Un talento como no se hab¨ªa visto en Cannes

Lleg¨® el d¨ªa grande en Cannes, y lleg¨® la pel¨ªcula sorpresa, esa que vive escondida en la programaci¨®n y te pega el zarpazo en el alma. De Abdellatif Kechiche se hab¨ªan estrenado en Espa?a La escurridiza, o c¨®mo esquivar el amor y Cusc¨²s. Tunecino criado en Niza, a una hora de Cannes, sus trabajos demostraban sapiencia a la hora de hablar de adolescentes, pero no parec¨ªa esconder en sus entra?as una bomba como La vida de Ad¨¨le, tres horas m¨¢gicas, el descubrimiento de una adolescente de su lesbianismo, y su relaci¨®n posterior con una pintora.

La pel¨ªcula acompa?a a la pareja en su proceso de madurez y degradaci¨®n, con un talento como no se ha visto en este festival, gracias a sus dos protagonistas: Ad¨¨le Exarchopoulos, actriz infantil que ha ido creciendo ¨Cy c¨®mo en la pantalla- y L¨¦a Seydoux, joven veterana, francesa de la que hemos visto en Espa?a todos sus trabajos, y tambi¨¦n su salto a Hollywood con Robin Hood, Misi¨®n: Imposible. Protocolo fantasma o Malditos bastardos. Si ya de por s¨ª la pel¨ªcula pod¨ªa ser fascinante, en su interior esconde las secuencias sexuales l¨¦sbicas m¨¢s descriptivas y largas que uno recuerda. Kechiche logra con ese sexo salvaje erradicar el morbo de lo visto, poner las cosas en su sitio: son dos mujeres enamoradas follando, chocando sus cuerpos en arrebatos de deseo.

Adi¨®s al morbo, viva la carne y la realidad. Kechiche arranca el filme con una lectura en voz alta del libro de Marivaux La vida de Mariana, y as¨ª ha empezado la rueda de prensa: ¡°Es uno de los libros que releo todo el tiempo. En realidad me gustar¨ªa seguir mencionando a Marivaux en mis pel¨ªculas¡±. Aunque la base del guion no es Miravaux, sino un c¨®mic: ¡°Se desarrolla en los noventa, en un momento de gran militancia homosexual. Yo prefer¨ª centrarme en los encuentros entre ellas, y olvidarme de posibles mensajes¡±.

R¨¢pidamente sin embargo la rueda de prensa pas¨® a las secuencias sexuales, y en c¨®mo las prepar¨® el director: ¡°No es algo que habl¨¢ramos mucho. Empezamos a buscar la imagen adecuada, trabajamos como un fot¨®grafo buscando la foto en los primeros planos. No me gusta que la c¨¢mara est¨¦ demasiado cerca¡±. Exarchopoulos cuenta que el truco ¨Cen un rodaje que dur¨® cuatro meses- estaba en la confianza: ¡°Confi¨¦ en Abel y olvid¨¦ hasta el n¨²mero de tomas o d¨®nde estaba la c¨¢mara. Y nos rodaba cuando no nos d¨¢bamos cuenta o al rev¨¦s, actu¨¢bamos y ¨¦l apagaba la c¨¢mara. Fue una cuesti¨®n de confianza. En general en toda la pel¨ªcula improvisamos y hablamos mucho. Nos sentimos muy libres¡±. Seydoux por su parte explic¨®: ¡°Tengo una especial relaci¨®n con la c¨¢mara porque soy muy t¨ªmida. Me gusta trabajar en proyectos realistas, como este, y como a Ad¨¨le, olvid¨¦ donde se pon¨ªa la c¨¢mara¡±. El sexo, seg¨²n Kechiche, ¡°se rod¨® como quisimos, y as¨ª emergiera la idea de belleza¡±. ¡°La sensualidad es muy dif¨ªcil de capturar en un filme. As¨ª que jugamos, actuamos. Construimos juntos los personajes¡±.

Un talento como no se hab¨ªa visto en Cannes

?Habr¨¢ cortes en la pel¨ªcula para posibles ventas internacionales? ¡°Mi filme est¨¢ dise?ado para expresar algo muy art¨ªsticamente. Creo en el cine como una pieza de arte. Claro que hay que pensar en la parte financiera. Yo creo que hay en todo el mundo una gran tradici¨®n de respetar al autor. No vamos a discutirlo con los distribuidores, pero habr¨¢ que llegar a acuerdos si por una secuencia no se puede estrenar en un pa¨ªs¡±. A su lado, el productor aclar¨® que ya est¨¢ vendida a casi todo el mundo (tiene un 10% de producci¨®n espa?ola, con lo que s¨ª tiene garantizado el estreno en Espa?a), ¡°y nadie de los que la han comprado nos ha dicho nada¡±.

Las dos actrices contaron que han rodado tanto, que con el material sobrante se podr¨ªa estrenar otra pel¨ªcula, y que est¨¢n disponibles si Kechiche vuelve a los personajes, porque la pel¨ªcula se subtitula Cap¨ªtulos uno y dos. ¡°Me gustar¨ªa volver a los personajes otra vez con el tiempo, tipo dentro de 10 a?os, y descubrir hacia d¨®nde han encaminado sus pasos¡±, remat¨® Kechich¨¦ en una rueda de prensa m¨¢s bien sosa.

La otra pel¨ªcula de la jornada era Nebraska, de Alexander Payne, el director de Los descendientes, Entre copas o Election, y que vuelve al mundo de los ancianos que ya retrat¨® en A prop¨®sito de Schmidt. Su poderoso blanco y negro sirve como marco de una historia de padres e hijos, en concreto del recorrido, atravesando dos estados, que hace un vendedor de equipos musicales cuando su padre, con inicio de demencia senil, se pone farruco porque quiere cobrar una loter¨ªa en la que al parecer le han tocado un mill¨®n de d¨®lares, y que obviamente es un timo. Hasta llegar a Lincoln, en la Nebraska del t¨ªtulo, deben parar en el pueblo natal del padre (interpretado por un soberbio Bruce Dern) y encarar todo lo dejado atr¨¢s. Po¨¦tica, emocionante, Nebraska crece seg¨²n avanza su metraje, y tanto ella como La vida de Ad¨¨le se han convertido en serias candidatas a la Palma de Oro.

En la rueda de prensa, Payne ha arrancado por la ausencia de colores: ¡°Me parec¨ªa lo correcto para una historia as¨ª, siempre la vi as¨ª, y puede que la vida de ellos sea as¨ª¡±. En su recorrido, la Am¨¦rica profunda que se muestra es ingrata, est¨¢ hundida en la crisis. ¡°La pel¨ªcula est¨¢ hecha en el tiempo que est¨¢ hecha. Recib¨ª el guion hace nueve a?os y ya ten¨ªa esa melancol¨ªa habitual en mis trabajos. Me alegro de haber tardado tanto en rodarla ¨Cnecesitamos adem¨¢s un a?o para las localizaciones y encontrar el reparto adecuado- porque as¨ª hemos proyectado una dura vida privada en un momento duro de la sociedad actual. Son tiempos de depresi¨®n, y puede que eso tambi¨¦n empujara al blando y negro. ?Saben? La acab¨¦ el pasado viernes. Sospecho que el viento de la sociedad empuja en ese sentido. Hemos disfrutado una combinaci¨®n entre lo que provocamos y lo que Dios nos puso all¨ª¡±. Dern, a sus 76 a?os, ba?¨® en alabanzas a Payne. ¡°Me han dirigido grandes directores, aunque solo un pu?ado de genios: Hitchcock, Coppola, Kazan, Tarantino y Payne. Alexander es un tipo que se arriesga, como hac¨ªa Kazan. Esos personajes son¡­ soldados de su tiempo. Son gente que a¨²n se cree las cosas que les cuentan. He hechos muchas pel¨ªculas [movies], pocos filmes [films en ingl¨¦s, para darle la relevancia de arte]. Y la diferencia est¨¢ en la c¨¢mara, y en la confianza. Todos los d¨ªas Alexander hac¨ªa algo que nunca se ha hecho hasta ahora en la historia del cine¡±. Dern tambi¨¦n explic¨®: ¡°Primero pregunta por educaci¨®n Y luego avanza. Te dirige como si no te dirigiera. Y otra cosa, creo que es la primera vez en mi vida que no he improvisado ni una l¨ªnea del guion¡±.

El director compar¨® a Jack Nicholson y a Dern en su forma de trabajar: ¡°Lo hacen igual. Hablamos mucho antes del rodaje, y as¨ª cuando lleg¨® la filmaci¨®n fue muy fluida¡±. Y record¨® que hac¨ªa a?os ya rodado con su hija, Laura Dern, presente en primera fila, y que ambos eran iguales: ¡°Hacen todo lo que les pides¡±. Por cierto, Bruce Dern se burl¨® varias veces del estilo desaforado de la interpretaci¨®n de Nicholson.

Volviendo al blanco y negro, Payne confes¨® que volvi¨® a ver The last picture show, ¡°y otros t¨ªtulos en blanco y negro de la era moderna. La de Bogdanovich tiene, es cierto, un aroma cercano a la m¨ªa. Aunque la pel¨ªcula que m¨¢s he veces he visto en mi vida es El regreso. Me rompe el coraz¨®n¡±. Esa apuesta formal fue compleja de aceptar: ¡°Discut¨ª con el estudio por el dinero, s¨ª. Hubiera sido m¨¢s barato en color, aunque no me hubiera sentido c¨®modo. El problema son las ventas por televisi¨®n¡±. El cineasta procede del estado de Nebraska, hecho que agradeci¨®: ¡°Si no hubiera nacido all¨ª, es casi seguro que no me hubiera llegado el guion. Y me encanta que el guionista encontrara esa conexi¨®n conmigo¡±.

Antes de acabar, dos preguntas r¨¢pidas para Payne. Primero por la piedad que emana la pel¨ªcula. ¡°Me encanta la idea de que el hijo le quiera dar dignidad a su padre. Porque s¨¦ por los m¨ªos que con la edad se reduce la dignidad¡±. Y segundo, por los andares del personaje de Bruce Dern. ¡°Claro que lo trabajamos mucho. Volvamos al inicio del cine: Chaplin, Harold Lloyd, y recordemos c¨®mo caminaban sus caracteres. Me gusta mucho fijarme en los andares, porque siento que fundamentan bastante cualquier personaje¡±.