El alma de los ciudadanos
La discusi¨®n sobre el IVA en las entradas empieza a ser in¨²til ya que dentro de poco no habr¨¢ salas
El importante empresario que se ha visto obligado a cerrar la distribuidora Alta Films y la mayor parte de sus salas de cine, Enrique Gonz¨¢lez Macho, especulaba que una de las razones de la ca¨ªda de publico puede estribar en que no suelen publicarse noticias buenas referidas al cine, y no digamos del cine espa?ol. El constante goteo de cr¨ªticas adversas o chismorreos malintencionados ayuda a que los espectadores no se tomen el cine en serio. Quiz¨¢ tenga raz¨®n. Pero otro motivo, claro est¨¢, es el perverso IVA que el Gobierno ha impuesto en la pen¨ªnsula contra la clamorosa protesta de industriales y espectadores (en Canarias, donde no se aplica la subida y el IVA es de un 7% ha crecido el n¨²mero de asistentes a los cines). De todos modos, esta discusi¨®n empieza a ser in¨²til ya que dentro de poco no habr¨¢ d¨®nde exhibir las pel¨ªculas; de hecho, en 2012 se cerraron 141 pantallas, la producci¨®n de pel¨ªculas espa?olas ha descendido notablemente, y la desaparici¨®n de Alta Films ha significado un mazazo para los espectadores interesados en el cine de autor. Golem, Wanda, Vertigo, Sherlock, Avalon y otras valiosas distribuidoras independientes se sienten concernidas viendo arder las barbas de su vecino. El Ministerio de Hacienda, con la t¨¢cita ayuda del ministro de Cultura, sigue empecinado en cargarse la industria del cine.
Como es l¨®gico, de ello se ha hablado mucho en el festival de M¨¢laga que acaba ma?ana. G¨®mez Fabra, presidente de la Federaci¨®n de Cines de Espa?a (FECE), lo ha explicado en t¨¦rminos casi po¨¦ticos: ¡°Que se cierre un cine en un pueblo se lleva el alma de muchos de sus ciudadanos y destruye puestos de trabajo". En definitiva, como dice Gonz¨¢lez Macho, no hay buenas noticias. A pesar de ello hay gente que sigue entusiasm¨¢ndose y logra hacer su trabajo en el cine. Ah¨ª tenemos a Isabel Coixet con la arriesgada y notable pel¨ªcula que estrena hoy. O a Daniel Calparsoro con su nueva aportaci¨®n al vibrante cine de acci¨®n. O a Mariano Barroso que pasa de la televisi¨®n al cine su cr¨®nica sobre el machismo¡ Cineastas que sortean las dificultades, conscientes de que pueden caer en el empe?o. Quedan pocos. La mayor¨ªa ha tirado la toalla, dejando a los ciudadanos con el alma mojada, cuando no sin alma.
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