La habilidad de leer entrel¨ªneas
'Esto es una silla', la innovadora cr¨ªtica del lenguaje de Caryl Churchill, se despide de los escenarios
Su nombre no resuena en los o¨ªdos de todo el mundo, pero ha dado de qu¨¦ hablar y en qu¨¦ pensar. Esto es una silla, de la dramaturga inglesa Caryl Churchill, se despide este fin de semana del teatro Lagrada con su peculiar forma de mostrar c¨®mo lo que vemos y escuchamos, no es siempre lo que aparenta.
El montaje, a cargo de la compa?¨ªa Vuelta de tuerca, narra nueve historias del d¨ªa a d¨ªa aparentemente banales, pero que en realidad encierran un trasfondo potente. A trav¨¦s de diversas escenas encabezadas por un r¨®tulo, la funci¨®n plantea relatos como el retraso de una joven a una cita, bajo el ir¨®nico t¨ªtulo La guerra en bosnia. "Se refiere a la crisis del lenguaje en el siglo XX. Hay una alusi¨®n tambi¨¦n al viraje del partido socialista a la derecha y la pornograf¨ªa y censura, representada por una comida familiar", revela Juanma Romero, director del espect¨¢culo.
A pesar de que Esto es una silla fue estrenada por primera vez en 1997, la funci¨®n recoge aspectos sociales a¨²n vigentes, que la mantienen actual y atractiva para su director. "Churchill tuvo una premonici¨®n. En esta obra y en Lejos habla del inicio del siglo XXI: los problemas de incomunicaci¨®n y de incomprensi¨®n, a pesar de ser la sociedad m¨¢s mediatizada e intercomunicada de todos los tiempos", argumenta buscando la sorpresa de quien le escucha.
Esta faceta juguetona de la dramaturga, como le gusta decir a Romero, queda reflejada en estos y otros trabajos de los a?os ochenta y noventa, cuando dio rienda suelta a su lado m¨¢s innovador y experimental. "El teatro m¨¢s comercial no experimenta y el independiente a veces tampoco por miedo a ofrecer algo que desagrade al p¨²blico. Se nota un estancamiento en la gente, van a lo seguro". Amante ciego del trabajo de la inglesa, el director de la obra defiende que sus creaciones no solo entretienon, sino que sentaron precedente de otras futuras. "La serie Black mirror es heredera suya. Muestra situaciones an¨®malas a partir de una situaci¨®n social concreta. Es el origen de lo que luego se convierte en un veneno social".
El modelo de teatro ideal, imagina Romero, se resume en aquel capaz de emocionar y hacer reflexionar a partes iguales al p¨²blico. Sin dejarse llevar por la sensibler¨ªa, el director y escritor apuesta por recuperar grandes historias que requieren un esfuerzo de los espectadores. "En una conferencia Wajdi Mouawad dijo que caminando hab¨ªa aprendido que las cosas entran por los pies, suben a la cabeza y bajan al coraz¨®n. El p¨²blico tiene que recorrer el camino, sino se mueve, no tenemos espectador".
Babelia
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