De pinchazos, desastres y rapapolvos
Las editoriales siguen echando la casa por la ventana. Como dice el editor Gonzalo Pont¨®n, publicamos "como Alemania y vendemos como Zambia"
A pesar de Eliot (se puede ver y escuchar en YouTube al poeta y a actores como Edward Fox, Michael Gaugh y Eileen Atkins leyendo The Waste Land), el m¨¢s cruel de los meses no es abril, al menos para los libros. El optimismo podr¨ªa basarse en la observaci¨®n emp¨ªrica de las mesas de novedades de nuestras librer¨ªas, totalmente abarrotadas para recibir el 23 de abril (con o sin Sant Jordi) con los honores que merece el principal evento del calendario de la industria del libro. Pero ¡ªay¡ª resulta que tambi¨¦n en esto, como advierten en letra peque?a los banqueros cuyos catastr¨®ficos desaguisados financiamos, ¡°rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras¡±. Miren, si no, los relativos pinchazos experimentados por libros a los que se atribu¨ªan grandes expectativas. Y es que, aparte de la bul¨ªmica saga de Grey, que se ha engullido el recortado presupuesto de lectura de muchas familias espa?olas (s¨®lo en lo que va de 2013 se han vendido 380.000 ejemplares), lo dem¨¢s son peanuts, al menos para lo que anta?o est¨¢bamos acostumbrados. Busco apoyo en el or¨¢culo de Nielsen y me encuentro con que La reina descalza (Grijalbo), de Ildefonso Falcones, de cuyas novelas anteriores sus editores afirman haber vendido ¡°m¨¢s de siete millones de ejemplares¡±, se tiene que conformar con m¨¢s pausado recorrido: en torno a 45.000 copias desde su publicaci¨®n a mediados de febrero (un mes de veras cruel). Le supera, aunque tambi¨¦n con inferiores resultados a los deseados, El maestro del Prado (Planeta), de Javier Sierra, que se public¨® un par de semanas antes y cuyas ventas no superaban las 60.000 copias a finales de marzo. En el terreno de la no ficci¨®n seria, el negocio se contrae a¨²n m¨¢s, como demuestra, por ejemplo, que a Todo lo que era s¨®lido (Seix Barral), el muy glosado ensayo-memoria de Antonio Mu?oz Molina, le haya costado m¨¢s de un mes superar el list¨®n de los 10.000.
Pero, sin ninguna duda, la madre de todos los pinchazos, adem¨¢s de un buen candidato al primer puesto en la antolog¨ªa de los disparates de la edici¨®n, ha sido Les voy a contar, el primer volumen del ¡°diario pol¨ªtico¡± de Jos¨¦ Bono, que en seis meses ha vendido menos de 30.000 ejemplares. Seg¨²n la entrevista que el pol¨ªtico m¨¢s c¨¦lebre de la derecha socialdem¨®crata concedi¨® a Vanity Fair, Planeta le solt¨® 800.000 euros (?glup!) a cuenta de sus memorias, de modo que no hace falta ser un lince para intuir que la editorial tardar¨¢ mucho en recuperar tan fara¨®nico anticipo: si esto no es un aut¨¦ntico desastre que vengan los difuntos Johannes Gutenberg, Steve Jobs y Jos¨¦ Manuel Lara Hern¨¢ndez y lo vean. Lo que me lleva a recordar que, a veces, los anticipos remuneran algo m¨¢s que el derecho a publicar un manuscrito. Por lo dem¨¢s, y entre los best sellers ¡°de sacudida¡± de esta primavera, el que despierta mayores expectativas urbi et orbi es Inferno, de Dan Brown, cuya publicaci¨®n anuncia Doubleday para el 15 de mayo con una tirada inicial de ?4 millones de ejemplares! Umbriel, la editorial espa?ola del autor, a¨²n no ha dicho esta bicoca es nuestra, lo que no es extra?o dado su proverbial hermetismo. Claro que, si tambi¨¦n pincha Brown, lo mejor ser¨¢ dedicarse a otra cosa. En todo caso, y a juzgar por el n¨²mero de novedades que me llegan estos d¨ªas, las editoriales siguen echando la casa por la ventana, as¨ª que, como afirma el editor Gonzalo Pont¨®n (Pasado y Presente), continuamos ¡°publicando como Alemania y vendiendo como Zambia¡±. Y, para colmo, rodeados de miles de piratas fans de Stajanov dedicados a pulsar continuamente el clic del todo gratis: de los cuatro libros de autores espa?oles citados, al menos tres pueden descargarse fraudulentamente. A este paso vamos a ser el primer pa¨ªs del mundo en el que el n¨²mero de dispositivos lectores supere al de las descargas legales. Ignoro si el se?or Wert tiene quien se lo grite (?escraching?) a cada momento, pero si yo tuviera mando (?vade retro!) en el Gremio de Editores me pasar¨ªa el d¨ªa pidiendo su despoblada cabeza.
?lbumes
Sigue la buena cosecha de libros infantiles. Alfaguara, que asumi¨® la idea de Arturo P¨¦rez-Reverte de armar una serie con cuentos para ni?os escritos por autores de literatura de adultos, acaba de publicar Ni?a, de Enrique Vila-Matas (ilustrado por Anuska Allepuz), protagonizado por una hero¨ªna asustadiza pero aventurera, y ?Adi¨®s, Mart¨ªnez!, de Almudena Grandes (ilustrado por Sylvia Vivanco), sobre una ni?a gordita y t¨ªmida que encuentra una gran amistad. Pero, sin duda, el ¨¢lbum infantil (aunque lo disfruten m¨¢s los creciditos, papis incluidos) que m¨¢s me ha impresionado ¨²ltimamente es La familia de Hugo (Edicions de Ponent), una bell¨ªsima y oscura historia neog¨®tica de desamor familiar y (subyacente) lucha de clases con final felic¨ªsimo, compuesta por Fuencisla del Amo (texto) y Francisco Sol¨¦ (ilustraciones), dos nombres imprescindibles de la ilustraci¨®n espa?ola. Si quieren pasar un buen rato con una historia poco frecuente y unos dibujos de excepcional belleza repletos de pistas surrealistas y homenajes visuales, no se la pierdan.
Favoritos
?Qu¨¦ libros mandan / recomiendan leer los profes a sus alumnos? Y, sobre todo, ?por qu¨¦ esos y no otros? En un intento de encontrar respuesta indirecta a esos interrogantes, el Times Educational Supplement acaba de publicar los resultados de una encuesta en la que se preguntaba a una muestra representativa de maestros brit¨¢nicos cu¨¢les eran sus libros favoritos. Los cuatro primeros puestos los ocupan Orgullo y prejuicio, Matar un ruise?or, la serie de Harry Potter y Cumbres borrascosas. En general, libros de los que pueden extraerse mensajes, libros para debatir en clase, libros a menudo previsibles. Adem¨¢s de los cl¨¢sicos de ayer y de hoy (Tolkien, Orwell, Scott Fitzgerald, Steinbeck), no faltan contempor¨¢neos no ¡°occidentales¡± (pocos), como Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini. Me llama la atenci¨®n la ausencia de obras de Dickens, al menos entre los 20 primeros. Y me encantar¨ªa conocer los resultados de una encuesta semejante realizada a los educadores espa?oles.
Rapapolvo
Le¨ªdo en la carta-rapapolvo que Kevin Fitzgerald presidente del Grupo Europeo del IFFRO (Federaci¨®n Internacional de Entidades de Gesti¨®n de Derechos Reprogr¨¢ficos) ha remitido al ministro Wert (con copia, entre otros, a Sa¨¦nz de Santamar¨ªa, Soria, Guindos, Montoro, Garmendia y Lasalle), a prop¨®sito del borrador para la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual (noten el tonillo zumb¨®n): ¡°?Cree usted que, cuando los Gobiernos de Finlandia (1? nivel en el informe Pisa), Alemania, Reino Unido, Francia, Noruega, Suecia, Suiza, Holanda, Austria, etc¨¦tera, decidieron remunerar [a los derechohabientes: autores y editores] por el uso en la educaci¨®n de peque?os fragmentos de toda clase de libros no trataron de encontrar una soluci¨®n en beneficio del pa¨ªs? ?O es que el Gobierno espa?ol ha descubierto una nueva v¨ªa en la que nadie hab¨ªa pensado anteriormente?¡±. Vaya, vaya, don Ignacio. De cara a la pared y con las manos extendidas aguantando las obras completas de Men¨¦ndez y Pelayo.
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