Pepita Jim¨¦nez sale de 28 armarios
Calixto Bieito actualiza la ¨®pera de Isaac Alb¨¦niz basada en la obra de Juan Valera
La Pepita Jim¨¦nez de Calixto Bieito huele a ropero cerrado, a ese tufillo amargo de secretos y naftalina tan propio de los muebles estilo remordimiento. El director de escena invoca el viejo olor en la sala de prensa de los Teatros del Canal de Madrid, donde ayer ofreci¨® algunas pistas sobre su versi¨®n de la ¨®pera de Isaac Alb¨¦niz, creada por el compositor de Iberia a partir del cl¨¢sico de Juan Valera y estrenada a finales del siglo XIX con libreto en ingl¨¦s de Francis Money-Coutts.
Coproducci¨®n del Teatro de La Plata de Buenos Aires (donde se estren¨® el pasado octubre) y de los Teatros del Canal, el montaje llega el pr¨®ximo viernes 19 a Madrid para representarse durante cuatro d¨ªas. Bieito mantiene su versi¨®n original en ingl¨¦s y presenta una potente escenograf¨ªa: una instalaci¨®n de nueve metros de altura con 28 armarios que abren y cierran sus puertas para dejarnos ver (y oler) un drama construido a partir de ese conflicto tan a?ejo como tentador: erotismo y religi¨®n.
¡°Esta obra muestra un paisaje lleno de memorias, la de las personas que me han contado sus historias. Historias de padres y abuelos¡±, explica Bieito. Para mostrar ese ¡°debate represor¡± entre sexo y cruz la puesta en escena bebe del ambiente espa?ol de los a?os cincuenta y sesenta. ¡°Yo nac¨ª en Miranda de Ebro y siempre que en el norte de Europa temen que no aguante tanto fr¨ªo yo les digo que no se preocupen, que en Miranda de Ebro siempre hace mucho m¨¢s¡±. Fue ese fr¨ªo, ¡°y las casas l¨²gubres castellanas¡±, las que le llevaron a los armarios. ¡°Pens¨¦ en un elemento que siempre estaba presente en esos recuerdos: los roperos. All¨ª nos escond¨ªamos de peque?os, y all¨ª parec¨ªan estar guardados todos los secretos y recuerdos de las casas. Adem¨¢s, tiene un elemento de cuento, de fantas¨ªa, que me interesa, dentro ocurren muchas cosas. No s¨¦, como Las cr¨®nicas de Narnia¡¡±.
Pero Pepita Jim¨¦nez no es un cuento de ni?os, son los rayos y truenos que surgen cuando el amor es un tab¨². Pepita y el seminarista Luis de Vargas (aqu¨ª interpretados por la soprano Nicola Beller y el tenor Gustavo Pe?a) forman una de esas parejas tan enraizadas en la calenturienta educaci¨®n espa?ola. ¡°?Qui¨¦n no ha le¨ªdo Pepita Jim¨¦nez?¡±, se preguntaba ayer Bieito ¡°Yo tuve que hacerlo en el EGB, en el Bachillerato y luego en la universidad¡±. Valera, escritor, diplom¨¢tico y pol¨ªtico cordob¨¦s, hombre cosmopolita, escribi¨® a su esposa un a?o despu¨¦s de haber publicado su Pepita: ¡°Este es un pa¨ªs pobre, ruin, infecto, desgraciado, donde reina la piller¨ªa y la mala fe m¨¢s insigne. Yo tengo bastante de poeta, aunque no te lo parezca, y me finjo otra Andaluc¨ªa muy po¨¦tica, cuando estoy lejos de aqu¨ª¡±.
Bieito, que vive fuera desde hace a?os, prefiere no meterse en el barro del derrumbamiento actual y no se pronuncia sobre la ca¨ªda de la industria cultural de Espa?a (¡°yo llevo casi 20 a?os fuera y mi futuro continuar¨¢ fuera, de c¨®mo est¨¢ este pa¨ªs ya sab¨¦is bastante los que viv¨ªs aqu¨ª¡±, dice). Eso s¨ª, sus referentes forman parte de esa cultura y por eso para su Pepita echa mano de La t¨ªa Tula, de Miguel Picazo, con Aurora Bautista de sufrida solterona, o del cine de Luis Bu?uel, inspiraciones mayores de un montaje con final feliz: ¡°En la versi¨®n de Soroz¨¢bal, del 64, Pepita se suicida, pero yo he optado por un final luminoso en el que la vida y el erotismo finalmente vencen¡±.
Un montaje del que prefiere soltar im¨¢genes fragmentadas, una de esas historias que salen cada vez que en el escenario se abre un armario y entra fugazmente la luz. Como la historia de los huesos que un d¨ªa Bieto encontr¨® en el campo con su hermano a finales de los a?os sesenta. ¡°Un vecino herido durante la Guerra Civil por una bomba nos dijo que eran de los piratas que bajaban por el Ebro. Luego, mucho m¨¢s tarde, descubrimos que en aquella zona estuvo del 41 al 42 uno de los mayores campos de concentraci¨®n del sur de Europa¡±.
El director de la Orquesta, de la Comunidad de Madrid, Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, aclar¨® ayer la diferencia entre las versiones que hizo el propio Alb¨¦niz y record¨® c¨®mo la segunda versi¨®n (la que nos ocupa) se estren¨® en Praga, pero que la que lleg¨® al Liceo de Barcelona fue la anterior. Bieito ha trabajado sobre la segunda opci¨®n de una ¨®pera que ha sido poco representada porque ¡°la masa orquestal¡± que requiere siempre ha supuesto una barrera para llevarla a escena. Que el libreto de Pepita Jim¨¦nez sea en ingl¨¦s no es para el director esc¨¦nico un obst¨¢culo: ¡°Una vez traduje al ingl¨¦s un Don Giovanni y Mozart parec¨ªa Elvis, no se puede cambiar el idioma porque directamente cambia la m¨²sica¡±.
Babelia
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