Sonrojo
Es contradictorio escarbar en el episodio de las escrituras inmobiliarias de la Iglesia espa?ola durante los a?os del aznarismo
La Iglesia ha emprendido un camino inteligente para volver a acercar a su c¨²pula directiva a los pobres, despu¨¦s de que la distancia se agrandara tanto que casi obligaba a reescribir la peripecia de Cristo en salones de lujos, zapatos de Prada y espumosos festejos. Por ahora responde m¨¢s bien a la ilusi¨®n de una elecci¨®n de Papa tras la turbia dimisi¨®n del antecesor, sin fuerzas para depurar el entorno m¨¢s desatado. La campa?a de imagen no podr¨¢ limitarse, como en otras empresas, a un lavado de cara, porque el hilo de enlace con la sociedad es bastante m¨¢s profundo que el de una cadena de supermercados. Pero juega a su favor que la situaci¨®n mundial es de crisis econ¨®mica, traici¨®n de valores y descr¨¦dito de la pol¨ªtica profesional, as¨ª que mucha gente est¨¢ deseosa de encontrar un lugar de amparo, cercano y trascendente. Son necesidades con las que puede uno estar o no de acuerdo, pero si pone la oreja escucha el clamor.
Por eso es tan contradictorio escarbar en el episodio de las escrituras inmobiliarias de la Iglesia espa?ola durante los a?os del aznarismo. El hist¨¦rico af¨¢n por poner a su nombre propiedades, fincas, edificios aprovechando una ley permisiva en plena explosi¨®n del pelotazo del suelo, se corresponde exactamente con la idea contraria al nuevo papado. La explosi¨®n notarial les permiti¨® apropiarse de una cantidad tal de lugares comunes que hasta hoy produce sonrojo, cuando nuestra capacidad para sonrojarse por lo que ha pasado en Espa?a en tiempos de la burbuja inmobiliaria ya es tan limitada como la de un actor porno en el vestuario de la piscina municipal.
Si de lo que se trata es de desenmascarar el da?o que la avidez de riqueza ha causado en la sociedad, no parece sostenible hacerlo desde la orilla de la apropiaci¨®n indebida. Todo el mundo entiende que con sus bienes la organizaci¨®n eclesial juegue al rendimiento favorable, que sus ec¨®nomos rivalicen con los tiburones formados en las m¨¢s depredadoras escuelas de negocios, pero que rompa el Monopoly exprimiendo la simpat¨ªa de la Administraci¨®n con su causa, deja a muchos ciudadanos en la estacada y en la indignaci¨®n. No se puede estar lavando los pies a quien le robas la camisa.
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