizo el autor franc¨¦s?
R. En Francia esa tradici¨®n es mucho m¨¢s rica, como muestran tantos dramas sobre el mito de Edipo: de Corneille, Racine, Voltaire y varios m¨¢s. Si el de Voltaire tiene a¨²n m¨¢s lectores que otras piezas suyas se debe al magn¨ªfico tema, y tambi¨¦n a su estilo ¨¢gil y su aguzada interpretaci¨®n pol¨ªtica (sobre el esquema tr¨¢gico de S¨¦neca).
P. Acerca del nombre de Edipo, Oid¨ªpous (pies hinchados), usted expresa que "parece muy poco apropiado para un h¨¦roe ¨¦pico". ?De d¨®nde viene este nombre? ?No puede haber acaso en ello un s¨ªmbolo del efecto del tr¨¢nsito, del viaje agotador?
R. En efecto, "Pi¨¦ hinchado" no es un nombre noble ni ¨¦pico, sino de un raro personaje de cuento popular. Se explica por el abandono del ni?o con un pie taladrado; pero hay que notar que en ning¨²n texto antiguo Edipo aparece cojeando.
P. Edipo Rey se sigue reponiendo en teatros de todo el mundo y en m¨²ltiples versiones. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la tendencia del teatro moderno a la transposici¨®n de ¨¦poca en la representaci¨®n de los cl¨¢sicos? ?Y acerca del vertido o versionado de Edipo rey en el teatro musical (la ¨®pera y el ballet) donde siempre aparece como una fuente de inspiraci¨®n segura?
R. Edipo rey se sigue reponiendo por dos claros motivos: por la fuerza misma de la trama del mito y por la perfecci¨®n de su construcci¨®n dram¨¢tica es la "tragedia familiar perfecta" (Arist¨®teles). Y no hace falta ser un clasicista para sentir su impacto.
P. ?S¨®focles se inventa Edipo en Colono como una redenci¨®n ¨²ltima de su m¨¢rtir predilecto? Usted aclara que en esa obra el autor se aleja bastante del mito original, al final de la saga familiar y donde se trata la muerte del viejo rey en el exilio.
R. Edipo en Colono tiene una trama inventada por S¨®focles. Creo que lo explico bien: un ajuste de cuentas final del viejo dramaturgo con su h¨¦roe m¨¢s noble.
P. ?Hay o ve usted alg¨²n v¨ªnculo entre ?jax, una obra temprana y Edipo Rey, una obra de madurez? Pienso en dos elementos con algo de comunidad: las predicciones del vidente Calcas en ?jax y de Tiresias en Edipo, as¨ª como el cierto paralelo entre el suicidio de ?jax y el desesperado acto de Edipo al sacarse los ojos, como si en ambos esa acci¨®n l¨ªmite y tr¨¢gica funcionara como expurgo.
R. Entre ?yax y Edipo, en los dramas de S¨®focles, descubro cierta afinidad. Ambos son grandes h¨¦roes que cometen, sin quererlo, sus cr¨ªmenes, los reconocen y al final se castigan a s¨ª mismos: ?yax con el suicidio y Edipo con la ceguera. Ellos son sus propios jueces y verdugos, y avanzan en escena, solitarios y altivos a la cat¨¢strofe. El enfrentamiento de Edipo con el adivino Tiresias es una escena de feroz iron¨ªa sofoclea. El ciego ve la verdad, pero no quiere decirla, y el rey sabio no atisba su propio destino.
P. Aunque como usted dice "el teatro no tiene en nuestra sociedad moderna el alcance cultural, la repercusi¨®n social y la proyecci¨®n educativa y colectiva que tuvo en la ciudad democr¨¢tica donde se fund¨® a finales del siglo V a.C.", y ya despojado ese teatro griego cl¨¢sico en el arte dram¨¢tico europeo contempor¨¢neo de su significado religioso, ?puede a¨²n mantener sus valores como veh¨ªculo pol¨ªtico? ?No estar¨¢ ah¨ª parte de su valor m¨¢s trascendente y de su potencial vigencia?
R. El teatro en nuestro mundo ha sido socialmente desplazado por el cine y la televisi¨®n, medios de masas, evidentemente. Solo en Grecia, en el mundo occidental, tuvo la dramaturgia un fuerte sentido religioso y pol¨ªtico; pero la historia del teatro europeo es esencial en nuestra cultura. La tragedia muri¨® (como dijo Steiner) y solo sobrevive fantasmal, como gran literatura, si bien el teatro moderno, de Shakespeare hasta hoy, sigue vivo e inquietante, es lamentablemente para unos pocos, sobre las pautas cl¨¢sicas.
P. En el ep¨ªlogo usted dice que el n¨²cleo del drama sofocleo es un flash-back donde reconocimiento y cat¨¢strofe [anagn¨®risis y perip¨¦teia] coinciden. ?Es este hallazgo en la redacci¨®n teatral atribuible como invenci¨®n a S¨®focles o existe un precedente en el propio teatro griego?
R. Me parece un gran hallazgo de S¨®focles que resume el pasado en un rato.
P. Siendo Edipo, como usted afirma, "el m¨¢s inolvidable y recurrente de los h¨¦roes del teatro tr¨¢gico", a la vez matiza que ese Edipo "no parece haber sido un gran h¨¦roe ¨¦pico" y que su mito, del que intenta escapar a su destino, "triunfa y fracasa a la vez". ?Es una concepci¨®n del ¨¦xito en el fracaso, una suerte de consolaci¨®n metaf¨®rica ante el error o lo inevitable?
R. La grandeza de un h¨¦roe se mide no solo por sus haza?as, sino tambi¨¦n por su firme actitud en el dolor. Eso es la lecci¨®n de la tragedia. Los m¨¢s grandes sufren m¨¢s, pero resisten con nobleza la ca¨ªda; Edipo es un gran ejemplo. Seg¨²n los mitos griegos, solo los dioses son felices; y, tal vez, algunos tipos mediocres y vulgares se libran de las penas tr¨¢gicas. Pero a estos no los recuerda la poes¨ªa ni la historia.
P. Ante el desbarajuste del mundo moderno (crisis global incluida) las tragedias griegas se refrescan solas, adquieren un sentido y una vigencia donde no hay que forzar nada, como si el contexto social moderno tambi¨¦n encierra a los personajes (Edipo, ?jax... etc.) y los conduce a un fin conocido. ?C¨®mo lo ve desde la perspectiva especializada de un conocedor del mundo antiguo?
R. La literatura cl¨¢sica ofrece sentido a inquietudes de siempre y horizontes lejanos a miradas de hoy. Suscribo que: "Los cl¨¢sicos consuelan, aunque no del todo".
Enigm¨¢tico Edipo. Mito y tragedia. Carlos Garc¨ªa Gual. Fondo de Cultura Econ¨®mica. Madrid, 2012. 276 p¨¢ginas. 15 euros
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