¡°Quer¨ªa entender lo que dice la gente, no lo que la literatura dice que dice¡±
Sheila Heti publica '?C¨®mo deber¨ªa ser una persona?', una rara celebraci¨®n de la amistad femenina La autora ha utilizado transcripciones de conversaciones y correos reales de sus amigos El libro ha sido una sorprendente sensaci¨®n editorial en Canad¨¢ y Estados Unidos
El arte y la amistad se alimentan mutuamente. Yo siempre quise crear con amigos, como los surrealistas. Cuando estudiaba y le¨ªa sobre ellos me daban verdadera envidia porque la amistad ocupaba un lugar muy importante en su arte¡±, explica Sheila Heti (Toronto, 1976), reci¨¦n levantada pero locuaz ¡ªy en pijama¡ª en conversaci¨®n v¨ªa Skype. A ella, que ese Par¨ªs de los surrealistas le quedaba muy lejos en el tiempo y el espacio, no le quedar¨ªa m¨¢s remedio que crear en soledad, concluy¨® con resignaci¨®n. Pero ?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? (Alpha Decay), el cuarto libro de su exc¨¦ntrica bibliograf¨ªa y toda una sensaci¨®n editorial en Canad¨¢ y Estados Unidos, vuelve a demostrar que se equivocaba.
?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? se completa con el subt¨ªtulo Una novela desde la vida porque parte de las de Heti y su c¨ªrculo de amigos. En 2005 la canadiense acababa de publicar su segundo libro, Ticknor, y lo ¨²ltimo que necesitaba era volver a encerrarse a escribir otra novela. ¡°Cuando llegas al final de un proyecto todo lo que form¨® parte de ¨¦l est¨¢ agotado. Es como romper con tu novio, ?a que no tendr¨ªa ning¨²n sentido volver con ¨¦l? Buscaba algo nuevo¡±. Mientras pensaba qu¨¦ hacer, Heti decidi¨® grabar las conversaciones de sus amigos ¡°porque quer¨ªa entender lo que dice la gente y no lo que la literatura dice que dice la gente¡±. No fue una ¡°decisi¨®n premeditada¡±, insiste, pero con el tiempo se dio cuenta de que en esas transcripciones ¡ªy en algunos correos electr¨®nicos reales que tambi¨¦n copia y pega¡ª estaba su siguiente libro. Las protagonistas son la propia Sheila y su amiga, la pintora y cineasta Margaux Williamson. Los secundarios, el escritor y fil¨®sofo Misha Glouberman, y el cr¨ªtico y artista Sholem Krishtalka. ¡°Me gust¨® tanto lo que escuch¨¦ en las grabaciones que cuando trat¨¦ de escribir a partir de ellas me di cuenta de que no ten¨ªa sentido inventar personajes de ficci¨®n. Adem¨¢s, por esa ¨¦poca Margaux no paraba de decir que hab¨ªa que ser econ¨®mico y utilizar los recursos que tienes a tu alrededor¡±. Es decir, a los amigos. La propia Heti pos¨® junto al dise?ador gr¨¢fico Paul Sahre para Important Artifacts and Personal Property from the Collection of Lenore Doolan and Harold Morris, Including Books, Street Fashion, and Jewelry (2009) de Leanne Shapton, un libro de ficci¨®n disfrazado de cat¨¢logo de subastas que narraba la historia de una pareja a trav¨¦s de sus objetos personales, y en 2010 protagoniz¨® la pel¨ªcula experimental Teenage Hamlet dirigida por Williamson. As¨ª pues, con ?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? hab¨ªa llegado su turno. ¡°Es como volver a la infancia y jugar con tus amigos. Hoy los m¨ªos son artistas: a veces jugamos con sus reglas y otras con las m¨ªas¡±.
¡°Un chapuz¨®n realmente extra?o, pero divertido, en la b¨²squeda de la autenticidad¡±. Eso es para la tambi¨¦n escritora ¡ªy tambi¨¦n canadiense¡ª Margaret Atwood ?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? Para Lena Dunham, la creadora de la serie Girls con quien se compara continuamente a Heti, ¡°es una novela incre¨ªble en la que la metaficci¨®n se cruza con la no ficci¨®n. Es divertida y rara¡±. Para la artista y cineasta Miranda July es ¡°un libro que lo arriesga todo y pulveriza todas esas normas que las mujeres seguimos para que nos tomen en serio¡±.
Me inspir¨¦ en Andy Warhol: quer¨ªa que la novela fuera pop, que cualquiera pudiera leerla, que pareciera f¨¢cil
La obra se presta a estas definiciones y a muchas otras porque en ella hay ficci¨®n, no ficci¨®n e intencionada confusi¨®n. ¡°A m¨ª me encanta no comprender del todo las reglas que un artista ha seguido a la hora de crear una obra de arte. Ah¨ª tienes a Agn¨¨s Varda. Ves sus pel¨ªculas y piensas ¡®?qu¨¦? ?c¨®mo?¡¯. Sin embargo, en la ficci¨®n no hay misterio porque el lector entiende que el escritor ha imaginado a los personajes¡±, razona Heti. Y dado que el libro hab¨ªa nacido como un experimento, ?por qu¨¦ no tratar de desorientar al lector y recuperar parte de ese misterio perdido?
Para lograrlo, Sheila Heti sembr¨® desconcierto en el fondo y en la forma de la novela, para la que ha empleado ¡ªle recriminan algunos¡ª un lenguaje extremadamente sencillo para reflexionar sobre cuestiones ¡ª¨¦xito, fama, arte, amistad, relaciones de pareja¡ª extremadamente complejas. ¡°Mi anterior libro era tan denso, tan dif¨ªcil de leer, tan literario. As¨ª que para este me inspir¨¦ en Andy Warhol: quer¨ªa que la novela fuera pop, que cualquiera pudiera leerla, que pareciera f¨¢cil¡±.
?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? le han preguntado insistente y previsiblemente a Heti en lecturas, en ruedas de prensa, en entrevistas, y ella sigue encogi¨¦ndose de hombros. ¡°Era una pregunta que me preocupaba. C¨®mo ser una persona, c¨®mo ser mejor, pero no buscaba una respuesta. Adem¨¢s, la pregunta tambi¨¦n se refiere a otra cuesti¨®n: no solo a c¨®mo deber¨ªamos ser o actuar, sino a c¨®mo ser como objetos. En el libro hay pasajes sobre la veneraci¨®n y la idea de convertirse en un ¨ªdolo. Yo creo que la pregunta es tan leg¨ªtima como falsa porque no puedes mirarte a ti mismo como a algo que creas, como a una obra de arte. El ser humano no es eso, pero, al mismo tiempo, es inevitable y todos nos planteamos este tipo de preguntas¡±.
La Sheila del libro no tuvo amigos hasta los 25 a?os. Ese detalle biogr¨¢fico, aclara Heti, no se corresponde con su vida. Otros, s¨ª: la Sheila de ficci¨®n, como ella, vive en Toronto, ha pasado por un reciente divorcio, es escritora y sus amigos son, en su mayor¨ªa, artistas. En la vida de ambas, la amistad es fundamental. Y, al menos en la obra de la Sheila real, tambi¨¦n. ?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? es una celebraci¨®n de la amistad entre dos mujeres. En Ticknor, su segunda obra, novel¨® la amistad entre dos hispanistas norteamericanos del siglo XIX, George Ticknor y William Prescott, y en la tercera, The chairs are where the people go, un peculiar libro de ensayo, escribi¨® al dictado de su buen amigo Misha Glouberman: ¨¦l hablaba sobre improvisaci¨®n, activismo o monogamia y Heti se limitaba a transcribir. ¡°Creo que, en general, se pone demasiado ¨¦nfasis en el amor rom¨¢ntico y hay mucho m¨¢s. Para m¨ª la amistad siempre ha sido muy importante, pero a medida que me hago mayor valoro cada vez m¨¢s mi relaci¨®n con otras mujeres. Cuando era m¨¢s joven me interesaban m¨¢s los hombres, era con ellos con quien ten¨ªa unos v¨ªnculos m¨¢s fuertes, pero ahora estoy fascinada con las mujeres¡±.
Como su amiga Margaux Williamson. ¡°En este libro he ido contra todos mis instintos gracias a ella. Por primera vez no he pensado, ?c¨®mo puedo hacer que este libro sea perfecto? Me he limitado a escuchar a Margaux, a tratar de ver el mundo a trav¨¦s de sus ojos y de crear arte a su manera. Escribir este libro apoy¨¢ndome en ella es lo mejor que me pod¨ªa haber pasado. Ha sido totalmente liberador. A veces me pregunto: ¡®?Y si nunca la hubiera conocido? Y llego a la conclusi¨®n de que ser¨ªa una pesadilla. ?Solo escribir¨ªa novelas est¨²pidas!¡±.
?C¨®mo deber¨ªa ser una persona? Una novela desde la vida de Sheila Heti. Traducci¨®n de Regina L¨®pez Mu?oz. Alpha Decay. Barcelona, 2013. 312 p¨¢ginas. 20,90 euros.
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