Noticias de Am¨¦rica en el Vaticano
Una restauraci¨®n muestra las primeras representaciones de ind¨ªgenas tras el viaje de Col¨®n
¡°Hall¨¦ muy muchas islas pobladas con gente sin n¨²mero. [¡]Andan todos desnudos, hombres y mujeres, as¨ª como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se cobijan un solo lugar con una hoja de hierba o una cofia de algod¨®n que para ellos hacen¡±. Con estas palabras, Crist¨®bal Col¨®n describi¨® a los Reyes Cat¨®licos su impresi¨®n de los ind¨ªgenas del Nuevo Mundo. La carta est¨¢ fechada el 4 de marzo de 1493: el almirante acababa de volver de su primer viaje a Am¨¦rica. Entreg¨® las tres hojas en abril, en Barcelona.
La noticia de tierras floridas que conquistar y poblaciones mansas que evangelizar lleg¨® enseguida al Papa Alejandro V. Entre mayo y septiembre del mismo a?o firm¨® cuatro bulas por las que entregaban a la Corona de Castilla buena parte del territorio de Ultramar. El Pont¨ªfice espa?ol no llevaba entonces ni un a?o en el cargo y hab¨ªa encargado al pintor Pinturicchio la decoraci¨®n de seis salones en el palacio vaticano. En uno de estos frescos ¡ªterminados a finales de 1494 y reci¨¦n restaurados¡ª asoma un grupo de hombres desnudos, de tez aceitunada. Algunos parecen bailar, otros casi se esconden. ¡°Podr¨ªa tratarse de la primera representaci¨®n figurativa de los nativos americanos¡±, escribi¨® recientemente Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos, en L'Osservatore Romano. Y se desat¨® una tormenta en las tranquilas aguas del arte antiguo.
?La primera imagen del Nuevo Mundo, en el coraz¨®n del Viejo!
Fechas y estilo parecen encajar con la hip¨®tesis de Paolucci. ¡°En cuanto Col¨®n vuelve a pisar Espa?a, se re¨²ne con los Reyes que le hab¨ªan financiado¡±, explica Consuelo Varela, profesora en la Escuela de Estudios Hispano-americanos del CSIC, en Sevilla, ¡°y les entrega la carta que resume su aventura. Los diarios se difunden m¨¢s adelante. Fernando e Isabel empiezan a intrigar para que el Papa se interese por el asunto¡±. Una larga relaci¨®n de favores mutuos vinculaba al papa Borgia con los Reyes Cat¨®licos.
¡°Considero l¨®gico¡±, prosigue la estudiosa de Col¨®n, ¡°que para seducir al Pont¨ªfice para obtener la bula, los soberanos le enviaran enseguida una copia de la carta, cuyo original se perdi¨®. Adem¨¢s, el genov¨¦s manejaba su propia propaganda como nadie: anunciaba a bombo y platillo el descubrimiento, enviaba a diestro y siniestro biograf¨ªas autorizadas y se paseaba la pen¨ªnsula con los seis indios que trajo de Am¨¦rica. Los ense?aba desnudos y maquillados. Los pobres murieron de fr¨ªo uno tras otro¡±.
La noticia de la existencia de un mundo virgen y lejano y de sus extra?os habitantes era la historia del momento. Empezaron a circular representaciones de escenas ex¨®ticas del Nuevo Mundo, como la conservada en la biblioteca Colombina de Sevilla, impresa el 15 de junio de 1493 en Roma. ¡°Casa con el gusto de la ¨¦poca y del propio Pinturicchio incluir elementos de actualidad en los decorados. Por ejemplo, pinta una santa Catalina de Alejandr¨ªa que es igual a Lucrecia, la hija del Papa¡±, explica Silvia Danesi Squarzina, catedr¨¢tica de historia del arte moderno en la Universidad La Sapienza de Roma.
Pinturicchio (1453-1513) ya era c¨¦lebre en la capital por haber ayudado a su maestro Perugino decorando la parte baja de la Capilla Sixtina, en los a?os ochenta del siglo XV, dos d¨¦cadas antes de la irrupci¨®n de Miguel ?ngel. ¡°Luce un estilo rico y minucioso, sus ciclos pict¨®ricos rebosan de historias y de elementos arquitect¨®nicos. Era la suntuosa traducci¨®n iconogr¨¢fica del florecer econ¨®mico y cultural de la Corte romana, que se preparaba para la explosi¨®n del Renacimiento¡±, afirma Squarzina.
La Resurrecci¨®n de Cristo, con Alejandro VI arrodillado, con las manos juntas y la tiara a sus pies, domina el sal¨®n de los Misterios. ¡°Detr¨¢s del altar apareci¨® el grupo de figuritas de unos 20 cent¨ªmetros de alto que corresponden a la descripci¨®n de Col¨®n¡±, dice Maurizio De Luca, director del taller de restauraci¨®n de los museos. ¡°Fue un trabajo largo porque no se trata de un fresco verdadero, sino de una pintura mural en seco, realizada mezclando pigmentos y colas. Una t¨¦cnica que daba gran libertad de horarios y matices crom¨¢ticos al artista, pero que se conserva mal¡±.
Y la noticia no puede ser m¨¢s acorde con la actualidad: ¡°Con la llegada del primer Papa americano¡±, subraya Sandro Magister, prestigioso vaticanista, ¡°el descubrimiento de la primera imagen de los nativos del Nuevo Mundo, pintada en el apartamento de uno de sus predecesores, no pod¨ªa ser m¨¢s apropiada¡±.
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