La odisea ¨ªntima de un ministro
Pierre Schoeller retrata en ¡®El ejercicio del poder¡¯ la complejidad del mando
Una vez le preguntaron a Giulio Andreotti si el poder consume. Il Divo Giulio, seis veces presidente del Gobierno italiano, ministro en m¨¢s de 20 ocasiones, que se libr¨® de salir condenado por colaboraci¨®n mafiosa y ahora senador vitalicio, respondi¨® que s¨ª corroe, pero a quien no lo tiene. La frase ¡ªdel pol¨ªtico franc¨¦s del siglo XVIII Charles Maurice de Talleyrand-P¨¦rigord¡ª qued¨® para la historia de Italia. Y sin embargo el ministro que protagoniza El ejercicio del poder no estar¨ªa nada de acuerdo. Porque, en el nuevo filme de Pierre Schoeller, que se estrena hoy en Espa?a, llevar el mando consume, y mucho.
¡°Es la historia de un hombre que intenta dormir tranquilamente con su mujer, pero no lo consigue. ?Por qu¨¦? Porque es un ministro¡±, resume Schoeller, de 52 a?os, en el Instituto Franc¨¦s de Madrid. En efecto, tras un sue?o surrealista roto por una llamada en medio de la noche, el responsable de Transportes se ve arrastrado por un r¨ªo de reuniones, decisiones y eventos que jam¨¢s le devuelve al punto de partida.
Tambi¨¦n, y sobre todo, por culpa de una batalla interna del Gobierno por la privatizaci¨®n de las estaciones de tren. ¡°?Qu¨¦ puede hacer un hombre solo hoy en d¨ªa? Es un tipo generoso, sensible, pero est¨¢ en un equipo que le frena. La acci¨®n ministerial es colectiva¡±, defiende Schoeller. Por lo menos, el ministro (Olivier Gourmet) cuenta con un grupo de colaboradores a su lado y con Gilles (Michel Blanc), un funcionario m¨¢s anciano que le asesora. ¡°Se estiman, tienen una gran amistad, pero son completamente distintos y se van separando. Finalmente, el poder es m¨¢s fuerte¡±, tercia el director.
Para comprobarlo, Schoeller se reuni¨® con pol¨ªticos y consejeros, mientras constru¨ªa su archivo personal: ¡°He hecho una colecci¨®n de fotos de los peri¨®dicos. Hay im¨¢genes del Papa, de Merkel o de Obama, de encuentros, charlas y m¨ªtines, para ver la relaci¨®n f¨ªsica del trabajo de los ministros¡±. El resultado final es una Francia contempor¨¢nea y ficticia, pero muy real, donde los m¨®viles no paran de sonar, un trayecto en coche se aprovecha para una reuni¨®n y en un d¨ªa un ministro declara una cosa y su contraria.
¡°El poder se vive en el cuerpo. No quer¨ªa contar la historia de su conquista, sino su realidad¡±, asegura Schoeller. ¡°Creo que el poder se oculta siempre. Hab¨ªa que ir a buscarlo y mirarlo a los ojos. ?Qu¨¦ se ve? Todas las dificultades del mundo. Y c¨®mo transforma a la gente¡±, a?ade. Sobre el poder, al fin y al cabo, Schoeller est¨¢ edificando su filmograf¨ªa. Tras Versalles (2008) y la odisea del ministro, el cineasta franc¨¦s rodar¨¢ una pel¨ªcula sobre la Revoluci¨®n Francesa: ¡°Estoy pensando en dos o tres filmes. Uno para las salas, normal, y otro para Internet y los festivales que solo incluya los discursos y que sea complementario¡±. Es decir, un formato, a su manera, tambi¨¦n revolucionario.
Bastante menos innovadora est¨¢ siendo, de momento, la presidencia de Fran?ois Hollande. Elegido con el 51,67% de los votos, aupado por grandes esperanzas, el mandatario socialista se hunde solo un a?o despu¨¦s hacia el fondo de las encuestas. ¡°Tiene el Gobierno, tiene las regiones, tiene la mayor¨ªa absoluta. Tiene todos los poderes. Pero no mueve nada. Creo que la raz¨®n es que el poder pol¨ªtico est¨¢ sumiso al poder econ¨®mico¡±, sostiene Schoeller. Por eso, el cineasta reclama a su presidente m¨¢s valent¨ªa, a costa de las posibles cr¨ªticas: ¡°Ensuciarse las manos es intentar hacer las cosas¡±. En esto s¨ª estar¨ªa m¨¢s que de acuerdo con Andreotti.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.