Bi Kidude, centenaria voz de la m¨²sica ¡®taarab¡¯
La cantante de Zanz¨ªbar era una leyenda viva en ?frica
No sab¨ªa su edad. Dec¨ªa tener m¨¢s de 100 a?os aunque la cifra ofrecida variaba seg¨²n los d¨ªas. Y nadie recordaba ya cuando hab¨ªa nacido esta leyenda de la m¨²sica del este de ?frica. En febrero a¨²n tuvo fuerzas para permanecer sentada en el escenario del festival anual de m¨²sica de Zanz¨ªbar, donde tantas veces hab¨ªa cantado para un auditorio que le profesaba devoci¨®n. Aseguraba que al cantar se sent¨ªa de nuevo una adolescente. El 17 de abril su voz call¨® definitivamente. Los presidentes de Tanzania y de Zanz¨ªbar asistieron al entierro de Bi Kidude.
Era rebelde. Cuentan que con diez a?os se escap¨® de la escuela cor¨¢nica para irse a beber y fumar con amigos. M¨¢s tarde tuvo que huir de dos maridos. Nunca dej¨® de cuestionar el papel de la mujer en la sociedad musulmana. Tras una apariencia fr¨¢gil hab¨ªa una luchadora que vivi¨® como quiso. Se llamaba Fatma bint Baraka y naci¨® en el pueblo de Kitumba, hija de un vendedor de cocos. Se la conoc¨ªa como Kidude, que significa ¡°cosa peque?a¡±, por su escasa estatura. El apodo se lo habr¨ªan puesto siendo un beb¨¦: un d¨ªa que estaba envuelta en ropas y su t¨ªo a punto estuvo de sentarse encima de aquel bulto.
Comenz¨® a cantar en p¨²blico ¡ªcontadas eran las mujeres que se atrev¨ªan¡ª canciones con letras ricas en met¨¢foras, all¨¢ por los a?os veinte. Siguiendo los pasos de Siti bint Saad, la primera gran cantante de taarab, una m¨²sica sinuosa que se nutre de influencias suajilis, ¨¢rabes e indias. Entre sus instrumentos principales: el oud (un la¨²d), el qanun (una c¨ªtara), violines y tambores.
Bi Kidude cantaba sentada acompa?¨¢ndose de un tambor a menudo casi tan grande como ella. Al principio con el rostro cubierto por un velo, que r¨¢pidamente dej¨® caer. Tambi¨¦n estaba considerada la reina del unyago, un ritual con cantos, tambores y bailes, en el que las adolescentes son iniciadas en los secretos de la condici¨®n femenina y la vida marital. Se gan¨® reputaci¨®n de sanadora con sus plantas y ten¨ªa fama de dominar los dibujos con henna que embellecen brazos y piernas de las j¨®venes novias.
Viaj¨® por primera vez a Europa en 1989 y, durante el verano de 2004, recorri¨® el continente con Culture Musical Club, una orquesta de taarab con la que lleg¨® a grabar Taj Mahal. El dinero que ganaba lo repart¨ªa generosamente entre familiares y personas necesitadas. En 2005, en el WOMEX [feria anual de la industria de la world music], le entregaron un premio por su contribuci¨®n a la m¨²sica y, en 2006, un documental titulado As old as my tongue cont¨® su historia. Esta mujer ingeniosa sol¨ªa aconsejar, a quienes aspiraban a cumplir tantos a?os como ella, ponerse zapatos ¨²nicamente de ser imprescindible: estaba segura de que uno se debilita cuando empieza a usar calzado.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.