Alta Films: fin de una bella pel¨ªcula
La primera distribuidora espa?ola de cine de autor cesar¨¢ su actividad por falta de p¨²blico y de apoyo de RTVE Gonz¨¢lez Macho: ¡°La cartelera se empobrecer¨¢¡°
La sangr¨ªa del consumo cultural en general y de la asistencia a las salas de cine en particular, el desplome definitivo de la industria del DVD y la progresiva deserci¨®n de los directivos de las cadenas de televisi¨®n de su compromiso con el cine de autor son los tres factores esenciales en la muerte lenta de Alta Films, referencia ineludible en la distribuci¨®n y exhibici¨®n de cine de autor espa?ol y extranjero.
Su propietario, Enrique Gonz¨¢lez Macho (Santander, 1947), actual presidente de la Academia del Cine, rumia estos d¨ªas en sus oficinas de Madrid la fatalidad de una situaci¨®n que jam¨¢s hubiera deseado contemplar: echar el cierre de la empresa que, a lo largo de m¨¢s de tres d¨¦cadas, ha permitido a decenas de miles de aficionados al cine acceder a las pel¨ªculas de los mejores directores espa?oles, europeos, latinoamericanos, asi¨¢ticos y estadounidenses.
Gonz¨¢lez Macho y su equipo dedican estos d¨ªas su tiempo a buscar milagrosos proyectos de viabilidad para Alta Films SA y sus tres ramas de actividad ¡ªdistribuci¨®n, exhibici¨®n y producci¨®n¡ª, en un momento cr¨ªtico de falta de tesorer¨ªa. Sin embargo, este veterano empresario cinematogr¨¢fico tan popular como volc¨¢nico, tan carism¨¢tico como negociador y mayoritariamente querido por la profesi¨®n (lo que ciment¨® su aterrizaje hace dos a?os en la presidencia de la Academia), a quien puede verse con asiduidad en los grandes festivales internacionales, olisqueando de sala en sala en busca de una nueva gema que comprar, es consciente de la situaci¨®n: ¡°Hasta aqu¨ª hemos llegado, hemos resistido mientras se ha podido¡ pero la gente ha dejado de ir al cine, el DVD est¨¢ arruinado y las televisiones, sobre todo la p¨²blica, ya no apoyan al cine espa?ol ni al cine de autor en general; as¨ª que intentaremos seguir, montando algo m¨¢s peque?o, pero la verdad es que¡ hay poco que hacer¡±, explica. Y remacha: ¡°La verdad es que yo me quiero ir¡±.
Lo hace con gesto apesadumbrado y tras haber cerrado de manera progresiva la inmensa mayor¨ªa de las casi 200 salas que lleg¨® a regentar en ocho ciudades espa?olas: Madrid, Barcelona, Majadahonda, Palma de Mallorca, Zaragoza, Cuenca, Guadalajara y Santa Cruz de Tenerife. Gonz¨¢lez Macho desmantelar¨¢ tambi¨¦n poco a poco sus oficinas centrales de Madrid, donde en la actualidad trabajan 39 personas, que ya han sido informadas de la situaci¨®n. ¡°Solo me obsesiona una cosa¡±, aclara, ¡°y es que si esto se acaba lo haga de la manera m¨¢s digna posible y con todo el mundo recibiendo su indemnizaci¨®n¡±.
En total, Alta Films lleg¨® a contar, antes del proceso de cierre de sus salas, con una plantilla cercana a las 500 personas. La intenci¨®n de su propietario es mantener en activo ¡°por el momento, aunque ya se ver¨¢¡± las salas de los cines Princesa, Renoir Plaza de Espa?a (los primeros del circuito montado por Gonz¨¢lez Macho, abiertos en 1986) y Renoir Retiro, todos ellos en Madrid. A d¨ªa de hoy, permanecen tambi¨¦n abiertos, aunque parece que por poco tiempo, los cines Renoir Floridablanca de Barcelona, Renoir Guadalajara, Roxy de Madrid y Renoir Tenerife. Ayer mismo tuvieron lugar las ¨²ltimas proyecciones en los Renoir de Majadahonda. ¡°No he querido ir; es muy triste¡±, confes¨® su propietario.
La rama de distribuci¨®n de Alta Films, Alta Classics, S. L., ha permitido hist¨®ricamente al espectador espa?ol tener acceso a las pel¨ªculas ¡ªmayoritariamente en versi¨®n original¡ª de grandes cineastas espa?oles, europeos, latinoamericanos, estadounidenses, africanos y asi¨¢ticos. Una largu¨ªsima lista compuesta por nombres como Woody Allen, Michael Haneke, Atom Egoyan. Krzysztof Kieslowski, Nanni Moretti, Stephen Frears, Sergio Cabrera, Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea, Arturo Ripstein, Eric Rohmer, Michael Winterbottom, Mohsen Majmalbaf, Mike Figgis, Mike Leigh, Manoel de Oliveira, Danny Boyle, Paul Auster, Roman Polanski, Steven Soderbergh, Michael Moore¡ es decir, una agotadora e ilustre embajada mundial del mejor cine de autor que, ahora, perder¨¢ a su principal escaparate en Espa?a. Eso, por no hablar de Alta Films como palanca de casi todos los talentos que en su d¨ªa fueron surgiendo en el cine de autor espa?ol. ¡°Hay otras distribuidoras espa?olas de cine independiente, pero yo creo que acabar¨¢n corriendo la misma suerte que nosotros¡±, apunta Enrique Gonz¨¢lez Macho.
En su opini¨®n, la ¡°actual falta de sensibilidad pol¨ªtica con la cultura, incluido el aumento del IVA¡± y el hecho de que los actuales responsables de RTVE ¡°hayan dado la espalda al cine de autor espa?ol e internacional¡± han jugado un papel crucial en lo que parece la recta final de Alta Films y, por extensi¨®n, en lo que se antoja como el principio del fin de un modelo de exhibici¨®n cinematogr¨¢fica tal y como se hab¨ªa entendido en Espa?a en los ¨²ltimos 30 a?os: el basado en una variedad de ofertas y g¨¦neros, entendi¨¦ndose por tal la presencia permanente y simult¨¢nea en las pantallas espa?olas tanto del cine comercial producido y distribuido por los grandes estudios de Hollywood como del cine independiente de autor hecho en los cinco continentes.
¡°La cartelera espa?ola se empobrecer¨¢; hay una enorme masa de pel¨ªculas de gran inter¨¦s que, excepto en festivales o proyecciones marginales, el p¨²blico espa?ol ya no va a poder ver¡±, asegura el due?o de Alta, que se lamenta de esta triste paradoja: ¡°La rentabilidad de una pel¨ªcula se ha convertido ya en algo marginal. As¨ª que si logramos sobrevivir, ser¨¢ en otro formato, de manera marginal... pero nosotros hemos distribuido The Artist, que no parece precisamente un producto marginal, ?no?¡±. Y el juicio sumar¨ªsimo, ya m¨¢s relacionado con la sociolog¨ªa que con la cultura o el empresariado, no tarda en caer: ¡°El p¨²blico espa?ol de cine de autor en salas ir¨¢ desapareciendo a medida que se vaya quedando sin oferta... y eso es el peor aspecto posible de la globalizaci¨®n, porque nos vamos a quedar con un ¨²nico tipo de cine que ver¡±.
Llega para el propietario de Alta Films el indeseable momento de los recuerdos: el de aquel d¨ªa de 1982 en que estren¨® en el Palacio de la M¨²sica de Madrid aquella joya rusa titulada Dersu Uzala; el de los a?os en que distribu¨ªa el cine de Tarkovski; aquella alfombra roja en Cannes junto a Woody Allen; el recuerdo del Judovesteny, el cine gigante y hermoso de Mosc¨² donde, durante tres a?os (1990-1993) logr¨® la haza?a de estrenar pel¨ªculas espa?olas con el cartel de no hay billetes; el L¨¦olo de su admirado Jean-Claude Lauzon; o el pelotazo logrado con Los chicos del coro; o el gatillazo sufrido con Quiero ser como Beckham, o... tantos otros. En fin, de no mediar milagro: un triste The End.
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