Erotismo ¡®minimal¡¯ en el DF
El Museo Carrillo Gil presenta la primera exposici¨®n en M¨¦xico sobre la obra de Juli?o Sarmento
El cuerpo de la mujer. La arquitectura. La intimidad. Tres temas que se entrelazan en una sola exposici¨®n: Una forma extrema de privacidad, la primera muestra en M¨¦xico del artista portugu¨¦s Juli?o Sarmento, en el Museo Carrillo Gil del DF. Su obra mezcla la est¨¦tica limpia y objetiva del minimalismo con llamadas a la experiencia interior, subjetiva.
Un ejemplo es la performance Cometa. Se desarrolla dentro de una habitaci¨®n. Fuera hay un aviso de que solo puede entrar un espectador. Dentro, un espacio con pocos elementos. Una chica sentada en una silla. Enfrente un chico sentado en una silla. Las paredes est¨¢n pintadas de verde. En el techo hay cuatro barras de ne¨®n. La chica se levanta cuando entra el espectador y enciende un radiocasete. Ella se pone a bailar. ?l la mira. Los dos tienen los pies descalzos. No miran al espectador, no se dirigen a ¨¦l de ninguna forma, por lo que el espectador es un observador de una escena art¨ªstica. El chico se levanta y empieza a bailar con la chica. Le soba el cuerpo. Se besan. Siguen sin mirar al espectador, pero ahora este ya no es solamente un observador. Est¨¢ metido en una habitaci¨®n con una pareja que se toca y que se besa, por lo que siente pudor o verg¨¹enza o excitaci¨®n o lo que sea, de modo que el observador se convierte en vouyer y protagonista de la obra de arte. Un detalle: la chica ha dejado al lado de su silla un libro del fil¨®sofo franc¨¦s Emmanuel L¨¦vinas, La realidad y su sombra. No se sabe si es lo que est¨¢ leyendo la bailarina que ejecuta la obra mientras no entra ning¨²n espectador o si es un pensador que le gusta a Sarmento.
La chica lleva un vestido de tela de una pieza que se le pega a las curvas cuando se mueve. En toda la exposici¨®n se nota el encantamiento que le produce al artista portugu¨¦s el cuerpo de las mujeres. El curador de la exposici¨®n, el venezolano Carlos E. Palacios, dice que la relaci¨®n de Sarmento con la belleza femenina es peculiar porque se expresa de una manera contenida: ¡°Hay un goce est¨¦tico con la mujer, pero no es un goce sensual, es algo neutral, y ah¨ª est¨¢ lo parad¨®jico¡±. En la exposici¨®n la figura de la mujer aparece en distintos soportes: v¨ªdeo, pintura, escultura, performance. Y en todos los casos sus formas aparecen en composiciones sencillas. Es un erotismo rebajado por el rigor formal de las obras. Una sensualidad visible pero en suspenso que hace que sea de nuevo el espectador el que tiene que completar el significado de lo que ve.
Esa curiosa mezcla de sexualidad y contenci¨®n est¨¦tica es intensa en el cuadro To be revealed (Pornstar), una pintura esquem¨¢tica de vol¨²menes negros sobre fondo blanco en la que se distingue un trasero que est¨¢ encima de un pene. La imagen es obvia, pero sus formas son tan elementales que se enfr¨ªa. Podr¨ªamos llamarle porno-minimalismo. De todos modos, la mayor parte de las obras de figuras femeninas de Sarmento son er¨®ticas, no tanto pornogr¨¢ficas. Como Lacan¡¯s Assumption, un v¨ªdeo en el que solo se ven las piernas cruzadas de una mujer que est¨¢ sentada en una silla de oficinista. Lleva una falda negra y unos zapatos de tac¨®n. Mueve las piernas, se frota levemente una con otra. Y nom¨¢s. Es como una versi¨®n recatada de Instinto B¨¢sico.
Junto a la sensualidad contenida hay otro gozne conceptual que atraviesa las obras del artista portugu¨¦s: la privacidad y su relaci¨®n con la mirada del otro. En una pared expone fotos frontales de todas las casas en las que ha vivido desde que naci¨® (Lisboa, 1948). En otro v¨ªdeo aparecen im¨¢genes de una discusi¨®n de pareja. En una sala aparece la figura de una mujer hecha de resina tapada por una manta blanca de algod¨®n. La mujer est¨¢ oculta y est¨¢ puesta de cara a la pared. Es una escultura que recuerda a los enanos del artista espa?ol Juan Mu?oz, fallecido en 2001, que fue amigo del artista portugu¨¦s. La obra es Lady-In-Waiting (2012). Palacios dice que es la ¡°negaci¨®n absoluta de nuestra relaci¨®n con la escultura¡±. La mujer fantasma que mira hacia la pared es una figura, y las figuras se hacen para ser vistas, pero la manta que lleva encima y su disposici¨®n de espaldas al p¨²blico la convierte en lo contrario de una escultura, en un objeto que no se puede ver. Al menos completamente. La manta de algod¨®n solo la cubre hasta debajo de las rodillas. Quedan a la vista los pies una peque?a parte de exposici¨®n del cuerpo, un m¨ªnimo de sensualidad, ese elemento presente y a la vez ausente en las obras de Juli?o?Sarmento.
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